San Ignacio nació en 1491 en
el castillo de Loyola, en Guipúzcoa, norte de España, cerca de los montes
Pirineos que están en el límite con Francia. Su padre Bertrán De Loyola y su
madre Marina Sáenz, de familias muy distinguidas, tuvieron once hijos: ocho varones
y tres mujeres. El más joven de todos fue Ignacio. El nombre que le pusieron en
el bautismo fue Iñigo. Fundó la Compañía de Jesús. Envió a sus compañeros como
misioneros por Europa para crear escuelas, universidades y seminarios donde
estudiarían los futuros miembros de la orden, así como los dirigentes europeos.
En 1548, sus Ejercicios espirituales fueron finalmente impresos. Los jesuitas
jugaron un papel clave en el éxito de la Contrarreforma.
En 1540 el Papa Pablo III aprobó su comunidad llamada
"Compañía de Jesús" o "Jesuitas". El Superior General de la
nueva comunidad fue San Ignacio hasta su muerte.
En Roma pasó todo el resto de su
vida.
Era tanto el deseo que tenía de
salvar almas que exclamaba: "Estaría dispuesto a perder todo lo que tengo,
y hasta que se acabara mi comunidad, con tal de salvar el alma de un
pecador".
Fundó casas de su congregación en
España y Portugal. Envió a San Francisco Javier a evangelizar el Asia. De los
jesuitas que envió a Inglaterra, 22 murieron martirizados por los protestantes.
Sus dos grandes amigos Laínez y Salmerón fueron famosos sabios que dirigieron
el Concilio de Trento. A San Pedro Canisio lo envió a Alemania y este santo
llegó a ser el más célebre catequista de aquél país. Recibió como religioso
jesuita a San Francisco de Borja que era rico político, gobernador, en España.
San Ignacio escribió más de 6 mil cartas dando consejos espirituales.
El Colegio que San Ignacio fundó en
Roma llegó a ser modelo en el cual se inspiraron muchísimos colegios más y
ahora se ha convertido en la célebre Universidad Gregoriana. Los jesuitas
fundados por San Ignacio llegaron a ser los más sabios adversarios de los
protestantes y combatieron y detuvieron en todas partes al protestantismo. Les
recomendaba que tuvieran mansedumbre y gran respeto hacia el adversario pero
que se presentaran muy instruidos para combatirlos. El deseaba que el apóstol
católico fuera muy instruido.
El libro más famoso de San Ignacio se
titula: "Ejercicios Espirituales" y es lo mejor que se ha escrito
acerca de cómo hacer bien los santos ejercicios. En todo el mundo es leído y
practicado este maravilloso libro. Duró 15 años escribiéndolo.
Su lema era: "Todo para mayor
gloria de Dios". Y a ello dirigía todas sus acciones, palabras y
pensamientos: A que Dios fuera más conocido, más amado y mejor obedecido.
En los 15 años que San Ignacio
dirigió a la Compañía de Jesús, esta pasó de siete socios a más de mil. A todos
y cada uno trataba de formarlos muy bien espiritualmente.
Como casi cada año se enfermaba y
después volvía a obtener la curación, cuando le vino la última enfermedad nadie
se imaginó que se iba a morir, y murió súbitamente el 31 de julio de 1556 a la
edad de 65 años.
En 1622 el Papa lo declaró Santo y
después Pío XI lo declaró Patrono de los Ejercicios Espirituales en todo el
mundo. Su comunidad de Jesuitas es la más numerosa en la Iglesia Católica.
ORACIÓN DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor gracias, por tu infinito amor, al darme la protección
de estos tres Santos a los que no conocía y tuve que,
interiorizarme de sus vidas, esos tiempos eran de prueba personal.
Mi entrega a Ti y a tu Iglesia era total por eso recibia
ataques y persecución accidentes uno fue grave diagnostico:
desplazamiento de la corteza cerebral y aquí estoy continuo
en la lucha, con el arma mas poderosa que tenemos y es la oración
y la contemplación.
Son momentos mas graves que ayer, estamos viviendo ideologías de odio
y muerte; que van contra el Creador de toda existencia: Dios Padre.
Son momentos que nosotros por amor vamos contra corriente
defendemos del genocidio mas brutal que el hombre fue capaz de llevar a cabo,
ir contra la vida de los mas inocentes y frágiles .
Cuando leí sobre estos tres Santos, supe que ellos tienen que ver
con mi crecimiento espiritual.
San Ignacio de Loyola: me ayudo en la contemplación y a escribir, aprendí de sus ejercicios espirituales que debía poner el corazón y entrega en: Dios Padre en Dios Hijo "Jesús" y en Dios Espíritu Santo.
San Ignacio de Antioquia: Padre de la Iglesia: aprendí la valentía,
serenidad y entrega en momentos de prueba y persecución,el consejo de humildad y respeto a las autoridades de la Iglesia y la unidad entre hermanos.
San Maximiliano Kolbe: me enseño como debe ser el cristiano, imitando al maestro, en darse y entrega fiel a ti Señor, y con profundo amor al prójimo ;
Buscar y entregarme a la guía y Amor de la Madre; Virgen Santísima.
Oremos:
Hoy 31 de julio Solemnidad : de San Ignacio de Loyola rezamos, pedimos
interceda para que se abra el corazón y la mente de los hombres, arrastrados por el mal y alejados de Dios.
Especialmente por esta Nación: por nuestros gobernantes, diputados y cenadores
que son los que decidirán por ley, quien debe vivir y quien morir, deseamos que reciban la luz del bien: y respeten la vida humana desde la concepción, hasta la muerte natural.
Que así sea
Perla
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