sábado, 12 de septiembre de 2020

NOVENA SAN BENITO " OCTUBRE 31 NOVIEMBRE DIA 1 - 2" ORAMOS ESTOS TRES DÍAS "Y CONTINUAMOS CON LA NOVENA DE SAN BENITO

MATER FATIMA.: DERRIBAR MURALLAS QUE SOMETEN AL MUNDO

DEL MAL

 31- OCTUBRE 1-2  NOVIEMBRE

TODOS UNIDOS EN ORACIÓN


SAN BENITO EXORCISMO  CRUZ DE SAN BENITO:" NOVENA PARA CONTINUAR

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Santa Cruz del Padre Benito.
La Santa Cruz sea mi Luz.
No sea el dragón mi guía. Apártate, satanás; no sugieras cosas vanas; venenosa es tu carnada, bebe tú mismo el veneno. Paz.

(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.



Por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María www.materfatima.org

Se derrumbaran muchas murallas por la misericordia infinita y amorosa de Dios. Con mucha fe, esperanza y confianza plena… los alentamos a que recen con total devoción su último día de Sitio de Jericó.

Los habitantes de Jericó habían cerrado la ciudad y puesto sus cerrojos para que no entraran los israelitas: nadie entraba ni salía. ….. Pero Yavé dijo a Josué: «Te entregaré la ciudad, su rey y todos sus hombres de guerra. ….. Para esto, ustedes tendrán que dar una vuelta a la ciudad cada día durante seis días. … Siete sacerdotes irán delante del Arca tocando las siete trompetas que sirven en el Jubileo. El día séptimo darán siete vueltas …. cuando suenen las trompetas todo el pueblo subirá al ataque, dando su grito de guerra. En ese momento se derrumbarán los muros de la ciudad y cada uno entrará por lo más directo…. . «Ustedes no gritarán ni darán voces, ni se oirá siquiera una palabra, hasta que llegue el día en que les diga: Griten y den voces (al final de la última vuelta el 7º día)…”

 

El Shofar es un instrumento musical bíblico que se utilizó durante el Sitio de Jericó y en otros pasajes del Antiguo Testamento.




Versión corta del pequeño exorcismo de León XIII




Aquí está la versión corta o truncada del pequeño exorcismo, publicado en el Ritual Romano de 1922:

“Glorioso príncipe de la corte celestial, San Miguel arcángel, defiéndenos en el conflicto que tenemos que sostener contra los principados y potestades, contra los gobernantes del mundo de esta oscuridad, contra los espíritus de maldad en los lugares altos. Ven al rescate de los hombres que Dios ha creado a su imagen y semejanza, y a quienes ha redimido a un alto precio de la tiranía del demonio. San Miguel arcángel, eres tú a quien la santa iglesia venera como su guardián y protector; a quien el Señor ha encargado llevar al cielo a las almas redimidas. Ora, por lo tanto, al Dios de la paz para someter al demonio bajo nuestros pies, para que ya no retenga a los hombres cautivos ni lesione a la Iglesia.

Glorioso príncipe celestial, presenta nuestras oraciones al altísimo, para que sin demora pueda derramar su misericordia sobre nosotros. Agarra al dragón, a la serpiente antigua, que es el demonio y satanás, átalo y échalo al abismo sin fondo, para que ya no seduzca a las naciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

En el nombre de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, fortalecido por la intercesión de la Inmaculada virgen María, madre de Dios, del bendito San Miguel arcángel, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, y todos los Santos, nos comprometemos confiadamente a repeler los ataques y los engaños del demonio.

Salmo 67.
Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos y huyan de su presencia los que le odian. Como se disipa el humo se disipen ellos, como, se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos ante Dios.

R. Ha vencido el León de la tribu de Judá, la raíz de David.
Señor, que tu misericordia venga sobre nosotros.
R. Como lo esperamos de ti.
Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.

Te exorcizamos todo espíritu maligno, poder satánico, ataque del infernal adversario, legión, concentración y secta diabólica, en el nombre y virtud de Nuestro Señor Jesucristo, para que salgas y huyas de la Iglesia de Dios, de las almas creadas a imagen de Dios y redimidas por la preciosa sangre del Divino Cordero. En adelante no oses, perfidísima serpiente, engañar al género humano, perseguir a la Iglesia de Dios, zarandear a los elegidos y cribarlos como el trigo. Te lo manda Dios Altísimo, a quien en tu insolente soberbia aún pretendes asemejarte, “el cual quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (II Timoteo: 2). Te lo manda Dios Padre  te lo manda Dios Hijo +; te lo manda Dios Espíritu Santo +.

Te lo manda la majestad de Cristo, el verbo eterno de Dios hecho hombre, quien para salvar a la estirpe perdida por tu envidia, “se humilló a sí mismo hecho obediente hasta la muerte” (Filipenses 2); el cual edificó su Iglesia sobre roca firme, y reveló que los “poderes del infierno nunca prevalecerían contra ella, Él mismo había de permanecer con ella todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mateo 28: 20). Te lo manda el santo signo de la cruz y la virtud de todos los misterios de la fe cristiana +. Te lo manda la excelsa madre de Dios, la virgen María, quien con su humildad desde el primer instante de su Inmaculada Concepción aplastó tu orgullosa cabeza +. Te lo manda la fe de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de los demás Apóstoles +. Te lo manda la sangre de los mártires y la piadosa intercesión de todos los Santos y Santas +.

Por tanto, maldito dragón y toda legión diabólica, te conjuramos por Dios + vivo, por Dios + verdadero, por Dios + santo, que “de tal modo amó al mundo que entregó a su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que viva la vida eterna” (Juan 3); cesa de engañar a las criaturas humanas y deja de suministrarles el veneno de la eterna perdición; deja de dañar a la Iglesia y de poner trabas a su libertad. Huye Satanás, inventor y maestro de toda falacia, enemigo de la salvación de los hombres. Retrocede ante Cristo, en quien nada has hallado semejante a tus obras. Retrocede ante la Iglesia una, santa, católica y apostólica, la que el mismo Cristo adquirió con su Sangre. Humíllate bajo la poderosa mano de Dios. Tiembla y huye, al ser invocado por nosotros el santo y terrible nombre de Jesús, ante el que se estremecen los infiernos, a quien están sometidas las virtudes de los cielos, las potestades y las dominaciones; a quien los querubines y serafines alaban con incesantes voces diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios de los Ejércitos.

Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
(El Señor esté con vosotros. (Sólo si es un sacerdote)
R. Y con tu espíritu).

Oremos. Dios del cielo y de la tierra, Dios de los Ángeles, Dios de los Arcángeles, Dios de los patriarcas, Dios de los profetas, Dios de los apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los confesores, Dios de las Vírgenes, Dios que tienes el poder de dar la vida después de la muerte, el descanso después del trabajo, porque no hay otro Dios fuera de ti, ni puede haber otros sino tú mismo, creador de todo lo visible y lo invisible, cuyo reino no tendrá fin: humildemente te suplicamos que tu gloriosa majestad se digne libramos eficazmente y guardamos sanos de todo poder, lazo, mentira y maldad de los espíritus infernales. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

De las asechanzas del demonio.
R. Líbranos, Señor.
Haz que tu Iglesia te sirva con segura libertad.
R. Te rogamos, óyenos.
Dígnate humillar a los enemigos de tu Iglesia.
R. Te rogamos, óyenos.

(Se rocía con agua bendita el lugar y a los presentes).

Señor, no recuerdes nuestros delitos ni los de nuestros padres, ni tomes venganza de nuestros pecados (Tobías 3, 3).

(Se reza un Padre nue


 LAS BIENAVENTURANZAS
Mateo 5, 1-19 Sermón del Monte. 


Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos. Tomó la palabra y comenzó a enseñarles del siguiente modo: Felices los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece. 

Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia. Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios. Felices los perseguidos por causa del bien, porque el Reino de los Cielos les pertenece. Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien de todo por mi causa. Alégrense y pónganse contentos pues la paga que les espera en el cielo es abundante. De este mismo modo persiguieron a los profetas anteriores a ustedes. Imagen de los discípulos, sal y luz. Ustedes son la sal de la tierra: si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se devolverá su sabor? Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte. No se enciende una lámpara para meterla en un cajón, sino que se pone en el candelero para que alumbre a todos en la casa. Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el Cielo. Jesús y la Ley No piensen que ha venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir. Les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una letra, ni una coma de la ley dejará de realizarse. Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el Reino de los Cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el Reino de los Cielos.

Palabra de Dios.

VENI CREATOR SPIRITUS



Ven Espíritu creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones
que Tú mismo has creado.
Tú, eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete
sagrados dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios,
Tú, el prometido del Padre,
Tú pones en nuestros labios
los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía
evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre
y conozcamos también al Hijo
y que en Ti, que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre
y al Hijo que resucitó
de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos infinitos.
Amén.


AVE MARIS STELLA

Salve, estrella del mar,
Madre Santa de Dios,
y siempre Virgen,
feliz Puerta del Cielo.
Aceptando aquel «Ave»
de la boca de Gabriel,
afiánzanos en la paz
al trocar el nombre de Eva.
Desata las ataduras de los reos,
da luz a quienes no ven,
ahuyenta nuestros males,
pide para nosotros todos los bienes.
Muestra que eres nuestra Madre,
que por ti acoja nuestras súplicas
quien nació por nosotros
tomando el ser de ti
Virgen singular,
dulce como ninguna,
líbranos de la culpa
haznos dóciles y castos.
Facilítanos una vida pura,
prepáranos un camino seguro,
para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo.
Alabemos a Dios Padre,
glorifiquemos a Cristo Soberano
y al Espíritu Santo,
y demos a las Tres personas un mismo honor.
Amén.

 


MAGNÍFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí,
su nombre es Santo.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes;
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

PETICIÓN DE INTERCESIÓN A SAN JOSÉ PARA MI CONSAGRACIÓN Oh, San José, tú que fuiste quien más cercano vivió a María y Jesús, y que tu protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos de consagrarme a Jesús por medio de María. Ayúdame, San José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, y de tu esposa la Santísima Virgen María, a quienes protegiste, alimentaste, cuidaste y acompañaste mientras viviste con Ellos, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, te tribute yo mi agradecimiento y homenaje. Oh, San José, nunca me cansaré de contemplarte con el Divino Niño Jesús durmiendo en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Así que abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro. ¡San José, ruega por mi! y que esta Consagración que hago a Jesús por medio de María se imprima en mi corazón transformándolo; protégeme con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenido(a) por tu auxilio, pueda santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar la eterna bienaventuranza en el cielo. Amén. CONSAGRACIÓN de SÍ MISMO(A) a JESUCRISTO por MARÍA SANTÍSIMA Y SAN JOSÉ basada en San Luis María Grignion de Montfort ¡Oh, Sagrado Corazón de Jesús!, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Te adoro en la gloria del Padre, durante la eternidad y en el seno virginal de María, tu Madre, en el tiempo de tu Encarnación. Te doy gracias porque, anonadándote, has venido al mundo, hombre entre los hombres y servidor del Padre, para librarme de la esclavitud del pecado. Te alabo y glorifico Señor, porque has vivido en obediencia amorosa a María, para hacerme fiel discípulo(a) suyo(a). Desgraciadamente, no he guardado los votos y promesas de mi bautismo y no soy digno(a) de llamarme hijo(a) de Dios. Por ello, acudo a la misericordiosa intercesión de tu Madre esperando obtener por su ayuda el perdón de mis pecados y una continua comunión contigo, Oh, Sagrado Corazón de Jesús. Te saludo pues, oh María Inmaculada, templo viviente de Dios: en ti ha puesto su morada la Sabiduría Eterna para recibir la adoración de los ángeles y de los hombres. Te saludo, oh Reina del cielo y de la tierra: a ti están sometidas todas las criaturas. Te saludo, refugio seguro de los pecadores: todos experimentan tu gran misericordia. Acepta los anhelos que tengo de la Divina Sabiduría y mi consagración total. Yo, _____________________ consciente de mi vocación cristiana, renuevo hoy en tus manos mis compromisos bautismales. Renuncio a satanás, a sus seducciones, a sus pompas y a sus obras, y me consagro a Jesucristo para llevar mi cruz detrás de Él, en la fidelidad de cada día a la voluntad del Padre. En presencia de toda la corte celestial, te elijo en este día por mi Madre y Maestra. Me entrego y consagro a ti, como tu esclavo(a), mi cuerpo y mi alma, mis posesiones tanto internas como externas, incluso el valor de todas mis buenas acciones, pasadas, presentes y futuras, dejando en ti, entero y completo derecho de disponer de mí, y todo lo que me pertenece, sin excepción, de acuerdo a tu voluntad, para mayor gloria de Dios en el tiempo y en la eternidad. Madre del Señor, acepta esta pequeña ofrenda de mi vida y preséntala a tu Hijo; si Él me redimió́ con tu colaboración, debe también ahora recibir de tu mano, el don total de mí mismo(a). En adelante, deseo honrarte y obedecerte en todo como verdadero(a) esclavo(a) tuyo(a). ¡Oh, Corazón Inmaculado de María!, que yo viva plenamente esta consagración para prolongar en mí la amorosa obediencia de tu Hijo y dar respuesta a la misión trascendental que Dios te ha confiado en la historia de la salvación. ¡Madre de misericordia!, alcánzame la verdadera Sabiduría de Dios, y hazme plenamente disponible a tu acción maternal. Colócame así́, entre los que tú amas, enseñas, guías, alimentas y proteges como hijos tuyos. ¡Oh, Virgen fiel!, haz de mí un(a) auténtico(a) discípulo(a) e imitador(a) de tu Hijo, el Sagrado Corazón de Jesús. Contigo, Madre y modelo de mi vida, llegaré a la perfecta madurez de Jesucristo en la tierra y a la gloria del cielo. Amén. ¡Totus Tuus! 

CONTEMPLACIÒN:

¡OH Padre Creador, en tu Hijo Jesùs y el Espìritu Santo.

a Ti elevamos

estas oraciones para que venga a nosotros y a tu Iglesia tu infinito poder.

Ven con tu Divinidad y Fuerza Universal  :ayúdanos a derribar las 

murallas del mal que están destruyendo a tu Iglesia tus hijos y al mundo.

Con fe y esperanza, en entrega fiel nos entregamos a Ti,que eres quien

 ordena todas las cosas.

Porque todo lo creado por tus manos es perfecto, ayúdanos a liberarnos del mal

que acecha dañando todo,

 Porque eres nuestro Dios te imploramos que:

 junto a las Almas buenas, Àngeles , Santos y ,Profetas: Especialmente  el jefe de la

milicia celestial San Miguel Arcángel destruya   al dragón poniendo fin al mal.

Que asì sea

Perla



Novena san Benito abad

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Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Primer día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, que desde tu infancia reconociste la vanidad del mundo y únicamente deseaste los bienes eternos! Alcánzanos un vivo deseo del cielo y que recordemos frecuentemente a Dios, nuestro último fin, y hacia Él ordenemos toda nuestra vida para que en todo Él, sea glorificado.
San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Segundo día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, humilde de corazón, que supiste desdeñar las alabanzas de los hombres! Alcánzanos la humildad, tú que amaste a Dios sobre todas las cosas y le entregaste sin reservas tu corazón, consíguenos también el amor de Dios. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Tercer día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las alabanzas divinas! Alcánzanos el espíritu de oración. Tú, que cual lirio entre espinas, guardaste una castidad angelical por medio de la humildad, de la vigilancia continua, de la oración y de la mortificación de los sentidos, consíguenos el don de la pureza.San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
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Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Cuarto día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito que venciste al demonio y triunfaste de sus engaños! Alcánzanos la gracia de resistir sus sugestiones y de huir de toda ocasión de pecado. Tú que enseñando una vida austera, de renuncia y trabajo, aborreciste la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros mismo para seguir a Cristo. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
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Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Quinto día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, que amaste el silencio, y no abriste la boca jamás a palabras ligeras e impuras, a quejas, murmuraciones, y a juicios contra el amor al prójimo! Alcánzanos la gracia de no decir jamás palabras impuras y contra la caridad, a perdonar y guardar nuestra lengua de todo pecado. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
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 Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Sexto día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, que fuiste blanco de persecuciones y guardaste la paz de tu alma por medio de la dulzura de la paciencia! Alcánzanos el don de la paciencia y la gracia de perdonar las ofensas, tú que perdonaste a los que atentaron contra tu vida y te expulsaron de tu país, y que misericordiosamente pediste al Señor les perdonara, llorando su ceguera y terrible fin. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
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Séptimo día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, que animado por un ardiente celo para asistir al prójimo en sus necesidades, instruiste a los ignorantes, socorriste a los pobres, curaste a los enfermos, resucitaste a los muertos, libraste a los cautivos del demonio y de sus pasiones, consolaste a los afligidos y convertiste a los pecadores! Consíguenos la gracia de amar al prójimo y de hacer con él las obras de misericordia. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
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Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Octavo día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, que inundaste de consuelo el corazón de tu hermana Santa Escolástica, llenándolo del amor de Dios y de las bienaventuranzas del cielo! Concédenos la gracia de santificar nuestros afectos más queridos. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida
y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Noveno día de la Novena a San Benito
¡Oh glorioso San Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en medio de ángeles y santos, siendo consolados tus discípulos por la revelación de tu gloria! Concédenos del Señor, la gracia de la perseverancia final, de una buena muerte y de tu asistencia e intercesión en nuestro último día. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los días
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Contemplaciòn: 16-2-2020

Hoy vivimos momentos, momentos de crisis mundial porque
 hemos dejado de lado valores, esenciales para vivir en comunidad que es
, amor ,orden respeto etc.
Si dejamos que la vida de un inocente, el que no puede defenderse, se lo mate
triturado quirúrgicamente y que haya leyes que lo autoricen es allí cuando comienza la degradación, es la semilla del mal que desembocara en el caos que hoy vivimos y no se puede parar; es violencia es ;matar,violar,robar,etc,etc etc
Vemos: teorías, reflexiones cada maestrito con su librito, recordando a los maestros, filósofos y fuentes de formación,analizando el hoy conflictivo mostrando: matrículas, doctorados maestrías etc.pero esto no basta, solo nos enroscamos en teorías y la solución es más sencilla.
Dios nos dio dies mandamientos allí está la verdad, es simple hay que profundizar en la interpretación y volver a la verdadera Fuente es la única salida respeto, orden y Verdad
Estamos lejos del orden la realidad  angustia y destruye pareciera hablar y no escuchar
ver y negar en fondo del mal,
 Porque reconoceriamos y deberíamos dejar esta filosofía  progresistas,relativista que daña, que para muchos es modernidad digo si la modernidad hace que vivamos en el caos y dolor para que nos sirve.
 Antes con los mismos filosofos, Aristoteles, Platon etc en sus enseñanzas la palabra progresión era superaciòn nos señalaba el sentido de la verdad  se reconocía y demostraba aquello que veíamos de gerarquizaciòn , tanto  hombre como mujer, el destacarse en capacidades de servicio,desarrollo de paradigmas para el bien:  descubrimientos y adelantos científicos etc.
Hoy ser  progreso es: negar la moral,el bien,la luz,la retórica intelectual usando lenguajes
deformantes  que confunden la  verdadera palabra, la mentira se da vuelta y la transforman en verdad. 
Se olvidan de analizar en profundidad el origen del mal, que gracias Dios no somos el cien por ciento sino ya no existiríamos como raza humana;pero el porcentaje que vemos actuar alcanza para que el ser humano realice el mal como pandemia lo vemos no lo podemos negar, estamos; vacíos de conciencia,espíritu,intelecto,vemos corazones que no saben amar, manifestando odio por su progimo,  convirtiéndose en almas sin luz, personas infelices.
Esto que nos pasa  es producto de errores que  no se quiere  reconocer y es:, falta  total de valores,ética y moral.
 Hay personas que cumplen un rol importante social son las que deben demostrar con el ejemplo de vida del bien por todos nosotros, la ética, moral,  amor justicia.
Pero sus actitudes son lo contrario a lo que se pregona : se miente, y si no hay verdad , honestidad y sinceridad no hay justicia perdiendo  valorarnos como sociedad.
No se puede borrar con el codo lo que se escribió bajo juramento y luego hacer lo contrario
el doble discurso y la mentira,confunden y es cuando la sociedad comienza a navegar sin timón vamos  de mal en peor; el error, la mentira y la falta de justicia crea entre nosotros una  relación patológica, desde el hogar entre padres e hijos, la escuela; sin orden y límites  hay desborde y por ende aparece el mal,esto no quiere decir autoritarismos,sino orden: ejemplo si no  cuido mi cuerpo y hago mal uso de la alimentación, etc etc. me enfermare o vendrán consecuencias que dañan a terceros.
Hay que reconocer inteligentemente  que así es con todo; en lo personal y en lo social.
Decidimos quien vive y quién no, y después queremos que ese virus del mal se transforme en bien y amor!!! , vemos en los jóvenes la falta de valor por la vida del otro y la propia, ese  mal es el monstruo que creamos permitiendo, por ejemplo  muera un inocente, una personita;
un bebé en desarrollo, frágil e indefenso en el vientre materno, rechazado porque una mujer que dice y decide hacer de su cuerpo lo que quiera y es lícito para ella matar a un ser humano y esto es apoyado por quienes quieren frenar el mal, preguntó
¿ hay coherencia en lo que hacemos y pensamos?.
No debemos engañarnos, mentir y mentir,trae estas consecuencias causa y efecto  lo muestra la misma naturaleza. 
!qué  esperamos el resto de la sociedad, si permitimos se mate a un inocente en gestación que tiene el mismo derecho de vivir de aquel de 5 o 20 años¡, 
 El mal ya está porque socialmente  decidimos  que la vida no tiene valor¿.y queremos que los jóvenes  o personas no se maten ?,
Queridos hermanos:
Verdad : debemos vivir en Verdad.
San Benito tu que enfrentaste y rompiste con la muerte cuando querían envenenarte,por desorden espiritual celos y odio,
Te pedimos nos ayudes.
 Tu sabes bien como es el mal humano condúcenos a la luz.
Que asì sea
Perla


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