NUESTRA
SEÑORA DE FATIMA
ORACIÓN:
¡Dios te salve María,
Humilde servidora del Señor,
Gloriosa Madre de Cristo!
Virgen fiel, morada santa del Verbo,
Enséñanos a perseverar en la escucha
de la
Palabra.
A ser dóciles a la voz del Espíritu, atentos
a sus llamamientos
En la intimidad de nuestra conciencia
Y a sus manifestaciones en los acontecimientos
de la historia.
Amén
San Juan Pablo ll
CONTEMPLACIÓN: SAN JUAN PABLO II
Dentro de cada sufrimiento experimentado por el hombre,
Aparece inevitablemente la pregunta:¿Por qué?
Es una pregunta acerca de la causa, la razón; una pregunta
Acerca de la finalidad (para que): en definitiva, acerca
del sentido del dolor.
Solamente el hombre cuando sufre, sabe que sufre y se
pregunta por qué: y sufre
de manera humanamente aún
mas profunda, si no se encuentra una respuesta satisfactoria.
¿ Por qué el mal en el mundo? Cuando ponemos la pregunta
De esta manera, hacemos siempre, al menos en cierta medida, una
Pregunta también sobre el sufrimiento.
Ambas preguntas son difíciles cuando se hace el hombre al
hombre,
Como también cuando el hombre las hace a Dios.
Porque nos hacemos estas preguntas al mundo, aunque muchas veces
el sufrimiento provenga de él, sino que la dirigimos a Dios, como Creador y
Señor del mundo.
Si la existencia del mundo abre la mirada a la existencia de
Dios, a su Sabiduría, poder y grandeza, el mal y el sufrimiento parecen
oscurecer
Esta imagen, a veces de modo definitivo.
Tanto más en el drama diario de tantos sufrimientos sin culpa y
tanta culpas impunes.
En su ministerio, Jesús era sensible a todo sufrimiento humano,
tanto al cuerpo
Como al alma. Se acercó al mundo del sufrimiento humano por el
hecho de haber asumido este sufrimiento en si mismo.
Por eso, podemos decir con San Pablo: “Me amó y se entregó por mí”
Jesús en la debilidad manifestó su poder, y en la humillación su
grandeza.
El mismo Cristo es sufrimiento activo. En, el Evangelio dice el espíritu
del Señor
Está sobre mí, porque me ungió para evangelizar a los pobre , me
envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación de la
vista; para poner en libertad a los oprimidos, para anunciar la gracia del
Señor.
A todas las víctimas del rechazo y del desprecio Jesús les dice:
Bienaventurados
los pobres (Lc 6,20) los marginado, perseguidos…
Contemplación:
Amada Madre, sabías
verdaderas y actuales son las palabras de tu Hijo el Señor, vemos a una
humanidad que continúa sin comprender a Cristo.
Hay hermanos que sufren por errores de aquellos, personajes vestidos
de arrogancia y soberbia, que: vuelven a
querer reemplazar al Padre Creador.
Son dioses y diosas insignificantes
que insisten en volver a expulsar de nuestras vidas al Dios, del Amor y la
misericordia
Estamos viviendo en una
crisis donde mueren miles de inocentes debido a una enfermedad grave una
pandemia, provocada por un virus creado por el mismo hombre; la que aún no ha
finalizado, ni se sabe aún que pasará.
Solo Dios y su poder
soberano puede poner punto final, aunque ellos se crean infalibles por su
ceguera espiritual la cual no les permite pensar, que este mal puede, dar un
giro y dejar de dañar al justo: mal que
puede vuelver hacia el mal mismo, mal que generan corazones duros llenos de odio.
Que son aquellos que continúan
programando un mundo de división y muerte, especialmente de inocentes sin voz.
Nada han comprendido de la prueba que vivimos todos, no aprenden
del daño a la casa común y a la vida humana.
Pero el creyente sabe que Dios es grande es el Todo poderoso, y dueño absoluto de la
Palabra y la Vida.
En esta batalla podemos caer con este mal que acecha, pero tenemos
la seguridad que el Padre, no permitirá nuevamente la implementación de la
cultura del odio y la muerte del desprecio por la vida humana y por las almas
que El tanto ama.
Madre estamos preparados, de tu mano vamos los que aceptamos,
volver a Dios,
Oración, penitencia y conversión, en este día resuenan en
nuestros oídos tus mensajes a los pastorcitos en Fátima, y sabemos que así será
el peligro como ayer dijiste: si no había
obediencia vendrían males peores.
Los malvados no tienen miedo, te enfrentan y enfrentan al Señor,
nosotros fieles hijos adoptivos tuyos, queremos hacer acto de constricción y
postrados pedimos perdón por nuestros pecados.
Que así sea
Perla
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