OH
DIOS PADRE Y SEÑOR NUESTRO; ESTO ES UN MILAGRO GRACIAS: POR ESCUCHAR MI
AFLICCIÓN
DESDE
OTRO LUGAR PUEDO INICIAR LA NOVENA A LA MADRE
ERA
IMPOSIBLE. LA LUCHA Y DESGASTANTE.
HERMANOS ORE
MUCHO Y ESCRIBÍ ESTA ORACIÓN AL: ESPÍRITU SANTO ESTO, PIDIENDO AYUDA.
DIOS
PERMITA QUE ESTE AÑO LOGREMOS LLEGAR A EL, CON NUESTRAS PLAGARÍAS Y PODAMOS VER LOS
FRUTOS
Y
GRACIAS CONCEDIDOS
Espíritu santo
Oremos:
Oh Espíritu Santo, que vienes del Dios Padre y
del Dios Hijo.
Necesitamos de tus Sagrados Dones, para que,
con tu amor, luz, y fuego sagrados, recibidos en Pentecostés por la Madre;
Virgen Santísima y los Apóstoles se manifiesten en cada uno de nosotros.
Para poder reavivar el espíritu cristiano y
responder con fidelidad a las Palabras y enseñanzas del Maestro nuestro Señor Jesucristo; plasmadas en su
Evangelio.
_Recordar que en el corazón, espíritu, alma
conciencia e intelecto
llevamos grabada sus Palabras que son Camino,
Verdad y Vida:
_Cumplir con su ley;
El amarnos los unos a los otros, permanecer en
unidad y responder con
Misericordia y caridad.
_Preparándonos y esperando, a la Gracia que
recibiremos del Reino.
Que así sea
Perla
NOVENA nuestra señora de lourdes ACI PRENSA
Febrero viernes 2
Día 1°
En nombre del Padre del Hijo y el Espíritu Santo
Día 1°
En nombre del Padre del Hijo y el Espíritu Santo
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria:
Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) Amén.
Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación:
Los designios de Dios son incomprensibles.
Precisamente en un siglo de soberbia y orgullo, en un siglo de racionalismo,
que pretendía haber concluido con todo lo sobrenatural y divino; en una nación
donde más se trabajaba por extender y propagar todos los errores, que tiene por
fundamento no admitir más que el orden puramente natural, razón por la cual se
negaba no sólo el pecado original, sino hasta la elevación de la naturaleza
humana; donde no se quería admitir la intervención divina en las cosas de. los
hombres; precisamente en esa época y en esa nación, es donde Dios Nuestro Señor
quiso destruir el fundamento de todos los errores; y para ello, se sirvió del
instrumento al parecer más despreciable. De una niña pobre, débil e ignorante,
que no sabía otra cosa que rezar el Sto. Rosario, es de quien se valió Dios
para vencer al mundo, confundir a los soberbios, humillar a los sabios y
conseguir tan señalada victoria. En Lourdes el hecho sobrenatural es
permanente, puesto que la fuente misteriosa que allí brota y los efectos
asombrosos que sus aguas producen lo evidencian; allí ha recibido el
naturalismo su más rudo golpe y la fe una confirmación maravillosa. Guardémonos
de todos los errores, que puedan mancillar en lo más mínimo nuestra fe,
avivémosla más y más cada día y repitamos con el Profeta respecto de la
Iglesia, lo que él decía de Jerusalén: ¡Séquese, Señor mi mano derecha y quede
pegada mi lengua al paladar antes que dejar de amarte y alabarte, oh Iglesia
Santa!.
Meditase sobre lo dicho y pida cada uno la gracia
que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte histórica:
Hace pocos años apenas era conocida en el mundo una
población situada en la falda de los Pirineos; nadie la nombraba, permaneciendo
en la oscuridad del olvido y entre las nieves que coronan sus montañas.
Pero ¡qué cambio más asombroso no se ha verificado!
Hoy su nombre corre de boca en boca, ha traspasado los montes, ha salvado las
distancias, y es pronunciado con entusiasmo y amor en América como en Europa,
en Africa como en Asia, y en la dilatada Oceanía, y singularmente en Filipinas.
¿ Qué prodigo se ha obrado?
Era el once de febrero de mil ochocientos cincuenta
y ocho, cuando una sencilla y humilde niña, por nombre Bernardita, al intentar
pasar el Gave que corre al oeste de Lourdes para recoger, como su hermana María
y otra amiga de ésta, un poco de leña, entre las sinuosidades de las rocas de
Massabielle, oyó un ruido como de suave brisa, que lentamente agitaba las ramas
de los árboles. Levanta su vista, y sus ojos no distinguen objeto alguno; se
reproduce la agitación en las ramas y vuelve a mirar; a sus ojos aparece
entonces una visión celestial. Una Señora rodeada de una claridad que brilla
más que el sol, pero que ni daña ni ofusca como éste, sino que por el contrario
atrae y admira; una Señora de incomparable hermosura, cubierta con un velo
blanquísimo, mas que la nieve que se halla en la cima de las próximas colinas,
y ceñida con un cinturón azul. Los pies de tan admirable hermosura descansan en
la roca, rozando ligeramente el ramaje de un rosal silvestre, dejando ver sobre
cada uno de ellos una rosa de oro. Sus manos cruzadas tenían un rosario, cuyas
cuentas de alabastro, engarzadas con cadena de oro, se deslizaban entre sus
dedos, guardando, sin embargo, un silencio misterioso. Los ojos de la excelsa
Señora se habían fijado llenos de benignidad en la niña, que se hallaba
asombrada, extasiada y como fuera de sí. Aquella hizo la señal de la cruz, y la
niña entonces tomando su rosario, empezó a rezarlo, durando la visión celestial
hasta que lo terminó; y concluido, la celestial Aparición volvió a la eterna
morada, de donde había venido, dejando en pos de sí un rayo luminoso, que al
poco tiempo también se desvaneció.
Primer día
¿Oh Inmaculada virgen María! Os pido
humildemente la gracia de que se
Acreciente más y más cada día nuestra fe, y
que obtengáis un rayo de la
Luz divina para los que están sentados en las
tiniebla del pecado.
Extended más el Reino de Dios, desterrad de
entre nosotros todos los errores, y haced que los hombres y mujeres tengan
siempre como su mayor gloria vivir en la fe: la comprensión de las diversidades,buscando el dialogo y la unidad para vivir en paz.
Oración de San Bernardo
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás
se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado
de Vos; animado con esta confianza a Vos también acudo, y aunque gimiendo bajo
el peso de mis pecados, me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana; no
desechéis, Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y
dignaos acogerlas benignamente. Amén.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón
nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Gruta Nuestra Señora de Lourdes
Mar del Plata (Puerto) Santo Rosario
2/2/018
Páginas: 1. Inicio | 2. Gozosos | 3. Dolorosos | 4. Gloriosos | 5. Fin
MISTERIOS DOLOROSOS
viernes día 2 de febrero
2/2/018
MARTES Y VIERNES
Lc. 22, 41-44
Lc. 22, 41-44 |
1º. JESÚS ORA EN EL HUERTO
«Jesús, puesto de rodillas, oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y entrando en agonía oraba con más intensidad. Y le vino un sudor como de gotas de sangre que caían hasta el suelo».
«Jesús, puesto de rodillas, oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y entrando en agonía oraba con más intensidad. Y le vino un sudor como de gotas de sangre que caían hasta el suelo». |
Jn. 18, 38 - 19, 1
Jn. 18, 38 - 19, 1 |
2º. JESÚS ES FLAGELADO
«Pilato se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: Yo no encuentro en El ninguna culpa. Hay entre vosotros la costumbre de que os suelte uno por la Pascua, ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Entonces gritaron de nuevo: A Este no, a Barrabás. Barrabás era un ladrón. Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran».
«Pilato se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: Yo no encuentro en El ninguna culpa. Hay entre vosotros la costumbre de que os suelte uno por la Pascua, ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Entonces gritaron de nuevo: A Este no, a Barrabás. Barrabás era un ladrón. Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran». |
Mt. 27, 27-29
Mt. 27, 27-29 |
3º. JESÚS CORONADO DE ESPINAS
«Los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a El a toda la cohorte. Le desnudaron, le pusieron una túnica roja y trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y en su mano derecha una caña; se arrodillaban ante El y se burlaban diciendo: Salve, Rey de los judíos».
«Los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a El a toda la cohorte. Le desnudaron, le pusieron una túnica roja y trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y en su mano derecha una caña; se arrodillaban ante El y se burlaban diciendo: Salve, Rey de los judíos». |
Jn. 19, 15-18
Jn. 19, 15-18 |
4º. JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
«Pilato entonces se lo entregó, para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y El con la cruz a cuestas salió hacia el lugar llamado de la Calavera, en hebreo Gólgota».
«Pilato entonces se lo entregó, para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y El con la cruz a cuestas salió hacia el lugar llamado de la Calavera, en hebreo Gólgota». |
Jn. 19, 18; 25-27, 30
Jn. 19, 18; 25-27, 30 |
5º. JESÚS MUERE EN LA CRUZ
«Le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y en el centro Jesús. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena; Jesús, viendo a su Madre, dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre. E inclinando la cabeza entregó el espíritu».
Febrero sabado dia 3
2° día
«Le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y en el centro Jesús. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena; Jesús, viendo a su Madre, dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre. E inclinando la cabeza entregó el espíritu».
Febrero sabado dia 3
2° día
|
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Uno de los documentos más importantes de la vida
cristiana es la práctica de la oración. Ella es el medio ordinario que Dios ha
puesto en manos del hombre para conseguir el remedio de todas sus necesidades.
Sube al cielo nuestra oración y baja sobre nosotros la divina compasión y
misericordia en forma de mil favores y gracias soberanas. "Pedid y recibiréis,"
nos tiene dicho nuestro Divino Salvador, "Buscad y encontraréis, llamad, y
se os abrirá."
No hay cosa que así purifique de ignorancias el
entendimiento y de afectos desordenados el corazón como la oración, la cual
inflama a este con el fuego del divino amor y llena a aquel de divina claridad
y luz celestial: es agua de bendición, cuyo riego hace reverdecer y florecer
las plantas de los buenos deseos, y lava nuestras almas de las pasiones que
tiene el corazón.
"Oremos" dijo Bernardita "y pasemos
el rosario". Oremos también nosotros con ella y seamos constantes en la
oración, pues sólo así podremos vernos libres de los lazos y asechanzas que
continuamente nos está armando nuestro infernal enemigo. Oremos sin
intermisión, como nos lo aconseja el Apóstol, y oremos con fervor, porque los
tiempos en que vivimos son malos, y la tempestad arrecia por momentos y sólo
con la oración podremos salir ilesos de entre tantos peligros a que estamos
expuestos.
Medítese sobre lo leído y pida cada uno la gracia
que desea alcanzar por medio de esta novena.
Parte Histórica
El domingo siguiente al primer día de la aparición,
habiendo obtenido el permiso la niña Bernardita de su piadosa madre, para
volver a la gruta, se dirigió a ella a la hora de medio día, acompañada de su hermana
y otras niñas. El grupo juvenil comenzó por entrar en la Iglesia para orar un
instante y llenar de agua bendita un frasquito que llevaban preparado.
Pónense después en camino y llegan al sitio tan
deseado; el sol estaba radiante: "Oremos", dijo Bernardita, "y
pasemos el rosario…" De repente, su rostro aparece transfigurado, su
mirada se ilumina, se conmueven sus facciones: era que la maravillosa aparición
acababa de manifestarse a sus ojos. Veía a la misma Señora resplandeciente de
una gracia celestial, de una belleza sin igual. Sus pies descansaban en la roca
dentro del nicho.
"Mirad, exclama Bernardita, ahí está".
Pero ¡ay! a sus amigas no les era dado contemplar tanta hermosura, y no
pudieron ver lo que extasiaba a Bernardita. Recibiendo ésta de una de sus
amigas el agua bendita, roció a la Aparición, diciendo: "Si venís de parte
de Dios, acercaos". A estas palabras, la Virgen graciosamente se inclina
varias veces y se adelanta casi hasta el borde de la roca, pareciendo que se
sonreía.
"Si venís de parte de Dios, acercaos!"
repetía Bernardita; y luego prosternándose, como subyugada por aquella inefable
hermosura, continuó rezando el rosario, que la Virgen parecía escuchar,
deslizando ella también el suyo entre sus dedos. Concluido el rosario, la visión
desapareció.
Segundo día
¿Oh Inmaculada virgen María! Os pido humildemente la gracia de que se
Acreciente más y más cada día nuestra fe, y que obtengáis un rayo de la
Luz divina para los que están sentados en las tiniebla del pecado.
Extended más el Reino de Dios, desterrad de entre nosotros todos los errores, y haced que los hombres y mujeres tengan siempre como su mayor gloria vivir en la fe: la comprensión de las diversidades,buscando el dialogo y la unidad para vivir en paz.
Oración de San Bernardo
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos; animado con esta confianza a Vos también acudo, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana; no desechéis, Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y dignaos acogerlas benignamente. Amén.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario: Misterios Gozosos
Febrero domingo 4
3° día
En nombre del Padre del Hijo y el Espíritu Santo
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria:
Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación:
Los designios de Dios son incomprensibles. Precisamente en un siglo de soberbia y orgullo, en un siglo de racionalismo, que pretendía haber concluido con todo lo sobrenatural y divino; en una nación donde más se trabajaba por extender y propagar todos los errores, que tiene por fundamento no admitir más que el orden puramente natural, razón por la cual se negaba no sólo el pecado original, sino hasta la elevación de la naturaleza humana; donde no se quería admitir la intervención divina en las cosas de. los hombres; precisamente en esa época y en esa nación, es donde Dios Nuestro Señor quiso destruir el fundamento de todos los errores; y para ello, se sirvió del instrumento al parecer más despreciable. De una niña pobre, débil e ignorante, que no sabía otra cosa que rezar el Sto. Rosario, es de quien se valió Dios para vencer al mundo, confundir a los soberbios, humillar a los sabios y conseguir tan señalada victoria. En Lourdes el hecho sobrenatural es permanente, puesto que la fuente misteriosa que allí brota y los efectos asombrosos que sus aguas producen lo evidencian; allí ha recibido el naturalismo su más rudo golpe y la fe una confirmación maravillosa. Guardémonos de todos los errores, que puedan mancillar en lo más mínimo nuestra fe, avivémosla más y más cada día y repitamos con el Profeta respecto de la Iglesia, lo que él decía de Jerusalén: ¡Séquese, Señor mi mano derecha y quede pegada mi lengua al paladar antes que dejar de amarte y alabarte, oh Iglesia Santa!.
Meditase sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
El domingo siguiente al primer día de la aparición, habiendo obtenido el permiso la niña Bernardita de su piadosa madre, para volver a la gruta, se dirigió a ella a la hora de medio día, acompañada de su hermana y otras niñas. El grupo juvenil comenzó por entrar en la Iglesia para orar un instante y llenar de agua bendita un frasquito que llevaban preparado.
Pónese después en camino y llegan al sitio tan deseado; el sol estaba radiante: "Oremos", dijo Bernardita, "y pasemos el rosario…" De repente, su rostro aparece transfigurado, su mirada se ilumina, se conmueven sus facciones: era que la maravillosa aparición acababa de manifestarse a sus ojos. Veía a la misma Señora resplandeciente de una gracia celestial, de una belleza sin igual. Sus pies descansaban en la roca dentro del nicho.
"Mirad, exclama Bernardita, ahí está". Pero ¡ay! a sus amigas no les era dado contemplar tanta hermosura, y no pudieron ver lo que extasiaba a Bernardita. Recibiendo ésta de una de sus amigas el agua bendita, roció a la Aparición, diciendo: "Si venís de parte de Dios, acercaos". A estas palabras, la Virgen graciosamente se inclina varias veces y se adelanta casi hasta el borde de la roca, pareciendo que se sonreía.
"Si venís de parte de Dios, acercaos!" repetía Bernardita; y luego prosternándose, como subyugada por aquella inefable hermosura, continuó rezando el rosario, que la Virgen parecía escuchar, deslizando ella también el suyo entre sus dedos. Concluido el rosario, la visión desapareció.
Tercer día
¿Oh Inmaculada virgen María! Os pido humildemente la gracia de que se
Acreciente más y más cada día nuestra fe, y que obtengáis un rayo de la
Luz divina para los que están sentados en las tiniebla del pecado.
Extended más el Reino de Dios, desterrad de entre nosotros todos los errores, y haced que los hombres y mujeres tengan siempre como su mayor gloria vivir en la fe: la comprensión de las diversidades,buscando el dialogo y la unidad para vivir en paz.
Oración de San Bernardo
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos; animado con esta confianza a Vos también acudo, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana; no desechéis, Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y dignaos acogerlas benignamente. Amén.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario: Misterios Gloriosos
En nombre del Padre del Hijo y el Espíritu Santo
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria:
Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) Amén.
Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación:
Los designios de Dios son incomprensibles. Precisamente en un siglo de soberbia y orgullo, en un siglo de racionalismo, que pretendía haber concluido con todo lo sobrenatural y divino; en una nación donde más se trabajaba por extender y propagar todos los errores, que tiene por fundamento no admitir más que el orden puramente natural, razón por la cual se negaba no sólo el pecado original, sino hasta la elevación de la naturaleza humana; donde no se quería admitir la intervención divina en las cosas de. los hombres; precisamente en esa época y en esa nación, es donde Dios Nuestro Señor quiso destruir el fundamento de todos los errores; y para ello, se sirvió del instrumento al parecer más despreciable. De una niña pobre, débil e ignorante, que no sabía otra cosa que rezar el Sto. Rosario, es de quien se valió Dios para vencer al mundo, confundir a los soberbios, humillar a los sabios y conseguir tan señalada victoria. En Lourdes el hecho sobrenatural es permanente, puesto que la fuente misteriosa que allí brota y los efectos asombrosos que sus aguas producen lo evidencian; allí ha recibido el naturalismo su más rudo golpe y la fe una confirmación maravillosa. Guardémonos de todos los errores, que puedan mancillar en lo más mínimo nuestra fe, avivémosla más y más cada día y repitamos con el Profeta respecto de la Iglesia, lo que él decía de Jerusalén: ¡Séquese, Señor mi mano derecha y quede pegada mi lengua al paladar antes que dejar de amarte y alabarte, oh Iglesia Santa!.
Meditase sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
El domingo siguiente al primer día de la aparición, habiendo obtenido el permiso la niña Bernardita de su piadosa madre, para volver a la gruta, se dirigió a ella a la hora de medio día, acompañada de su hermana y otras niñas. El grupo juvenil comenzó por entrar en la Iglesia para orar un instante y llenar de agua bendita un frasquito que llevaban preparado.
Pónese después en camino y llegan al sitio tan deseado; el sol estaba radiante: "Oremos", dijo Bernardita, "y pasemos el rosario…" De repente, su rostro aparece transfigurado, su mirada se ilumina, se conmueven sus facciones: era que la maravillosa aparición acababa de manifestarse a sus ojos. Veía a la misma Señora resplandeciente de una gracia celestial, de una belleza sin igual. Sus pies descansaban en la roca dentro del nicho.
"Mirad, exclama Bernardita, ahí está". Pero ¡ay! a sus amigas no les era dado contemplar tanta hermosura, y no pudieron ver lo que extasiaba a Bernardita. Recibiendo ésta de una de sus amigas el agua bendita, roció a la Aparición, diciendo: "Si venís de parte de Dios, acercaos". A estas palabras, la Virgen graciosamente se inclina varias veces y se adelanta casi hasta el borde de la roca, pareciendo que se sonreía.
"Si venís de parte de Dios, acercaos!" repetía Bernardita; y luego prosternándose, como subyugada por aquella inefable hermosura, continuó rezando el rosario, que la Virgen parecía escuchar, deslizando ella también el suyo entre sus dedos. Concluido el rosario, la visión desapareció.
Tercer día
¿Oh Inmaculada virgen María! Os pido humildemente la gracia de que se
Acreciente más y más cada día nuestra fe, y que obtengáis un rayo de la
Luz divina para los que están sentados en las tiniebla del pecado.
Extended más el Reino de Dios, desterrad de entre nosotros todos los errores, y haced que los hombres y mujeres tengan siempre como su mayor gloria vivir en la fe: la comprensión de las diversidades,buscando el dialogo y la unidad para vivir en paz.
Oración de San Bernardo
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos; animado con esta confianza a Vos también acudo, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana; no desechéis, Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y dignaos acogerlas benignamente. Amén.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario: Misterios Gloriosos
Febrero lunes 5
4° día
En el nombre del
padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas
las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy
indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de
vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el
perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra
gracia no volver a cometer. Amén.
Oración
preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta
novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en
persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me
postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis
necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía,
a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por
haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo
Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo
purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que
solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma,
por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de
estos obsequios) Amén.
Meditación
Deseo grande es el de la Santísima Virgen, que se ruegue por los
pecadores. Y ciertamente no puede menos de ser así: creado el mundo por Dios
para su gloria; hecho el hombre a su imagen y semejanza, y redimido después a
costa de la sangre preciosísima de su Santísimo Hijo, está en el deber de
honrarle, servirle y reverenciarle; pero, ¡oh dolor!, los hombres se han vuelto
contra su Dios y Señor y continuamente le ofenden. No se puede oír sin angustiarse
tantas blasfemias horribles; no se puede mirar, sin exhalar un grito de dolor,
la profanación de los santos días del Señor, convertidos hoy por la perversión
de los hombres, en días de labor, de bacanales inmundas y orgías sangrientas.
Las naciones se han levantado contra Cristo y su Iglesia: el error y la
impiedad dominan por todas partes, y la sensualidad sube como una ola, sobre la
generación presente, amenazando sumergirla. ¿Qué hacer? Rogar a Dios... Se
pierden tantas almas todos los días… y
¿ habremos de estar ociosos? Este es uno de los fines de esta Cofradía;
pedir a Dios por los pecadores. ¿Lo cumplimos fielmente? ¿Dedicamos todos los
días un rato de oración por la disminución de las culpas? Meditemos en la
tristeza que demostró en esta Aparición la Santísima Virgen, y propongámonos
disminuir los pecados en nosotros y en nuestros prójimos y especialmente la
blasfemia y la profanación de los días festivos.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por
medio de esta Novena.
Parte Histórica
La noticia de las apariciones, así como la promesa que había hecho
Bernardita de ir al lugar de las manifestaciones durante quince días, se había
extendido por toda la comarca. De todas partes acudían a la Gruta, y millares
de personas al salir el sol, el día 21 de Febrero se hallaban reunidas,
esperando ver lo que en las rocas de Massabielle se verificaba.
La niña por su parte, cumpliendo la promesa hecha a la Señora, y
atravesando por medio de la multitud, sin afectación pero también sin
perturbarse, llega a las proximidades del nicho. A los pocos momentos desfigurase
su rostro, volviéndose radiante; todas sus facciones se elevan, y como si
penetrase en una región superior, expresaban sentimientos que no son de este
mundo. La boca entreabierta, estaba como petrificada de admiración; sus ojos
fijos y bienaventurados contemplaban una hermosura divina que ningún otro veía
pero que todos presentían, viéndola, por decirlo así, en la reverberación de la
cara de la niña.
A su lado se hallaba el Dr. Dozous y al verla en esta situación, la
observa detenidamente, la toma el pulso, y después de un rato exclama:
"No, esta no es la rigidez de la catalepsia; aquí no hay excitación
febril, ni el éxtasis inconsciente de los alucinados; aquí hay un hecho
extraordinario completamente para la medicina."
En aquel momento, la niña arrodillada da algunos pasos, y avanza en esta
actitud, hacia el interior de la Gruta. La Madre de la misericordia pareció
recorrer con mirada triste la tierra. Bernardita, al verla llena de dolor, exclama:
¿ Qué tenéis? ¿ Qué es preciso hacer?
Responde la excelsa Madre de Dios: "Rezar por los pecadores".
Entretanto el corazón de la inocente pastorcilla se llena de amargura, por ver
el dolor que manifiesta la santísima Virgen; y la fisonomía que antes aparecía
radiante, se cubre de una indecible tristeza, al tiempo que de sus ojos se
desprenden dos gruesas lágrimas que ruedan por sus mejillas, donde se detienen
sin caer hasta la tierra.
Cuarto Día
¡Oh Madre del amor hermoso, del temor y de la santa esperanza! A
vuestros pies vengo lloroso, avergonzado y confuso. Yo soy el que con mis
pecados llené de amargura vuestro corazón y de tristeza vuestro rostro. Mas no
quiero desesperar sabiendo que sois toda benigna y que recibís con entrañas de
misericordia a todo el que acude a Vos arrepentido. A Vos acudo, Señora, con el
corazón desgarrado por el dolor de mis culpas y resuelto a morir mil veces
antes que volver a cometerlas. Volved hacia mí esos vuestros ojos
misericordiosos y salvadme. Mirad también compasiva a todos los pecadores y
atraedlos a la gracia de vuestro Santísimo Hijo. Por la conversión y salvación
de ellos os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final:
Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los
hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras
influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de
Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para
remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi
espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario: Misterios Gozosos
En el nombre del
padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas
las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy
indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de
vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el
perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra
gracia no volver a cometer. Amén.
Oración
preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta
novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en
persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me
postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis
necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía,
a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por
haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo
Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo
purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que
solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma,
por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de
estos obsequios) Amén.
Meditación
Deseo grande es el de la Santísima Virgen, que se ruegue por los
pecadores. Y ciertamente no puede menos de ser así: creado el mundo por Dios
para su gloria; hecho el hombre a su imagen y semejanza, y redimido después a
costa de la sangre preciosísima de su Santísimo Hijo, está en el deber de
honrarle, servirle y reverenciarle; pero, ¡oh dolor!, los hombres se han vuelto
contra su Dios y Señor y continuamente le ofenden. No se puede oír sin angustiarse
tantas blasfemias horribles; no se puede mirar, sin exhalar un grito de dolor,
la profanación de los santos días del Señor, convertidos hoy por la perversión
de los hombres, en días de labor, de bacanales inmundas y orgías sangrientas.
Las naciones se han levantado contra Cristo y su Iglesia: el error y la
impiedad dominan por todas partes, y la sensualidad sube como una ola, sobre la
generación presente, amenazando sumergirla. ¿Qué hacer? Rogar a Dios... Se
pierden tantas almas todos los días… y
¿ habremos de estar ociosos? Este es uno de los fines de esta Cofradía;
pedir a Dios por los pecadores. ¿Lo cumplimos fielmente? ¿Dedicamos todos los
días un rato de oración por la disminución de las culpas? Meditemos en la
tristeza que demostró en esta Aparición la Santísima Virgen, y propongámonos
disminuir los pecados en nosotros y en nuestros prójimos y especialmente la
blasfemia y la profanación de los días festivos.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por
medio de esta Novena.
Parte Histórica
La noticia de las apariciones, así como la promesa que había hecho
Bernardita de ir al lugar de las manifestaciones durante quince días, se había
extendido por toda la comarca. De todas partes acudían a la Gruta, y millares
de personas al salir el sol, el día 21 de Febrero se hallaban reunidas,
esperando ver lo que en las rocas de Massabielle se verificaba.
La niña por su parte, cumpliendo la promesa hecha a la Señora, y
atravesando por medio de la multitud, sin afectación pero también sin
perturbarse, llega a las proximidades del nicho. A los pocos momentos desfigurase
su rostro, volviéndose radiante; todas sus facciones se elevan, y como si
penetrase en una región superior, expresaban sentimientos que no son de este
mundo. La boca entreabierta, estaba como petrificada de admiración; sus ojos
fijos y bienaventurados contemplaban una hermosura divina que ningún otro veía
pero que todos presentían, viéndola, por decirlo así, en la reverberación de la
cara de la niña.
A su lado se hallaba el Dr. Dozous y al verla en esta situación, la
observa detenidamente, la toma el pulso, y después de un rato exclama:
"No, esta no es la rigidez de la catalepsia; aquí no hay excitación
febril, ni el éxtasis inconsciente de los alucinados; aquí hay un hecho
extraordinario completamente para la medicina."
En aquel momento, la niña arrodillada da algunos pasos, y avanza en esta
actitud, hacia el interior de la Gruta. La Madre de la misericordia pareció
recorrer con mirada triste la tierra. Bernardita, al verla llena de dolor, exclama:
¿ Qué tenéis? ¿ Qué es preciso hacer?
Responde la excelsa Madre de Dios: "Rezar por los pecadores".
Entretanto el corazón de la inocente pastorcilla se llena de amargura, por ver
el dolor que manifiesta la santísima Virgen; y la fisonomía que antes aparecía
radiante, se cubre de una indecible tristeza, al tiempo que de sus ojos se
desprenden dos gruesas lágrimas que ruedan por sus mejillas, donde se detienen
sin caer hasta la tierra.
Cuarto Día
¡Oh Madre del amor hermoso, del temor y de la santa esperanza! A
vuestros pies vengo lloroso, avergonzado y confuso. Yo soy el que con mis
pecados llené de amargura vuestro corazón y de tristeza vuestro rostro. Mas no
quiero desesperar sabiendo que sois toda benigna y que recibís con entrañas de
misericordia a todo el que acude a Vos arrepentido. A Vos acudo, Señora, con el
corazón desgarrado por el dolor de mis culpas y resuelto a morir mil veces
antes que volver a cometerlas. Volved hacia mí esos vuestros ojos
misericordiosos y salvadme. Mirad también compasiva a todos los pecadores y
atraedlos a la gracia de vuestro Santísimo Hijo. Por la conversión y salvación
de ellos os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final:
Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los
hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras
influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de
Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para
remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi
espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario: Misterios Gozosos
Febrero Martes 6
DÍA 5°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Ya nos lo tiene dicho Jesucristo. "Si el mundo
os aborrece, sabed que antes me aborreció a Mí." Todo el que quiera vivir
y ser de Cristo, ha de pasar por la tribulación y por las amarguras de la
persecución. El mundo no puede conformarse con las máximas del Señor porque son
opuestas a las suyas. De aquí las ironías y escarnios de que son objeto de
parte de los mundanos los que se entregan a la devoción, y procuran santificar
su alma llevando una vida conforme a los principios del Evangelio. No obstante,
en esta lucha del mal contra el bien, no habemos de desmayar; si el mundo nos
critica, nos ridiculiza y zahiere, tenemos en cambio en nosotros mismos el
testimonio de la buena conciencia y la aprobación y complacencia de Dios y de
toda la corte celestial.
Nunca miró la Virgen a Bernardita con ojos más
benignos y complacientes, que cuando la vio perseguida y calumniada.
El Señor envía a sus siervos las tribulaciones para
probar su fidelidad, para purificarlos más y más de sus imperfecciones y para
darles ocasión de ganar mayores méritos para la vida eterna. Las penas y
trabajos de esta vida son como el sello de las complacencias de Dios sobre un
alma. Nadie amó a Dios en el mundo ni de Dios fue tan amado como Jesús y María,
pero nadie tampoco sufrió en esta vida tanto como ellos sufrieron.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia
que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
Los sucesos acaecidos en la Gruta eran tan públicos
y extraordinarios que nadie pudo permanecer indiferente. La impiedad, viendo
progresar el entusiasmo religioso, y deseosa de concluir con aquella
manifestación de lo sobrenatural, que eran su palmaria condenación, quiso
valerse de la fuerza y de la amenaza, como en efecto lo hizo llevando a
Bernardita por los tribunales y conminándola con penas y castigos incluso con
encerrarla en la cárcel. A la edad que tenía la niña, bien podía creer la
impiedad seguro su triunfo; pero ignoraba lo que es el poder y la gracia de
Dios, que se complace en escoger la más débil para confundir lo más fuerte
según el mundo. Así es, que a pesar de las prohibiciones que se habían hecho a
la niña, sintiendo ésta una fuerte inspiración que la llamaba hacia la gruta,
en la mañana del veintitrés de febrero, se dirigió a ella. Arrodillada, con un
cirio en una mano y el rosario en la otra, empezó a rezarlo, cuando al poco
tiempo, la multitud advierte la súbita transformación de su rostro. La augusta
Soberana del Paraíso detuvo sobre la pobre niña una mirada llena de
inexplicable ternura, pareciendo amarla más desde que había sufrido. Luego la
llamó amorosamente por su propio nombre:- "¡Bernardita! -Aquí estoy",
respondió la niña Y la Virgen Sma. entabló con ella una conversación íntima, y
aun pudiera decirse familiar. En aquella misteriosa intimidad le reveló un
secreto para ella sola. "Y ahora," le dijo, "id a decir a los
sacerdotes que quiero se me edifique aquí una capilla." Y al pronunciar
estas palabras, la fisonomía de la Virgen Sma., su mirada y su ademán parecían
prometer que allí repartiría gracias sin cuento. Bernardita cumplió fielmente
el encargo que se la había hecho.
Quinto Día
¡Santísima Virgen María, Madre mía! A vos me llego
fatigado y sin fuerzas de tanto luchar con las adversidades de la vida. Mi
corazón, cual frágil navecilla, es llevado por los vientos de las tribulaciones
a merced de las olas desenfrenadas de los vaivenes del mundo y corre a cada
momento peligro de dar en los escollos del pecado o en el abismo de la
desesperación. A vos levanto mis ojos que sois la Estrella de los mares;
mostradme el rumbo seguro, guiad vos misma la nave para que no naufrague en el
mar proceloso de las tentaciones y trabajos, sino que llegue al feliz puerto de
la salvación eterna. Para conseguir esta gracia os saludo con las siguientes
Avemarías y deprecaciones:
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
SANTO ROSARIO: MISTERIOS DOLOROSOS
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Ya nos lo tiene dicho Jesucristo. "Si el mundo
os aborrece, sabed que antes me aborreció a Mí." Todo el que quiera vivir
y ser de Cristo, ha de pasar por la tribulación y por las amarguras de la
persecución. El mundo no puede conformarse con las máximas del Señor porque son
opuestas a las suyas. De aquí las ironías y escarnios de que son objeto de
parte de los mundanos los que se entregan a la devoción, y procuran santificar
su alma llevando una vida conforme a los principios del Evangelio. No obstante,
en esta lucha del mal contra el bien, no habemos de desmayar; si el mundo nos
critica, nos ridiculiza y zahiere, tenemos en cambio en nosotros mismos el
testimonio de la buena conciencia y la aprobación y complacencia de Dios y de
toda la corte celestial.
Nunca miró la Virgen a Bernardita con ojos más
benignos y complacientes, que cuando la vio perseguida y calumniada.
El Señor envía a sus siervos las tribulaciones para
probar su fidelidad, para purificarlos más y más de sus imperfecciones y para
darles ocasión de ganar mayores méritos para la vida eterna. Las penas y
trabajos de esta vida son como el sello de las complacencias de Dios sobre un
alma. Nadie amó a Dios en el mundo ni de Dios fue tan amado como Jesús y María,
pero nadie tampoco sufrió en esta vida tanto como ellos sufrieron.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia
que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
Los sucesos acaecidos en la Gruta eran tan públicos
y extraordinarios que nadie pudo permanecer indiferente. La impiedad, viendo
progresar el entusiasmo religioso, y deseosa de concluir con aquella
manifestación de lo sobrenatural, que eran su palmaria condenación, quiso
valerse de la fuerza y de la amenaza, como en efecto lo hizo llevando a
Bernardita por los tribunales y conminándola con penas y castigos incluso con
encerrarla en la cárcel. A la edad que tenía la niña, bien podía creer la
impiedad seguro su triunfo; pero ignoraba lo que es el poder y la gracia de
Dios, que se complace en escoger la más débil para confundir lo más fuerte
según el mundo. Así es, que a pesar de las prohibiciones que se habían hecho a
la niña, sintiendo ésta una fuerte inspiración que la llamaba hacia la gruta,
en la mañana del veintitrés de febrero, se dirigió a ella. Arrodillada, con un
cirio en una mano y el rosario en la otra, empezó a rezarlo, cuando al poco
tiempo, la multitud advierte la súbita transformación de su rostro. La augusta
Soberana del Paraíso detuvo sobre la pobre niña una mirada llena de
inexplicable ternura, pareciendo amarla más desde que había sufrido. Luego la
llamó amorosamente por su propio nombre:- "¡Bernardita! -Aquí estoy",
respondió la niña Y la Virgen Sma. entabló con ella una conversación íntima, y
aun pudiera decirse familiar. En aquella misteriosa intimidad le reveló un
secreto para ella sola. "Y ahora," le dijo, "id a decir a los
sacerdotes que quiero se me edifique aquí una capilla." Y al pronunciar
estas palabras, la fisonomía de la Virgen Sma., su mirada y su ademán parecían
prometer que allí repartiría gracias sin cuento. Bernardita cumplió fielmente
el encargo que se la había hecho.
Quinto Día
¡Santísima Virgen María, Madre mía! A vos me llego
fatigado y sin fuerzas de tanto luchar con las adversidades de la vida. Mi
corazón, cual frágil navecilla, es llevado por los vientos de las tribulaciones
a merced de las olas desenfrenadas de los vaivenes del mundo y corre a cada
momento peligro de dar en los escollos del pecado o en el abismo de la
desesperación. A vos levanto mis ojos que sois la Estrella de los mares;
mostradme el rumbo seguro, guiad vos misma la nave para que no naufrague en el
mar proceloso de las tentaciones y trabajos, sino que llegue al feliz puerto de
la salvación eterna. Para conseguir esta gracia os saludo con las siguientes
Avemarías y deprecaciones:
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Consuela a quien te ama y ruega,
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
SANTO ROSARIO: MISTERIOS DOLOROSOS
Febrero Miércoles 7
DÍA 6°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Después de recomendarnos la Sma. Virgen que
roguemos por los pecadores nos recomienda también que nos arrepintamos y
hagamos penitencia de nuestros pecados. Es muy digna de consideración aquella
insistente repetición de la palabra: "Penitencia, penitencia,
penitencia." Es como el grito amoroso de alarma salido del corazón de una
madre, que ve en grave peligro a su amado hijo. Viendo en efecto desde la
eterna morada los pecados e iniquidades que continuamente se cometen en el
mundo; oprimido su corazón, de un lado por las ofensas que se hacen a Dios, y
de otro por los castigos a que se hacen acreedores los hombres; viendo ya la
divina diestra levantada para descargar el golpe sobre los miserables
pecadores, se adelanta, baja a la tierra y nos advierte con solicitud maternal
que hagamos penitencia de nuestros pecados, pues sólo haciéndola muy humilde y dolorosa,
podremos vernos libres de los castigos que nos amenazan. Tal vez a ninguna otra
época se puedan aplicar con más propiedad que a la presente las palabras del
Bautista: "Haced penitencia, porque ya está el hacha puesta a la raíz del
árbol, y todo árbol que no lleve buen fruto será cortado y arrojado al
fuego." Grabemos en nuestro corazón estas palabras del Bautista, y hagamos
una verdadera y digna penitencia de nuestros pecados.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia
que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
Los sucesos milagrosos se imponían a todos en
Lourdes y sus cercanías. La multitud que acudía continuamente a la Gruta y las
admirables transformaciones que se referían de Bernardita, habían excitado la
curiosidad aún de aquellos que hasta entonces por un soberano desdén hacia lo
que ellos llamaban superstición, no habían querido mezclarse con la multitud
para examinar de cerca los hechos; resolvieron, pues, acudir en adelante a la
Gruta, siquiera fuese para presenciar la decepción popular. Uno de esos
espíritus fuertes o librepensadores, que no creía en nada de lo sobrenatural
acudió a la Gruta el día siguiente a aquel en que la Santísima Virgen había
encargado se le edificase una capilla. El mismo nos va a referir sus impresiones
nada sospechosas.
"Llegué," dice el Sr. Estrada, "muy
dispuesto a examinarlo todo, y para ser franco a burlarme y reírme, esperando
encontrarme con una comedia o con una farsa grotesca. Una inmensa multitud se
iba reuniendo poco a poco alrededor de aquellos lugares, admirándome
interiormente la sencillez de tantos necios y riéndome de la credulidad de una
porción de mujeres que se habían arrodillado devotamente delante de las rocas.
A la hora acostumbrada, hacia la salida del sol llegó Bernardita. Gracias a los
esfuerzos que hice, pude, no sin harto trabajo, ponerme en primera fila, cerca
de ella. Arrodillóse con naturalidad sin turbarse ni aturdirse por la
muchedumbre que la rodeaba, sacó un rosario y principió a rezarlo. Bien pronto
sus ojos parecieron recibir y reflejar una luz desconocida, quedándose fija, y
deteniéndose maravillada, extasiada, radiante de felicidad, en la abertura de
la roca. Miré en aquella dirección y nada vi, a no ser las desnudas ramas del
rosal silvestre. Y no obstante ¿qué os diré? Ante la transfiguración de la
niña, todas mis preocupaciones anteriores, todas mis objeciones filosóficas,
todas mis negaciones preconcebidas cayeron de un golpe, haciendo lugar a un
sentimiento extraordinario que me sobrecogió a mi pesar. Sentí la certidumbre
de que allí se encontraba, un ser misterioso. Súbita y completamente
transfigurada Bernardita, no era ya Bernardita; era un ángel del cielo. Su
actitud, sus movimientos, sus menores ademanes, su manera, por ejemplo, de
hacer la señal de la cruz, tenían una nobleza, una dignidad, una grandeza tan
admirable, que si en el cielo se persignasen, solo pueden hacerlo como
Bernardita en éxtasis. Yo estaba profundamente conmovido; procuraba retener el
aliento para oír el coloquio entablado entre la Virgen y la niña, expresando
ésta de ordinario a la par que un profundo respeto una inmensa alegría, aunque
a veces una nube de tristeza venía a velar momentáneamente su rostro. Durante
todo aquel tiempo conservaba su rosario en la mano, ora inmóvil abismada en la
contemplación de aquel ser divino, ora pasándolo irregularmente entre sus
dedos, o ya tomando el movimiento ordinario." Hasta aquí el Sr. Estrada.
En un momento dado Bernardita se adelantó andando
sobre sus rodillas desde el punto donde rezaba, es decir, desde las orillas del
Gave hasta el fondo de la Gruta, que se hallaba a unos quince metros. Mientras
subía aquella pendiente algo escarpada; oyó de los labios benditísimos de la
Virgen Santísima estas palabras: "Penitencia, penitencia, penitencia,"
las cuales repetidas por Bernardita, fueron oídas muy distintamente por las
personas que se hallaban a su lado.
Sexto Día
Postrado ante el trono de vuestra majestad, Dios
mío, yo imploro vuestra piedad y misericordia. Vengo a Vos arrepentido, como el
hijo pródigo, por haberme alejado de Vos por el pecado, y quisiera borrar con
mis lágrimas y aún con mi sangre las ofensas que os he hecho. ¡Perdón! Señor;
no lo merezco, porque muchas veces he despreciado vuestra gracia y reincidido
en las mis culpas; pero en este día siento movido mi corazón con especial
arrepentimiento de mis pecados, y deseos de no volverlos a cometer jamás. Vos,
Madre de misericordia, que no queréis la muerte del pecador, sino que se
convierta y viva; Vos que me amonestáis por medio de Bernardita que haga
penitencia de mis pecados, Vos ayudadme a hacerla digna y cumplida de todos
ellos. Y para que me alcancéis la gracia de no volverlos a cometer, os rezo las
siguientes Avemarías y deprecaciones.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma está triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
SANTO ROSARIO: MISTERIOS GLORIOSOS
Febrero 8
Día 7°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Muy grande y soberano es el premio que está
prometido a la obediencia. Bernardita ve el agua cenagosa, que en pequeña
cantidad manaba en el hoyo que había hecho en la tierra; oye el mandato de la
Visión de beber aquella agua y lavarse con ella y cumpliéndolo fielmente merece
que la Virgen fije en ella una mirada benignísima pagándole así con creces el
esfuerzo que hizo al cumplir su mandato. Nada costará quizás tanto a nuestro
orgullo, como habernos de humillar a confesar nuestros pecados al ministro de Dios.
Mas, ¡Oh! Si los pecadores supiesen las delicias que están escondidas en la
piscina saludable de la penitencia, ciertamente se apresurarían a lavarse en
ella y purificarse de todas sus culpas; si conociesen el riquísimo don que
Jesús les ofrece; si acudiesen a la invitación que les hace Jesús diciéndoles:
"bebed de esta agua", se convencerían de que la alegría y paz
interior que se halla en sacramento de la penitencia, excede a toda paz y
alegría humana, y que los consuelos que proporciona, son sobre todo
encarecimiento. Haced la prueba, pecadores, y lo experimentaréis.
Que sea el principal fruto, que saquemos de esta
Novena, el hacer en obsequio a la Virgen Sma. una buena confesión antes de
terminarla.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que
desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
Cada día crecía el inmenso oleaje de personas, que
acudían a la Gruta. Arrastrados por la universal admiración habían ido muchos
escépticos, librepensadores y curiosos, con el objeto de burlarse o de hallar
alguna superchería indigna. En esta disposición de ánimo se hallaban, cuando el
25 de febrero se presentó Bernardita, en cumplimiento de la promesa que había
hecho a la celestial Visión, de ir a la Gruta durante quince días; y
sobrecogidos por una emoción inexplicable, al ver a la niña, se descubrieron y
se arrodillaron como todos los demás. La favorecida pastorcilla, sin cuidarse
de nada de cuanto la rodeaba, y pensando sólo en la celestial Aparición, se
arrodilló y se puso en oración. Al poco tiempo su faz se transforma y todos
creen ver a la Santísima Virgen, en los rayos de luz que se reflejaban en las
facciones de Bernardita, a la manera que por los rayos de luz que iluminan las
cumbres de las montañas, conocemos que el sol está presente en nuestro
horizonte.
Una misteriosa conversación se advierte entre la
Reina de los cielos y la humilde pastorcita de la tierra, no desdeñando aquella
comunicar a ésta un tercer secreto, Y ahora, añadió la Virgen después de una
pausa, ve a beber y lavarte en la fuente y come la yerba que brota junto a
ella. Bernardita se quedó suspensa al oír la palabra fuente, y sin apartar los
ojos de la Virgen, se dirigió hacia el río, pues por aquellos parajes no había
más agua que la que arrastraba el Gave a algunos pasos de las rocas.
Una palabra y un ademán de la Aparición la
detuvieron en su camino. "No es ahí" le dijo; "yo no te he dicho
que bebas en el Gave sino en la fuente que está aquí". Bernardita empezó a
escarbar en la tierra, en el lugar que le indicaba la Aparición. De improviso
el fondo de aquella cavidad abierta por la niña tornóse húmedo. Una agua
misteriosa comenzó a filtrarse gota a gota bajo las manos de Bernardita, y a
llenar aquel hueco del tamaño de un vaso que acababa de formarse.
Aquella agua, al mezclarse con la tierra removida
por las manos de la niña, no formaba en un principio más que barro. Bernardita
trató por tres veces de llevar a sus labios aquel cenagoso líquido; pero por
tres veces fue tan fuerte su aversión, que lo arrojó sin tener fuerzas para
tragarlo. No obstante quería ante todo obedecer a la radiante Aparición, y a la
cuarta vez, venció su repugnancia, bebió, se lavó, y comió un poco de la planta
campestre que brotaba al pié de la roca.
Cuando Bernardita cumplió todas las órdenes que había
recibido, la Virgen fijó en ella una mirada llena de satisfacción y a los pocos
instantes desapareció.
Séptimo Día
Santísima Virgen María, Madre mía! Acercándome ya
al final de este novena que estoy celebrando en obsequio y honor vuestro, no
quiero resistir más a los llamamientos interiores que me incitan a sellarla con
una buena confesión de todas mis culpas. Sí, quiero confesarme bien para
recibir dignamente a Vuestro Santísimo Hijo el último día de la Novena. Vos,
Señora que me inspiráis este deseo, alcanzadme gracia para practicarlo, a fin
de que mi confesión sea grata a los divinos ojos, y mi alma quede enteramente
purificada, y lleve en adelante una vida perfectamente cristiana y conforme con
los preceptos de la ley divina. Con este objeto os rezo las siguientes
Avemarías y deprecaciones:
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario Misterios Luminosos
Febrero 9
Día 8°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas
las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy
indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de
vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el
perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra
gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta
novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en
persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me
postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis
necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía,
a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por
haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro
amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me
propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor
especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos
los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios)
Amén.
Meditación
Digna de consideración es la manera de brotar el agua de la fuente
milagrosa. Primeramente empieza el agua a abrirse paso gota a gota, poco
después es ya un hilito apenas perceptible; y creciendo sin cesar llega a
formarse una fuente que arroja diariamente más de cien mil litros de agua. La
oración tiene que ser perseverante. Por eso dejan de recibirse muchas veces las
gracias y favores que se piden al Señor y a la Santísima Virgen, porque no se
piden con constancia, pues por razones misteriosas no se conceden de ordinario
sino después de instar y de perseverar en la oración. Las gracias que uno
recibe a la manera de la fuente milagrosa, generalmente no producen cambios
repentinos, por cuya razón se ha dicho que nadie de repente se hace santo, así
como ninguno llega de un solo golpe a ser sumamente malo. Puede Dios nuestro
Señor en un solo momento concedernos gracias eficacísimas, que produzcan en
nosotros una transformación súbita, pero de ordinario nos las concede según es
nuestra cooperación y correspondencia a ellas. En todos los días ¡cuántas veces
habrá Dios tocado, nuestros corazones!... ¿Y será posible que permanezcamos
sordos y no acudamos a sus llamamientos...? Una fuente abundante de todas las
gracias tenemos en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Es el Autor de
todo bien, Jesús, quien desde la sacratísima Hostia nos dice: "Venid a Mí
todos." Acerquémonos a esta fuente del amor divino para apagar la sed que
sentimos por las cosas de la tierra, y no desear sino las celestiales y
eternas.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por
medio de esta Novena.
Parte Histórica
El agua que al principio tan tenuemente brotaba de las entrañas de la
tierra iba paulatinamente aumentándose hasta llegar a ser una fuente caudalosa.
Las gentes, impulsadas por una secreta inspiración, acudían a beber de aquella
agua, y hasta los enfermos, reputados por la ciencia muchos de ellos,
incurables, al ser bañados, sanaban de sus dolencias. Con estos prodigios, el entusiasmo
religioso y la devoción se acrecentaban por momentos; y el pueblo, a pesar de
que la Aparición no había dicho quién era, creía que no podía ser otra que la
Madre de Dios. Bernardita, que ansiaba también saber quién era la hermosa
Señora, al verla el 25 de Marzo, como siempre, rodeada de luz indescriptible y
con una bondad sin igual, se atrevió a decirla:
"Señora, ¿tendréis la bondad de decirme quién sois y cuál es
vuestro nombre?".
La bendita Aparición sonrió sin contestar, Animada por su benevolencia,
Bernardita insistió: "oh Señora! ¿queréis tener la bondad de decirme
vuestro nombre?" Los resplandores de la Aparición aumentaron, como si
fuese creciendo en alegría; pero tampoco respondió. Bernardita, extasiada ante
esta hermosura, redobló sus instancias, pronunciando por tercera vez estas
palabras: "Señora, ¿queréis tener la bondad de decirme cuál es vuestro
nombre?" A pesar de tantas instancias, la Aparición permanecía silenciosa.
La niña, como si una inspiración superior la guiara, por cuarta vez dijo:
"¡Oh Señora! os lo suplico, queréis tener la bondad de decirme quién sois
y cómo os llamáis? A esta última súplica, la Aparición desplegó las manos,
suspendió del brazo derecho el rosario, abrió los brazos y los inclinó al
suelo, corno para indicar las bendiciones que derramaría sobre la tierra.
Después elevándolos hacia el cielo, pronunció con una gratitud indecible:
"Yo soy la Inmaculada Concepción."
Octavo Día
¡Oh Inmaculada María; toda hermosa, pura y sin mancha desde el primer
instante de vuestra Concepción! Alcanzadme la pureza de alma y cuerpo, y la
limpieza de toda culpa, para que pueda acercarme dignamente al Santísimo
Sacramento del altar. Si el ciervo sediento corre presuroso a las aguas
cristalinas para apagar su sed, sedienta se halla mi alma, por acercarse a ese
Sacramento de bondad y de amor. Obtenedme, Virgen Santa, tal gracia al recibir
mañana a vuestro Santísimo Hijo en la comunión, que jamás llegue a echarlo de
mi alma por el pecado, porque sin Jesús, que es mm vida, mi dicha y todo mi
consuelo, no puedo vivir, ni tener paz en mi corazón. Para conseguir esto os
saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final:
Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los
hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras
influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de
Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para
remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi
espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario Misterios Dolorosos
Febrero sábado 10
Día 9°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas
las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy
indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de
vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el
perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra
gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta
novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en
persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me
postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis
necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía,
a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por
haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro
amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me
propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor
especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos
los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos
obsequios) Amén.
Meditación
Gran consuelo es para nosotros el considerar la solicitud maternal de
María para con los hombres. Nadie puede llegar a comprender en esta vida, todo
lo que María ha hecho y hace para salvarnos. Siendo Ella la Madre de la
misericordia, como la llama la Iglesia, es el medio por donde nos vienen todas
las gracias que Dios quiere dispensarnos.
Con gran ternura las comunica al justo, para que persevere en el
servicio del Señor; con gran solicitud las procura y se las envía al pecador,
para que, aún en medio dé sus extravíos, no se endurezca su corazón, y vuelva
en sí, y se convierta y se salve. Si alguno se pierde, no eche a nadie más que
a sí mismo la culpa de su perdición, porque Dios nos ha descubierto en su Madre
en estos últimos tiempos por medio de Bernardita, todos los tesoros de su
gracia y de su amor. Nosotros que tenemos la dicha de ser el objeto de la
solicitud maternal de María y que nos hemos consagrado a Ella ingresando en su
Cofradía, conduzcámonos como verdaderos hijos y devotos suyos, cumpliendo con
las obligaciones que contrajimos al ser regenerados en las aguas del bautismo;
pues en esto consiste la verdadera y principal devoción a María. Huyamos con
sumo cuidado y diligencia de todo aquello que puede apartarnos del recto camino
que nos conduce al cielo; de las malas lecturas, de los falsos amigos, de las
reuniones peligrosas, pues guardándonos a nosotros mismos, Dios también nos
guardará y nos sostendrá para que no caigamos de su divina gracia.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por
medio de esta Noveno.
Parte Histórica
Dieciocho veces se había aparecido la Sma. Virgen a Bernardita, siendo
la última en el día que la Iglesia dedica en honor de Nuestra Señora del
Carmen. Multitud de gentes en muchas ocasiones habían presenciado la admirable
transformación, que causara en la niña la Aparición. Una fuente misteriosa
había brotado bajo las manos de la pastorcita, guiada por las indicaciones de
la Señora; muchos enfermos de alma y cuerpo habían recobrado la salud; y a
pesar de todo los librepensadores se obstinaban en negarlo todo sin someterse a
las pruebas, a que los católicos les provocaban. Siempre han sido los mismos
los impíos; ellos que tanto claman por los fueros de la razón, son los que
menos los respetan en cuanto dejan de serles favorables. Mas en, lo que a la
Aparición de la Santísima Virgen de Lourdes se refiere, aún cuando hubiesen querido
perseverar en seguir su sistema sobredicho, de nada les hubiera servido, pues
los sucesos se habían verificado de una manera tan prodigiosa, que sin remedio
tuvieron que verse humillados y confundidos sin recurso de apelación.
Desde el fondo de una roca desierta, y anunciada por la voz de una niña,
lo sobrenatural se había abierto camino, derribando todos los obstáculos,
arrastrando a las muchedumbres y conquistando a su paso todos los corazones que
de buena fe buscaban la verdad. El Sr. Obispo de Tarbes, después de la más
escrupulosa depuración de los hechos confirmó la verdad de las apariciones por
un decreto de 18 de Enero de 1862. Desde entonces el mundo entero católico,
ansioso de corresponder a los deseos de la Santísima Virgen, ha acudido a su llamamiento
y todos los años llegan a Lourdes muchos millares de peregrinos de las cinco
partes del mundo. Nosotros en esta Novena hemos procurado también honrar a la
que descendió de los cielos para nuestro bien.
Noveno Día
¡Inmaculada y Santísima Madre de Dios! Altísimas lecciones me habéis
dado en esta Novena; saludables y amorosas invitaciones he recibido; no quiero
ser ingrato ni obstinado. Decididamente me propongo servir a Dios con
fidelidad, amarle con todo el afecto de mi alma, y honraros a Vos como a Madre
mía queridísima. Imprimid estos efectos en mi corazón para que jamás los
olvide; obtenedme la gracia de perseverar constantemente en estos Santos
pensamientos hasta exhalar el último suspiro de mi vida, mereciendo, ahora y
siempre vuestra protección, hasta que tenga la dicha de gozar en el cielo de
las infinitas delicias, que Dios tiene preparadas para los que le aman. Y a fin
de que estos mis propósitos os sean más aceptables, os saludo con las
siguientes Avemarías y deprecaciones
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final:
Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los
hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras
influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de
Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para
remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi
espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario Misterios Gozosos
CANCIÓN en honor a: NUESTRA SEÑORA DE Lourdes
En la encina de la montaña en Lourdes
Apareció la Virgen , Virgen María
Madre nuestra y del Señor.
Diciéndole a Bernardet vengo
por ustedes hijos míos
a pedirles penitencia penitencia
y oración.
Rezad el Santo Rosario
Por las ofensas a Dios
porque hieren hijos míos
su Sagrado Corazón,
La Virgen a Bernardet
Dejo gracias y bendición
Diciéndole que Ella era
La Inmaculada Concepción
En Lourdes allá en el barro
Estancado nos dejó aguas
Puras y
benditas para
nuestra Sanción
Madrecita Madrecita
Madre nuestra y del
Señor perdona nuestros pecados
Perdónanos por favor.
Autor, Perla Perez
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Después de recomendarnos la Sma. Virgen que
roguemos por los pecadores nos recomienda también que nos arrepintamos y
hagamos penitencia de nuestros pecados. Es muy digna de consideración aquella
insistente repetición de la palabra: "Penitencia, penitencia,
penitencia." Es como el grito amoroso de alarma salido del corazón de una
madre, que ve en grave peligro a su amado hijo. Viendo en efecto desde la
eterna morada los pecados e iniquidades que continuamente se cometen en el
mundo; oprimido su corazón, de un lado por las ofensas que se hacen a Dios, y
de otro por los castigos a que se hacen acreedores los hombres; viendo ya la
divina diestra levantada para descargar el golpe sobre los miserables
pecadores, se adelanta, baja a la tierra y nos advierte con solicitud maternal
que hagamos penitencia de nuestros pecados, pues sólo haciéndola muy humilde y dolorosa,
podremos vernos libres de los castigos que nos amenazan. Tal vez a ninguna otra
época se puedan aplicar con más propiedad que a la presente las palabras del
Bautista: "Haced penitencia, porque ya está el hacha puesta a la raíz del
árbol, y todo árbol que no lleve buen fruto será cortado y arrojado al
fuego." Grabemos en nuestro corazón estas palabras del Bautista, y hagamos
una verdadera y digna penitencia de nuestros pecados.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia
que desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
Los sucesos milagrosos se imponían a todos en
Lourdes y sus cercanías. La multitud que acudía continuamente a la Gruta y las
admirables transformaciones que se referían de Bernardita, habían excitado la
curiosidad aún de aquellos que hasta entonces por un soberano desdén hacia lo
que ellos llamaban superstición, no habían querido mezclarse con la multitud
para examinar de cerca los hechos; resolvieron, pues, acudir en adelante a la
Gruta, siquiera fuese para presenciar la decepción popular. Uno de esos
espíritus fuertes o librepensadores, que no creía en nada de lo sobrenatural
acudió a la Gruta el día siguiente a aquel en que la Santísima Virgen había
encargado se le edificase una capilla. El mismo nos va a referir sus impresiones
nada sospechosas.
"Llegué," dice el Sr. Estrada, "muy
dispuesto a examinarlo todo, y para ser franco a burlarme y reírme, esperando
encontrarme con una comedia o con una farsa grotesca. Una inmensa multitud se
iba reuniendo poco a poco alrededor de aquellos lugares, admirándome
interiormente la sencillez de tantos necios y riéndome de la credulidad de una
porción de mujeres que se habían arrodillado devotamente delante de las rocas.
A la hora acostumbrada, hacia la salida del sol llegó Bernardita. Gracias a los
esfuerzos que hice, pude, no sin harto trabajo, ponerme en primera fila, cerca
de ella. Arrodillóse con naturalidad sin turbarse ni aturdirse por la
muchedumbre que la rodeaba, sacó un rosario y principió a rezarlo. Bien pronto
sus ojos parecieron recibir y reflejar una luz desconocida, quedándose fija, y
deteniéndose maravillada, extasiada, radiante de felicidad, en la abertura de
la roca. Miré en aquella dirección y nada vi, a no ser las desnudas ramas del
rosal silvestre. Y no obstante ¿qué os diré? Ante la transfiguración de la
niña, todas mis preocupaciones anteriores, todas mis objeciones filosóficas,
todas mis negaciones preconcebidas cayeron de un golpe, haciendo lugar a un
sentimiento extraordinario que me sobrecogió a mi pesar. Sentí la certidumbre
de que allí se encontraba, un ser misterioso. Súbita y completamente
transfigurada Bernardita, no era ya Bernardita; era un ángel del cielo. Su
actitud, sus movimientos, sus menores ademanes, su manera, por ejemplo, de
hacer la señal de la cruz, tenían una nobleza, una dignidad, una grandeza tan
admirable, que si en el cielo se persignasen, solo pueden hacerlo como
Bernardita en éxtasis. Yo estaba profundamente conmovido; procuraba retener el
aliento para oír el coloquio entablado entre la Virgen y la niña, expresando
ésta de ordinario a la par que un profundo respeto una inmensa alegría, aunque
a veces una nube de tristeza venía a velar momentáneamente su rostro. Durante
todo aquel tiempo conservaba su rosario en la mano, ora inmóvil abismada en la
contemplación de aquel ser divino, ora pasándolo irregularmente entre sus
dedos, o ya tomando el movimiento ordinario." Hasta aquí el Sr. Estrada.
En un momento dado Bernardita se adelantó andando
sobre sus rodillas desde el punto donde rezaba, es decir, desde las orillas del
Gave hasta el fondo de la Gruta, que se hallaba a unos quince metros. Mientras
subía aquella pendiente algo escarpada; oyó de los labios benditísimos de la
Virgen Santísima estas palabras: "Penitencia, penitencia, penitencia,"
las cuales repetidas por Bernardita, fueron oídas muy distintamente por las
personas que se hallaban a su lado.
Sexto Día
Postrado ante el trono de vuestra majestad, Dios
mío, yo imploro vuestra piedad y misericordia. Vengo a Vos arrepentido, como el
hijo pródigo, por haberme alejado de Vos por el pecado, y quisiera borrar con
mis lágrimas y aún con mi sangre las ofensas que os he hecho. ¡Perdón! Señor;
no lo merezco, porque muchas veces he despreciado vuestra gracia y reincidido
en las mis culpas; pero en este día siento movido mi corazón con especial
arrepentimiento de mis pecados, y deseos de no volverlos a cometer jamás. Vos,
Madre de misericordia, que no queréis la muerte del pecador, sino que se
convierta y viva; Vos que me amonestáis por medio de Bernardita que haga
penitencia de mis pecados, Vos ayudadme a hacerla digna y cumplida de todos
ellos. Y para que me alcancéis la gracia de no volverlos a cometer, os rezo las
siguientes Avemarías y deprecaciones.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma está triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Febrero 8
Día 7°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo
sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os
pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos.
Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual
vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por
mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y
propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes!
deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al
llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos
vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra
voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me
desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al
arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y
renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta
santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra
intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias
a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es
motivo de estos obsequios) Amén.
Meditación
Muy grande y soberano es el premio que está
prometido a la obediencia. Bernardita ve el agua cenagosa, que en pequeña
cantidad manaba en el hoyo que había hecho en la tierra; oye el mandato de la
Visión de beber aquella agua y lavarse con ella y cumpliéndolo fielmente merece
que la Virgen fije en ella una mirada benignísima pagándole así con creces el
esfuerzo que hizo al cumplir su mandato. Nada costará quizás tanto a nuestro
orgullo, como habernos de humillar a confesar nuestros pecados al ministro de Dios.
Mas, ¡Oh! Si los pecadores supiesen las delicias que están escondidas en la
piscina saludable de la penitencia, ciertamente se apresurarían a lavarse en
ella y purificarse de todas sus culpas; si conociesen el riquísimo don que
Jesús les ofrece; si acudiesen a la invitación que les hace Jesús diciéndoles:
"bebed de esta agua", se convencerían de que la alegría y paz
interior que se halla en sacramento de la penitencia, excede a toda paz y
alegría humana, y que los consuelos que proporciona, son sobre todo
encarecimiento. Haced la prueba, pecadores, y lo experimentaréis.
Que sea el principal fruto, que saquemos de esta
Novena, el hacer en obsequio a la Virgen Sma. una buena confesión antes de
terminarla.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que
desea alcanzar por medio de esta Novena.
Parte Histórica
Cada día crecía el inmenso oleaje de personas, que
acudían a la Gruta. Arrastrados por la universal admiración habían ido muchos
escépticos, librepensadores y curiosos, con el objeto de burlarse o de hallar
alguna superchería indigna. En esta disposición de ánimo se hallaban, cuando el
25 de febrero se presentó Bernardita, en cumplimiento de la promesa que había
hecho a la celestial Visión, de ir a la Gruta durante quince días; y
sobrecogidos por una emoción inexplicable, al ver a la niña, se descubrieron y
se arrodillaron como todos los demás. La favorecida pastorcilla, sin cuidarse
de nada de cuanto la rodeaba, y pensando sólo en la celestial Aparición, se
arrodilló y se puso en oración. Al poco tiempo su faz se transforma y todos
creen ver a la Santísima Virgen, en los rayos de luz que se reflejaban en las
facciones de Bernardita, a la manera que por los rayos de luz que iluminan las
cumbres de las montañas, conocemos que el sol está presente en nuestro
horizonte.
Una misteriosa conversación se advierte entre la
Reina de los cielos y la humilde pastorcita de la tierra, no desdeñando aquella
comunicar a ésta un tercer secreto, Y ahora, añadió la Virgen después de una
pausa, ve a beber y lavarte en la fuente y come la yerba que brota junto a
ella. Bernardita se quedó suspensa al oír la palabra fuente, y sin apartar los
ojos de la Virgen, se dirigió hacia el río, pues por aquellos parajes no había
más agua que la que arrastraba el Gave a algunos pasos de las rocas.
Una palabra y un ademán de la Aparición la
detuvieron en su camino. "No es ahí" le dijo; "yo no te he dicho
que bebas en el Gave sino en la fuente que está aquí". Bernardita empezó a
escarbar en la tierra, en el lugar que le indicaba la Aparición. De improviso
el fondo de aquella cavidad abierta por la niña tornóse húmedo. Una agua
misteriosa comenzó a filtrarse gota a gota bajo las manos de Bernardita, y a
llenar aquel hueco del tamaño de un vaso que acababa de formarse.
Aquella agua, al mezclarse con la tierra removida
por las manos de la niña, no formaba en un principio más que barro. Bernardita
trató por tres veces de llevar a sus labios aquel cenagoso líquido; pero por
tres veces fue tan fuerte su aversión, que lo arrojó sin tener fuerzas para
tragarlo. No obstante quería ante todo obedecer a la radiante Aparición, y a la
cuarta vez, venció su repugnancia, bebió, se lavó, y comió un poco de la planta
campestre que brotaba al pié de la roca.
Cuando Bernardita cumplió todas las órdenes que había
recibido, la Virgen fijó en ella una mirada llena de satisfacción y a los pocos
instantes desapareció.
Séptimo Día
Santísima Virgen María, Madre mía! Acercándome ya
al final de este novena que estoy celebrando en obsequio y honor vuestro, no
quiero resistir más a los llamamientos interiores que me incitan a sellarla con
una buena confesión de todas mis culpas. Sí, quiero confesarme bien para
recibir dignamente a Vuestro Santísimo Hijo el último día de la Novena. Vos,
Señora que me inspiráis este deseo, alcanzadme gracia para practicarlo, a fin
de que mi confesión sea grata a los divinos ojos, y mi alma quede enteramente
purificada, y lleve en adelante una vida perfectamente cristiana y conforme con
los preceptos de la ley divina. Con este objeto os rezo las siguientes
Avemarías y deprecaciones:
Se rezan las Avemarías como el primer día y después
la oración final: Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor
que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e
instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar
mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis
brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y
saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las
dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de
la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del
cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario Misterios Luminosos
Febrero 9
Día 8°
Santo Rosario Misterios Luminosos
Febrero 9
Día 8°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas
las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy
indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de
vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el
perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra
gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta
novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en
persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me
postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis
necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía,
a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por
haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro
amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me
propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor
especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos
los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios)
Amén.
Meditación
Digna de consideración es la manera de brotar el agua de la fuente
milagrosa. Primeramente empieza el agua a abrirse paso gota a gota, poco
después es ya un hilito apenas perceptible; y creciendo sin cesar llega a
formarse una fuente que arroja diariamente más de cien mil litros de agua. La
oración tiene que ser perseverante. Por eso dejan de recibirse muchas veces las
gracias y favores que se piden al Señor y a la Santísima Virgen, porque no se
piden con constancia, pues por razones misteriosas no se conceden de ordinario
sino después de instar y de perseverar en la oración. Las gracias que uno
recibe a la manera de la fuente milagrosa, generalmente no producen cambios
repentinos, por cuya razón se ha dicho que nadie de repente se hace santo, así
como ninguno llega de un solo golpe a ser sumamente malo. Puede Dios nuestro
Señor en un solo momento concedernos gracias eficacísimas, que produzcan en
nosotros una transformación súbita, pero de ordinario nos las concede según es
nuestra cooperación y correspondencia a ellas. En todos los días ¡cuántas veces
habrá Dios tocado, nuestros corazones!... ¿Y será posible que permanezcamos
sordos y no acudamos a sus llamamientos...? Una fuente abundante de todas las
gracias tenemos en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Es el Autor de
todo bien, Jesús, quien desde la sacratísima Hostia nos dice: "Venid a Mí
todos." Acerquémonos a esta fuente del amor divino para apagar la sed que
sentimos por las cosas de la tierra, y no desear sino las celestiales y
eternas.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por
medio de esta Novena.
Parte Histórica
El agua que al principio tan tenuemente brotaba de las entrañas de la
tierra iba paulatinamente aumentándose hasta llegar a ser una fuente caudalosa.
Las gentes, impulsadas por una secreta inspiración, acudían a beber de aquella
agua, y hasta los enfermos, reputados por la ciencia muchos de ellos,
incurables, al ser bañados, sanaban de sus dolencias. Con estos prodigios, el entusiasmo
religioso y la devoción se acrecentaban por momentos; y el pueblo, a pesar de
que la Aparición no había dicho quién era, creía que no podía ser otra que la
Madre de Dios. Bernardita, que ansiaba también saber quién era la hermosa
Señora, al verla el 25 de Marzo, como siempre, rodeada de luz indescriptible y
con una bondad sin igual, se atrevió a decirla:
"Señora, ¿tendréis la bondad de decirme quién sois y cuál es
vuestro nombre?".
La bendita Aparición sonrió sin contestar, Animada por su benevolencia,
Bernardita insistió: "oh Señora! ¿queréis tener la bondad de decirme
vuestro nombre?" Los resplandores de la Aparición aumentaron, como si
fuese creciendo en alegría; pero tampoco respondió. Bernardita, extasiada ante
esta hermosura, redobló sus instancias, pronunciando por tercera vez estas
palabras: "Señora, ¿queréis tener la bondad de decirme cuál es vuestro
nombre?" A pesar de tantas instancias, la Aparición permanecía silenciosa.
La niña, como si una inspiración superior la guiara, por cuarta vez dijo:
"¡Oh Señora! os lo suplico, queréis tener la bondad de decirme quién sois
y cómo os llamáis? A esta última súplica, la Aparición desplegó las manos,
suspendió del brazo derecho el rosario, abrió los brazos y los inclinó al
suelo, corno para indicar las bendiciones que derramaría sobre la tierra.
Después elevándolos hacia el cielo, pronunció con una gratitud indecible:
"Yo soy la Inmaculada Concepción."
Octavo Día
¡Oh Inmaculada María; toda hermosa, pura y sin mancha desde el primer
instante de vuestra Concepción! Alcanzadme la pureza de alma y cuerpo, y la
limpieza de toda culpa, para que pueda acercarme dignamente al Santísimo
Sacramento del altar. Si el ciervo sediento corre presuroso a las aguas
cristalinas para apagar su sed, sedienta se halla mi alma, por acercarse a ese
Sacramento de bondad y de amor. Obtenedme, Virgen Santa, tal gracia al recibir
mañana a vuestro Santísimo Hijo en la comunión, que jamás llegue a echarlo de
mi alma por el pecado, porque sin Jesús, que es mm vida, mi dicha y todo mi
consuelo, no puedo vivir, ni tener paz en mi corazón. Para conseguir esto os
saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones.
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final:
Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los
hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras
influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de
Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para
remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi
espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario Misterios Dolorosos
Febrero sábado 10
Día 9°
Santo Rosario Misterios Dolorosos
Febrero sábado 10
Día 9°
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas;
humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas
las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy
indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de
vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el
perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra
gracia no volver a cometer. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta
novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en
persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me
postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis
necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía,
a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por
haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro
amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me
propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor
especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos
los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos
obsequios) Amén.
Meditación
Gran consuelo es para nosotros el considerar la solicitud maternal de
María para con los hombres. Nadie puede llegar a comprender en esta vida, todo
lo que María ha hecho y hace para salvarnos. Siendo Ella la Madre de la
misericordia, como la llama la Iglesia, es el medio por donde nos vienen todas
las gracias que Dios quiere dispensarnos.
Con gran ternura las comunica al justo, para que persevere en el
servicio del Señor; con gran solicitud las procura y se las envía al pecador,
para que, aún en medio dé sus extravíos, no se endurezca su corazón, y vuelva
en sí, y se convierta y se salve. Si alguno se pierde, no eche a nadie más que
a sí mismo la culpa de su perdición, porque Dios nos ha descubierto en su Madre
en estos últimos tiempos por medio de Bernardita, todos los tesoros de su
gracia y de su amor. Nosotros que tenemos la dicha de ser el objeto de la
solicitud maternal de María y que nos hemos consagrado a Ella ingresando en su
Cofradía, conduzcámonos como verdaderos hijos y devotos suyos, cumpliendo con
las obligaciones que contrajimos al ser regenerados en las aguas del bautismo;
pues en esto consiste la verdadera y principal devoción a María. Huyamos con
sumo cuidado y diligencia de todo aquello que puede apartarnos del recto camino
que nos conduce al cielo; de las malas lecturas, de los falsos amigos, de las
reuniones peligrosas, pues guardándonos a nosotros mismos, Dios también nos
guardará y nos sostendrá para que no caigamos de su divina gracia.
Medítese sobre lo dicho y pida cada uno la gracia que desea alcanzar por
medio de esta Noveno.
Parte Histórica
Dieciocho veces se había aparecido la Sma. Virgen a Bernardita, siendo
la última en el día que la Iglesia dedica en honor de Nuestra Señora del
Carmen. Multitud de gentes en muchas ocasiones habían presenciado la admirable
transformación, que causara en la niña la Aparición. Una fuente misteriosa
había brotado bajo las manos de la pastorcita, guiada por las indicaciones de
la Señora; muchos enfermos de alma y cuerpo habían recobrado la salud; y a
pesar de todo los librepensadores se obstinaban en negarlo todo sin someterse a
las pruebas, a que los católicos les provocaban. Siempre han sido los mismos
los impíos; ellos que tanto claman por los fueros de la razón, son los que
menos los respetan en cuanto dejan de serles favorables. Mas en, lo que a la
Aparición de la Santísima Virgen de Lourdes se refiere, aún cuando hubiesen querido
perseverar en seguir su sistema sobredicho, de nada les hubiera servido, pues
los sucesos se habían verificado de una manera tan prodigiosa, que sin remedio
tuvieron que verse humillados y confundidos sin recurso de apelación.
Desde el fondo de una roca desierta, y anunciada por la voz de una niña,
lo sobrenatural se había abierto camino, derribando todos los obstáculos,
arrastrando a las muchedumbres y conquistando a su paso todos los corazones que
de buena fe buscaban la verdad. El Sr. Obispo de Tarbes, después de la más
escrupulosa depuración de los hechos confirmó la verdad de las apariciones por
un decreto de 18 de Enero de 1862. Desde entonces el mundo entero católico,
ansioso de corresponder a los deseos de la Santísima Virgen, ha acudido a su llamamiento
y todos los años llegan a Lourdes muchos millares de peregrinos de las cinco
partes del mundo. Nosotros en esta Novena hemos procurado también honrar a la
que descendió de los cielos para nuestro bien.
Noveno Día
¡Inmaculada y Santísima Madre de Dios! Altísimas lecciones me habéis
dado en esta Novena; saludables y amorosas invitaciones he recibido; no quiero
ser ingrato ni obstinado. Decididamente me propongo servir a Dios con
fidelidad, amarle con todo el afecto de mi alma, y honraros a Vos como a Madre
mía queridísima. Imprimid estos efectos en mi corazón para que jamás los
olvide; obtenedme la gracia de perseverar constantemente en estos Santos
pensamientos hasta exhalar el último suspiro de mi vida, mereciendo, ahora y
siempre vuestra protección, hasta que tenga la dicha de gozar en el cielo de
las infinitas delicias, que Dios tiene preparadas para los que le aman. Y a fin
de que estos mis propósitos os sean más aceptables, os saludo con las
siguientes Avemarías y deprecaciones
Se rezan las Avemarías como el primer día y después la oración final:
Inmaculada Señora etc.
Oración Final
Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los
hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa
Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras
influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de
Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para
remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles
aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi
espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.
Invocación:
Oh querida Virgen de Lourdes
Como pobre peregrina, me postro
Delante de Ti, anegada mi alma en
Llanto y dolor recibe mi plegaria
Y mis lágrimas
Ave María
Oh Querida Virgen de Lourdes, mi
Alma esta triste, se halla pobre y
Desamparada Ayuda, sostiene y
Ave María
Oh querida Virgen de Lourdes en
mi corazón nace la esperanza de
que en verdad me oirás, Espero pues la
gracia Madre mía, siempre te amare,
Ave María
Santo Rosario Misterios Gozosos
La Virgen a Bernardet
La Inmaculada Concepción
Santo Rosario Misterios Gozosos
CANCIÓN en honor a: NUESTRA SEÑORA DE Lourdes
En la encina de la montaña en Lourdes
Apareció la Virgen , Virgen María
Madre nuestra y del Señor.
Diciéndole a Bernardet vengo
por ustedes hijos míos
a pedirles penitencia penitencia
y oración.
Rezad el Santo Rosario
Por las ofensas a Dios
porque hieren hijos míos
su Sagrado Corazón,
Dejo gracias y bendición
Diciéndole que Ella era
En Lourdes allá en el barro
Estancado nos dejó aguas
Puras y
benditas para
nuestra Sanción
Madrecita Madrecita
Madre nuestra y del
Señor perdona nuestros pecados
Perdónanos por favor.
Autor, Perla Perez
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