NUESTRA SEÑORA DEL VALLE
Madre de infinito amor, pasan los días, y
aguardamos con esperanza,
nosotros tus hijos, que permanecemos con el
corazón colmado de fe, en oración y en entrega fiel a Ti y a la Santísima
Trinidad.
Estamos aprendiendo, que el mal que recibimos
es lo que sembramos, esta hija también pecadora te pide perdón por mis miserias.
El mundo tiembla, hay dolor por las pérdidas
de vidas inocentes. El Señor dice
no tengan miedo, pero si lo tenemos porque se
nos ha ido de las manos la capacidad de razonar de saber diferenciar; el bien
del mal.
No fuimos capaces de respetar la ley de Dios,
volviendo a caer como en el pasado
cometiendo las mismas faltas graves de ayer,
creamos los mismos peligros y mal que recibimos, es lo que sembramos y reconocemos aunque: a
muchos les cuesta reconocer y continúan con ceguera espiritual, sin valorar el
orden establecido e ir en busca de la “Verdad”
ella es quien nos da luz, felicidad y
libertad.
Lo vemos hoy en aquellos que transgredieron la cuarentena que estamos
haciendo todos por una grave enfermedad,
a muchos sin importarles por su vida y la del otro, porque la soberbia les hace pensar que son
inmunes.
Demos reconocer que así somos rebeldes,
soberbios sin importar el mal que podemos
hacer a nuestro prójimo.
A pesar de las ingratitudes y malos
comportamientos, con lágrimas en tus bellos ojos, nos miras con piedad; cuantas
veces nos decías hijos soy la madre que los cuida como polluelos cubriéndolos con
mi manto, para darles calor y amor: escúchenme hijitos vuelvan al todo Poderoso,
nada podrán solos!!!
Se dañan así mismos con conductas erradas
cubiertas de mal e injusticia
que provocan dolor.
Hijos míos la felicidad de toda Madre que ama es proteger
y se han soltado de mi mano.
Madre no te escuchamos, pudo más la soberbia y
la omnipotencia que nos llevó a ser lo que hoy mostramos, corazones duros
incapaces de abrirse al Amor del Padre.
Quisiéramos ver cambios en esta humanidad
alejada de su Dios, pero
no es así las tinieblas están por cada lugar
que transitamos, y esto nos entristece.
Hoy con toda humildad digo a la humanidad
herida no debemos permitir que nos
alejen de la alegría de permanecer y vivir en unidad con el Señor, Cristo Jesús:
de acompañar con nuestra caridad, al pobre, vemos que hay mucha pobreza,
siempre digo, la gente no elige ser pobre, lo que sucede es que no les dan oportunidad para dejar de
serlo.
A los poderosos no les importa son corazones
de piedra, que viven en la opulencia y no tienen conciencia de compartir, porque su egoísmo no se los permite ver y trabajar
por la justicia, ellos saben que de este mundo nada llevaremos pero no les
importa, les cuesta compartir o ayudar,
si compartieran sus riquezas. para que haya trabajo digno; capacidad perdida,
debemos volver al mandato del Creador, cuando nos dice que el hombre o mujer
debe ganar su pan con esfuerzo y dignidad.
El mundo debe comprender que las riquezas
deben ser compartidas sin dejar de valorar el esfuerzo personal; esto lo está
diciendo la naturaleza a la que atacamos destruyéndola, ella hoy nos pide el
cambio.
Hoy: todos, todos estamos en peligro somos una
pobre humanidad con ojos triste, hay dolor
en el alma e impotencia porque vemos que somos pequeños delante de un virus
enemigo invisible y mortal.
Los líderes deben comprender que hay muchos hermanos, muchas Naciones en peligro, donde hay dolor; desearíamos
ver, cambios esos que no aparecían y después de esta grave situación deben
aparecer: habrá que corregir comprendiendo que solos nada podemos, debemos demostrar caridad y
hermandad porque:
el error y el egoísmo de algunos, son la
tristeza y el sufrimiento de otros; a esos que pasan sus días en el vacío que les han asignado.
Madre has dicho que nos ayudarías y lo vemos aquí
son los días cálidos temperaturas de
primavera, esperando la “Primavera” que anuncia la felicidad:
Con, el fin del mal
Señora Vestida de Sol Virgen y Madre, Tú que
eres la esperanza del cristiano; míranos, ven con tu ternura y piedad; ora con y por nosotros, para que la
gracia del Padre nos permita ver nuevamente la vida como debe ser “Vida”.
Llévanos a nuestro Salvador, a quien es el “Sol” el “Rey” Cristo Jesús al que todos
esperamos.
Nuestra Señora del Valle; Inmaculada Virgen María ruega por todos
tus hijos.
Amén
Rezamos el Santo Rosario.
Perla
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