sábado, 4 de abril de 2020

HUMILDAD Y AMOR A LA: " VIRGEN MARÌA"

NUESTRA SEÑORA DEL VALLE
Madre de infinito amor, pasan los días, y aguardamos con esperanza,
 nosotros tus hijos, que permanecemos con el corazón colmado de fe, en oración y en entrega fiel a Ti y a la Santísima Trinidad.
Estamos aprendiendo, que el mal que recibimos es lo que sembramos, esta hija también pecadora te pide perdón por mis miserias.
El mundo tiembla, hay dolor por las pérdidas de vidas inocentes. El Señor dice
no tengan miedo, pero si lo tenemos porque se nos ha ido de las manos la capacidad de razonar de saber diferenciar; el bien del mal.
No fuimos capaces de respetar la ley de Dios, volviendo a caer como en el pasado
cometiendo las mismas faltas graves de ayer, creamos los mismos peligros y mal que recibimos,  es lo que sembramos y reconocemos aunque: a muchos les cuesta reconocer y continúan con ceguera espiritual, sin valorar el orden establecido  e ir en busca de la “Verdad” ella es quien  nos da luz, felicidad y libertad.
Lo vemos hoy en aquellos que  transgredieron la cuarentena que estamos haciendo todos  por una grave enfermedad, a muchos sin importarles por su vida y la del otro,  porque la soberbia les hace pensar que son inmunes.
Demos reconocer que así somos rebeldes, soberbios sin importar el mal que podemos
hacer a nuestro prójimo.
A pesar de las ingratitudes y malos comportamientos, con lágrimas en tus bellos ojos, nos miras con piedad; cuantas veces nos decías hijos soy la madre que los cuida como polluelos cubriéndolos con mi manto, para darles calor y amor: escúchenme hijitos vuelvan al todo Poderoso, nada podrán solos!!!
Se dañan así mismos con conductas erradas cubiertas de mal e injusticia
que provocan dolor.
Hijos míos  la felicidad de toda Madre que ama es proteger y se han soltado de mi mano.
Madre no te escuchamos, pudo más la soberbia y la omnipotencia que nos llevó a ser lo que hoy mostramos, corazones duros incapaces de abrirse al Amor del Padre.
Quisiéramos ver cambios en esta humanidad alejada de su Dios, pero
no es así las tinieblas están por cada lugar que transitamos, y esto nos entristece.
Hoy con toda humildad digo a la humanidad herida no debemos permitir  que nos alejen de la alegría de permanecer y vivir en unidad con el Señor, Cristo Jesús: de acompañar con nuestra caridad, al pobre, vemos que hay mucha pobreza, siempre digo, la gente no elige ser pobre, lo que sucede  es que no les dan oportunidad para dejar de serlo.
A los poderosos no les importa son corazones de piedra, que viven en la opulencia y no tienen conciencia de compartir, porque  su egoísmo no se los permite ver y trabajar por la justicia, ellos saben que de este mundo nada llevaremos pero no les importa, les cuesta compartir o  ayudar, si compartieran sus riquezas. para que haya trabajo digno; capacidad perdida, debemos volver al mandato del Creador, cuando nos dice que el hombre o mujer debe ganar su pan con esfuerzo y dignidad.
El mundo debe comprender que las riquezas deben ser compartidas sin dejar de valorar el esfuerzo personal; esto lo está diciendo la naturaleza a la que atacamos destruyéndola, ella hoy nos pide el cambio.
Hoy: todos, todos estamos en peligro somos una pobre humanidad  con ojos triste, hay dolor en el alma e impotencia porque vemos que somos pequeños delante de un virus enemigo invisible y mortal.
Los líderes  deben comprender que hay  muchos hermanos, muchas  Naciones en peligro, donde hay dolor; desearíamos ver, cambios esos que no aparecían y después de esta grave situación deben aparecer: habrá que corregir comprendiendo que solos  nada podemos, debemos demostrar caridad y hermandad porque:
el error y el egoísmo de algunos, son la tristeza y el sufrimiento  de otros;  a esos que pasan sus días en el vacío que  les han asignado.
Madre has dicho que nos ayudarías y lo vemos aquí son los días cálidos  temperaturas de primavera, esperando la “Primavera” que anuncia la felicidad:
Con, el fin del mal
Señora Vestida de Sol Virgen y Madre, Tú que eres la esperanza del cristiano; míranos, ven con tu ternura  y piedad; ora con y por nosotros, para que la gracia del Padre nos permita ver nuevamente la vida como debe ser “Vida”.
Llévanos a nuestro Salvador, a quien es  el “Sol” el “Rey” Cristo Jesús al que todos esperamos.
Nuestra Señora del  Valle; Inmaculada Virgen María ruega por todos tus hijos.
Amén
Rezamos el Santo Rosario.
Perla

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