LAS BIENAVENTURANZAS
Mateo 5, 1-19 Sermón del Monte.
Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos. Tomó la palabra y comenzó a enseñarles del siguiente modo: Felices los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece.
Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia. Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios. Felices los perseguidos por causa del bien, porque el Reino de los Cielos les pertenece. Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien de todo por mi causa. Alégrense y pónganse contentos pues la paga que les espera en el cielo es abundante. De este mismo modo persiguieron a los profetas anteriores a ustedes. Imagen de los discípulos, sal y luz. Ustedes son la sal de la tierra: si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se devolverá su sabor? Sólo sirve para tirarla y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte. No se enciende una lámpara para meterla en un cajón, sino que se pone en el candelero para que alumbre a todos en la casa. Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el Cielo. Jesús y la Ley No piensen que ha venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir. Les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una letra, ni una coma de la ley dejará de realizarse. Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el Reino de los Cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Palabra de Dios.
VENI CREATOR SPIRITUS
Ven Espíritu creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones
que Tú mismo has creado.
Tú, eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete
sagrados dones;
Tú, el dedo de la mano de Dios,
Tú, el prometido del Padre,
Tú pones en nuestros labios
los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía
evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre
y conozcamos también al Hijo
y que en Ti, que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre
y al Hijo que resucitó
de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos infinitos.
Amén.
AVE MARIS STELLA
Salve, estrella del mar,
Madre Santa de Dios,
y siempre Virgen,
feliz Puerta del Cielo.
Aceptando aquel «Ave»
de la boca de Gabriel,
afiánzanos en la paz
al trocar el nombre de Eva.
Desata las ataduras de los reos,
da luz a quienes no ven,
ahuyenta nuestros males,
pide para nosotros todos los bienes.
Muestra que eres nuestra Madre,
que por ti acoja nuestras súplicas
quien nació por nosotros
tomando el ser de ti
Virgen singular,
dulce como ninguna,
líbranos de la culpa
haznos dóciles y castos.
Facilítanos una vida pura,
prepáranos un camino seguro,
para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo.
Alabemos a Dios Padre,
glorifiquemos a Cristo Soberano
y al Espíritu Santo,
y demos a las Tres personas un mismo honor.
Amén.
MAGNÍFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí,
su nombre es Santo.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes;
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
PETICIÓN DE INTERCESIÓN A SAN JOSÉ PARA MI CONSAGRACIÓN
Oh, San José, tú que fuiste quien más cercano vivió a María y Jesús, y que tu protección
es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis
intenciones y deseos de consagrarme a Jesús por medio de María.
Ayúdame, San José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones
espirituales de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, y de tu esposa la Santísima
Virgen María, a quienes protegiste, alimentaste, cuidaste y acompañaste mientras viviste
con Ellos, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, te tribute yo
mi agradecimiento y homenaje.
Oh, San José, nunca me cansaré de contemplarte con el Divino Niño Jesús durmiendo en tus brazos. No me
atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Así que abrázale en mi nombre, besa por mí su
delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.
¡San José, ruega por mi! y que esta Consagración que hago a Jesús por medio de María se imprima en mi
corazón transformándolo; protégeme con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenido(a) por tu
auxilio, pueda santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar la eterna bienaventuranza en el cielo. Amén.
CONSAGRACIÓN de SÍ MISMO(A) a JESUCRISTO por MARÍA SANTÍSIMA Y SAN JOSÉ
basada en San Luis María Grignion de Montfort
¡Oh, Sagrado Corazón de Jesús!, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María,
siempre Virgen! Te adoro en la gloria del Padre, durante la eternidad y en el seno virginal de María, tu Madre,
en el tiempo de tu Encarnación.
Te doy gracias porque, anonadándote, has venido al mundo, hombre entre los hombres y servidor del Padre,
para librarme de la esclavitud del pecado.
Te alabo y glorifico Señor, porque has vivido en obediencia amorosa a María, para hacerme fiel discípulo(a)
suyo(a). Desgraciadamente, no he guardado los votos y promesas de mi bautismo y no soy digno(a) de
llamarme hijo(a) de Dios. Por ello, acudo a la misericordiosa intercesión de tu Madre esperando obtener por su
ayuda el perdón de mis pecados y una continua comunión contigo, Oh, Sagrado Corazón de Jesús.
Te saludo pues, oh María Inmaculada, templo viviente de Dios: en ti ha puesto su morada la Sabiduría Eterna
para recibir la adoración de los ángeles y de los hombres. Te saludo, oh Reina del cielo y de la tierra: a ti están
sometidas todas las criaturas. Te saludo, refugio seguro de los pecadores: todos experimentan tu gran
misericordia. Acepta los anhelos que tengo de la Divina Sabiduría y mi consagración total.
Yo, _____________________ consciente de mi vocación cristiana, renuevo hoy en tus manos mis compromisos
bautismales. Renuncio a satanás, a sus seducciones, a sus pompas y a sus obras, y me consagro a Jesucristo
para llevar mi cruz detrás de Él, en la fidelidad de cada día a la voluntad del Padre. En presencia de toda la
corte celestial, te elijo en este día por mi Madre y Maestra. Me entrego y consagro a ti, como tu esclavo(a), mi
cuerpo y mi alma, mis posesiones tanto internas como externas, incluso el valor de todas mis buenas acciones,
pasadas, presentes y futuras, dejando en ti, entero y completo derecho de disponer de mí, y todo lo que me
pertenece, sin excepción, de acuerdo a tu voluntad, para mayor gloria de Dios en el tiempo y en la eternidad.
Madre del Señor, acepta esta pequeña ofrenda de mi vida y preséntala a tu Hijo; si Él me redimió́ con tu
colaboración, debe también ahora recibir de tu mano, el don total de mí mismo(a). En adelante, deseo honrarte
y obedecerte en todo como verdadero(a) esclavo(a) tuyo(a).
¡Oh, Corazón Inmaculado de María!, que yo viva plenamente esta consagración para prolongar en mí la
amorosa obediencia de tu Hijo y dar respuesta a la misión trascendental que Dios te ha confiado en la historia
de la salvación. ¡Madre de misericordia!, alcánzame la verdadera Sabiduría de Dios, y hazme plenamente
disponible a tu acción maternal. Colócame así́, entre los que tú amas, enseñas, guías, alimentas y proteges
como hijos tuyos. ¡Oh, Virgen fiel!, haz de mí un(a) auténtico(a) discípulo(a) e imitador(a) de tu Hijo, el Sagrado
Corazón de Jesús. Contigo, Madre y modelo de mi vida, llegaré a la perfecta madurez de Jesucristo en la tierra
y a la gloria del cielo. Amén.
¡Totus Tuus!
CONTEMPLACIÒN:
¡OH Padre Creador, en tu Hijo Jesùs y el Espìritu Santo.
a Ti elevamos
estas oraciones para que venga a nosotros y a tu Iglesia tu infinito poder.
Ven con tu Divinidad y Fuerza Universal :ayúdanos a derribar las
murallas del mal que están destruyendo a tu Iglesia tus hijos y al mundo.
Con fe y esperanza, en entrega fiel nos entregamos a Ti,que eres quien
ordena todas las cosas.
Porque todo lo creado por tus manos es perfecto, ayúdanos a liberarnos del mal
que acecha dañando todo,
Porque eres nuestro Dios te imploramos que:
junto a las Almas buenas, Àngeles , Santos y ,Profetas: Especialmente el jefe de la
milicia celestial San Miguel Arcángel destruya al dragón poniendo fin al mal.
Que asì sea
Perla
Novena san
Benito abad
Oración
preparatoria para todos los días
Te
saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh
Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de
tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos
con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos,
por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te
somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya.
Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te
pedimos en esta novena...
Primer
día de la Novena a San Benito
¡Oh
glorioso San Benito, que desde tu infancia reconociste la vanidad del mundo y
únicamente deseaste los bienes eternos! Alcánzanos un vivo deseo del cielo y
que recordemos frecuentemente a Dios, nuestro último fin, y hacia Él ordenemos
toda nuestra vida para que en todo Él, sea
glorificado.
San
Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración
final para todos los días
¡Oh
glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus
devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la
medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores
que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti.
Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida
y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega
por nosotros.
Concluir
con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración
preparatoria para todos los días
Te
saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh
Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de
tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos
con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos,
por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te
somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya.
Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te
pedimos en esta novena...
Segundo
día de la Novena a San Benito
¡Oh
glorioso San Benito, humilde de corazón, que supiste desdeñar las alabanzas de
los hombres! Alcánzanos la humildad, tú que amaste a Dios sobre todas las cosas
y le entregaste sin reservas tu corazón, consíguenos también el amor de Dios.
San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración
final para todos los días
¡Oh
glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus
devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la
medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores
que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti.
Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida
y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega
por nosotros.
Concluir
con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración preparatoria
para todos los días
Te saludamos con
filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador
de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes!
Mira desde el cielo la viña que
plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de
un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos,
por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una
muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora
suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora
consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Tercer día de la
Novena a San Benito
¡Oh glorioso San
Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las
alabanzas divinas! Alcánzanos el espíritu de oración. Tú, que cual lirio entre
espinas, guardaste una castidad angelical por medio de la humildad, de la
vigilancia continua, de la oración y de la mortificación de los sentidos,
consíguenos el don de la pureza.San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías.
Concluir con la oración final.
Oración final para
todos los días
¡Oh glorioso San
Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu
gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que
viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su
medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del
Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y
especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por
nosotros.
Concluir con un
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración
preparatoria para todos los días
Te
saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh
Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de
tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos
con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos,
por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te
somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya.
Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te
pedimos en esta novena...
Cuarto
día de la Novena a San Benito
¡Oh
glorioso San Benito que venciste al demonio y triunfaste de sus engaños!
Alcánzanos la gracia de resistir sus sugestiones y de huir de toda ocasión de
pecado. Tú que enseñando una vida austera, de renuncia y trabajo, aborreciste
la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros mismo
para seguir a Cristo. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir
con la oración final.
Oración
final para todos los días
¡Oh
glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus
devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la
medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores
que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti.
Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida
y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por
nosotros.
Concluir
con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración preparatoria para todos
los días
Te saludamos con filial afecto,
oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la
obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde
el cielo la viña que plantó tu mano.
Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial
a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección.
Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y
por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y
santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas
del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia
especial que te pedimos en esta novena...
Quinto día de la Novena a San
Benito
¡Oh glorioso San Benito, que
amaste el silencio, y no abriste la boca jamás a palabras ligeras e impuras, a
quejas, murmuraciones, y a juicios contra el amor al prójimo! Alcánzanos la
gracia de no decir jamás palabras impuras y contra la caridad, a perdonar y
guardar nuestra lengua de todo pecado. San Benito, ruega por nosotros. Tres
Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos los
días
¡Oh glorioso San Benito, que
desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante
Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con
tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos
ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la
gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
Concluir con un Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Oración
preparatoria para todos los días
Te
saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh
Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de
tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos
con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos,
por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te
somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya.
Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te
pedimos en esta novena...
Sexto día
de la Novena a San Benito
¡Oh
glorioso San Benito, que fuiste blanco de persecuciones y guardaste la paz de
tu alma por medio de la dulzura de la paciencia! Alcánzanos el don de la
paciencia y la gracia de perdonar las ofensas, tú que perdonaste a los que
atentaron contra tu vida y te expulsaron de tu país, y que misericordiosamente
pediste al Señor les perdonara, llorando su ceguera y terrible fin. San Benito,
ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración
final para todos los días
¡Oh
glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus
devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la
medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores
que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti.
Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida
y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega
por nosotros.
Concluir
con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración preparatoria
para todos los días
Te saludamos con
filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador
de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes!
Mira desde el cielo la viña que
plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de
un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos,
por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una
muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora
suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora
consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Séptimo día de la
Novena a San Benito
¡Oh glorioso San
Benito, que animado por un ardiente celo para asistir al prójimo en sus
necesidades, instruiste a los ignorantes, socorriste a los pobres, curaste a
los enfermos, resucitaste a los muertos, libraste a los cautivos del demonio y
de sus pasiones, consolaste a los afligidos y convertiste a los pecadores!
Consíguenos la gracia de amar al prójimo y de hacer con él las obras de
misericordia. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la
oración final.
Oración final para
todos los días
¡Oh glorioso San
Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu
gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que
viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su
medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del
Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y
especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por
nosotros.
Concluir con un
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración preparatoria
para todos los días
Te saludamos con
filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador
de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes!
Mira desde el cielo la viña que
plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de
un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos,
por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una
muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora
suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora
consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Octavo día de la
Novena a San Benito
¡Oh glorioso San
Benito, que inundaste de consuelo el corazón de tu hermana Santa Escolástica,
llenándolo del amor de Dios y de las bienaventuranzas del cielo! Concédenos la
gracia de santificar nuestros afectos más queridos. San Benito, ruega por
nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para
todos los días
¡Oh glorioso San Benito,
que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder
ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene
honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio
Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor,
todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida
y especialmente la
gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.
Concluir con un
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración preparatoria
para todos los días
Te saludamos con
filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador
de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes!
Mira desde el cielo la viña que
plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de
un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos,
por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una
muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora
suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora
consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...
Noveno día de la
Novena a San Benito
¡Oh glorioso San
Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en medio de
ángeles y santos, siendo consolados tus discípulos por la revelación de tu
gloria! Concédenos del Señor, la gracia de la perseverancia final, de una buena
muerte y de tu asistencia e intercesión en nuestro último día. San Benito,
ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
Oración final para todos
los días
¡Oh glorioso San
Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu
gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que
viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su
medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del
Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y
especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por
nosotros.
Concluir con un
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Contemplaciòn: 16-2-2020
Hoy vivimos momentos, momentos de crisis mundial porque
hemos dejado de lado valores, esenciales para vivir en comunidad que es
, amor ,orden respeto etc.
Si dejamos que la vida de un inocente, el que no puede defenderse, se lo mate
triturado quirúrgicamente y que haya leyes que lo autoricen es allí cuando comienza la degradación, es la semilla del mal que desembocara en el caos que hoy vivimos y no se puede parar; es violencia es ;matar,violar,robar,etc,etc etc
Vemos: teorías, reflexiones cada maestrito con su librito, recordando a los maestros, filósofos y fuentes de formación,analizando el hoy conflictivo mostrando: matrículas, doctorados maestrías etc.pero esto no basta, solo nos enroscamos en teorías y la solución es más sencilla.
Dios nos dio dies mandamientos allí está la verdad, es simple hay que profundizar en la interpretación y volver a la verdadera Fuente es la única salida respeto, orden y Verdad
Estamos lejos del orden la realidad angustia y destruye pareciera hablar y no escuchar
ver y negar en fondo del mal,
Porque reconoceriamos y deberíamos dejar esta filosofía progresistas,relativista que daña, que para muchos es modernidad digo si la modernidad hace que vivamos en el caos y dolor para que nos sirve.
Antes con los mismos filosofos, Aristoteles, Platon etc en sus enseñanzas la palabra progresión era superaciòn nos señalaba el sentido de la verdad se reconocía y demostraba aquello que veíamos de gerarquizaciòn , tanto hombre como mujer, el destacarse en capacidades de servicio,desarrollo de paradigmas para el bien: descubrimientos y adelantos científicos etc.
Hoy ser progreso es: negar la moral,el bien,la luz,la retórica intelectual usando lenguajes
deformantes que confunden la verdadera palabra, la mentira se da vuelta y la transforman en verdad.
Se olvidan de analizar en profundidad el origen del mal, que gracias Dios no somos el cien por ciento sino ya no existiríamos como raza humana;pero el porcentaje que vemos actuar alcanza para que el ser humano realice el mal como pandemia lo vemos no lo podemos negar, estamos; vacíos de conciencia,espíritu,intelecto,vemos corazones que no saben amar, manifestando odio por su progimo, convirtiéndose en almas sin luz, personas infelices.
Esto que nos pasa es producto de errores que no se quiere reconocer y es:, falta total de valores,ética y moral.
Hay personas que cumplen un rol importante social son las que deben demostrar con el ejemplo de vida del bien por todos nosotros, la ética, moral, amor justicia.
Pero sus actitudes son lo contrario a lo que se pregona : se miente, y si no hay verdad , honestidad y sinceridad no hay justicia perdiendo valorarnos como sociedad.
No se puede borrar con el codo lo que se escribió bajo juramento y luego hacer lo contrario
el doble discurso y la mentira,confunden y es cuando la sociedad comienza a navegar sin timón vamos de mal en peor; el error, la mentira y la falta de justicia crea entre nosotros una relación patológica, desde el hogar entre padres e hijos, la escuela; sin orden y límites hay desborde y por ende aparece el mal,esto no quiere decir autoritarismos,sino orden: ejemplo si no cuido mi cuerpo y hago mal uso de la alimentación, etc etc. me enfermare o vendrán consecuencias que dañan a terceros.
Hay que reconocer inteligentemente que así es con todo; en lo personal y en lo social.
Decidimos quien vive y quién no, y después queremos que ese virus del mal se transforme en bien y amor!!! , vemos en los jóvenes la falta de valor por la vida del otro y la propia, ese mal es el monstruo que creamos permitiendo, por ejemplo muera un inocente, una personita;
un bebé en desarrollo, frágil e indefenso en el vientre materno, rechazado porque una mujer que dice y decide hacer de su cuerpo lo que quiera y es lícito para ella matar a un ser humano y esto es apoyado por quienes quieren frenar el mal, preguntó
¿ hay coherencia en lo que hacemos y pensamos?.
No debemos engañarnos, mentir y mentir,trae estas consecuencias causa y efecto lo muestra la misma naturaleza.
!qué esperamos el resto de la sociedad, si permitimos se mate a un inocente en gestación que tiene el mismo derecho de vivir de aquel de 5 o 20 años¡,
El mal ya está porque socialmente decidimos que la vida no tiene valor¿.y queremos que los jóvenes o personas no se maten ?,
Queridos hermanos:
Verdad : debemos vivir en Verdad.
San Benito tu que enfrentaste y rompiste con la muerte cuando querían envenenarte,por desorden espiritual celos y odio,
Te pedimos nos ayudes.
Tu sabes bien como es el mal humano condúcenos a la luz.
Que asì sea
Perla