sábado, 27 de abril de 2019

BEATIFICACIÓN DE MONSEÑOR ANGELELLI Y TRES MÁRTIRES RIOJANOS

  
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HOMILÍA

Excelentísimo Cardenal Ángelo Becciu
Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos

“Este es el día que hizo el Señor:
Alegrémonos y regocijémonos”.

Queridos hermanos y hermanas,

La invitación que la Liturgia nos renueva constantemente en este tiempo de Pascua, encuentra hoy en nosotros, reunidos en el solemne rito de la beatificación de cuatro mártires, una respuesta particularmente pronta y alegre.

Nos alegramos y nos regocijamos en el Señor por el don de los nuevos Beatos.

Son hombres que han dado valientemente su testimonio de Cristo, mereciendo ser propuestos por la Iglesia a la admiración e imitación de todos los fieles. Cada uno de ellos puede repetir las palabras del libro de la Apocalipsis, proclamadas en la primera lectura: “Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías” (Ap 12,10): el poder de Cristo resucitado, que, a lo largo de los siglos, por medio de su Espíritu, continúa viviendo y actuando en los creyentes, para impulsarlos hacia la plena realización del mensaje evangélico.

Conscientes de esto, los nuevos Beatos siempre contaron con la ayuda de Dios, incluso cuando tuvieron que “sufrir por la justicia” (1Pe 3,14), de modo que siempre estaban dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pidiese razón de la esperanza que ellos tenían (cfr 1Pe 3,15). Se ofrecieron a Dios y al prójimo en un heroico testimonio cristiano, que tuvo su culmen en el martirio. Hoy a la Iglesia se complace en reconocer que Enrique Ángel Angelelli, Obispo de La Rioja, Carlos de Dios Murias, franciscano conventual, Gabriel Longueville, sacerdote misionero fidei donum, y el catequista Wenceslao Pedernera, padre de familia, fueron insultados y perseguidos a causa de Jesús y de la justicia evangélica (cfr Mt 5, 10-11), y han alcanzado una “gran recompensa en el cielo” (Mt 5,12).

“¡Felices ustedes!” (Mt 5,11; 1Pe 3,13). ¿Cómo podríamos no escuchar dirigida a nuestros cuatro Beatos esta sugestiva manifestación de alabanza? Ellos fueron testigos fieles del Evangelio y se mantuvieron firmes en su amor a Cristo y a su Iglesia a costa de sufrimientos y del sacrificio extremo de la vida. Fueron asesinados en 1976 [mil novecientos setenta y seis], durante el período de la dictadura militar, marcado por un clima político y social incandescente, que también tenía claros rasgos de persecución religiosa. El régimen dictatorial, vigente desde hacía pocos meses en Argentina, consideraba sospechosa cualquier forma de defensa de la justicia social. Los cuatro Beatos desarrollaban una acción pastoral abierta a los nuevos desafíos pastorales; atentos a la promoción de los estratos más débiles, a la defensa de su dignidad y a la formación de las conciencias, en el marco de la Doctrina Social de la Iglesia. Todo esto, para intentar ofrecer soluciones a los múltiples problemas sociales.

Se trataba de una obra de formación en la fe, de un fuerte compromiso religioso y social, anclado en el Evangelio, en favor de los más pobres y explotados, y realizado a la luz de la novedad del Concilio Ecuménico Vaticano II, en el fuerte deseo de implementar las enseñanzas conciliares. Podríamos definirlos, en cierto sentido, como “mártires de los decretos conciliares”.

Fueron asesinados debido a su diligente actividad de promoción de la justicia cristiana. De hecho, en aquella época, el compromiso en favor de una justicia social y de la promoción de la dignidad de la persona humana se vio obstaculizado con todas las fuerzas de las autoridades civiles. Oficialmente, el poder político se profesaba respetuoso, incluso defensor, de la religión cristiana, e intentaba instrumentalizarla, pretendiendo una actitud servil por parte del clero y pasiva por parte de los fieles, invitados por la fuerza a externalizar su fe solo en manifestaciones litúrgicas y de culto. Pero los nuevos Beatos se esforzaron por trabajar en favor de una fe que también incidiese en la vida; de modo que el Evangelio se convirtiese en fermento en la sociedad de una nueva humanidad fundada en la justicia, la solidaridad y la igualdad.

El Beato Enrique Ángel Angelelli fue un pastor valiente y celoso que, nada más llegar a La Rioja, empezó a trabajar con gran celo para socorrer a una población muy pobre y víctima de injusticias. La clave de su servicio episcopal reside en la acción social en favor de los más necesitados y explotados, así como en valorar la piedad popular como un antídoto contra la opresión. Icono del buen pastor, fue un enamorado de Cristo y del prójimo, dispuesto a dar su vida por los hermanos. Los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron capaces de individuar y responder a los desafíos concretos de la evangelización siendo cercanos a las franjas más desfavorecidas de la población. El primero, religioso franciscano, se distinguió por su espíritu de oración y un auténtico desapego de los bienes materiales; el segundo, por ser hombre de la Eucaristía. Wenceslao Pedernera, catequista y miembro activo del movimiento católico rural, se dedicó apasionadamente a una generosa actividad social alimentada por la fe. Humilde y caritativo con todos.

Estos cuatro Beatos son modelos de vida cristiana. El ejemplo del Obispo enseña a los pastores de hoy a ejercer el ministerio con ardiente caridad, siendo fuertes en la fe ante las dificultades. Los dos sacerdotes exhortan a los presbíteros de hoy a ser asiduos en la oración y a hallar, en el encuentro con Jesús y en el amor por Él, la fuerza para no escatimar nunca en el ministerio sacerdotal: no entrar en componendas con la fe, permanecer fieles a toda costa a la misión, dispuestos a abrazar la cruz. El padre de familia enseña a los laicos a distinguirse por la transparencia de la fe, dejándose guiar por ella en las decisiones más importantes de la vida.

Vivieron y murieron por amor. El significado de los Mártires hoy reside en el hecho de que su testimonio anula la pretensión de vivir de forma egoísta o de construir un modelo de sociedad cerrada y sin referencia a los valores morales y espirituales. Los Mártires nos exhortan, tanto a nosotros como a las generaciones futuras, a abrir el corazón a Dios y a los hermanos, a ser heraldos de paz, a trabajar por la justicia, a ser testigos de solidaridad, a pesar de las incomprensiones, las pruebas y los cansancios. Los cuatro Mártires de esta diócesis, a quienes hoy contemplamos en su beatitud, nos recuerdan que “es preferible sufrir haciendo el bien, si esta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal” (1 Pe 3,17), como nos ha recordado el apóstol Pedro en la segunda lectura.

Los admiramos por su valentía. Les agradecemos su fidelidad en circunstancias difíciles, una fidelidad que es más que un ejemplo: es un legado para esta diócesis y para todo el pueblo argentino y una responsabilidad que debe vivirse en todas las épocas. El ejemplo y la oración de estos cuatro Beatos nos ayuden a ser cada vez más hombres de fe, testigos del Evangelio, constructores de comunidad, promotores de una Iglesia comprometida en testimoniar el Evangelio en todos los ámbitos de la sociedad, levantando puentes y derribando los muros de la indiferencia. Confiamos a su intercesión esta ciudad y toda la nación: sus esperanzas y sus alegrías, sus necesidades y dificultades. Que todos puedan alegrarse del honor ofrecido a estos testigos de la fe. Dios los sostuvo en los sufrimientos, les ofreció el consuelo y la corona de la victoria. Que el Señor sostenga, con la fuerza del Espíritu Santo, a quienes hoy trabajan en favor del auténtico progreso y de la construcción de la civilización del amor.

Beato Enrique Ángel Angelelli y tres compañeros mártires, ¡rogad por nosotros!


Cardenal Ángelo Becciu
Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos

CONTEMPLACIÓN:

Como duele todavía en el corazón las muertes, injustas, derramamiento
de sangre por defender la verdad y la libertad.
La patria siempre en peligro, porque una fracción se cree dueño, de ella
y de la vida del hermano.
Hoy recordamos a estos mártires, que padecieron momentos de violencia y odio.
Hay Patria mía, cuando seremos verdaderos argentinos, y verdaderos hermanos, todavía hay divisiones que angustian.
Que estos Beatos nos ayuden desde el cielo para que podamos ser una
Argentina grande, unida, honesta, por la que lucharon nuestros Próceres.
Vivimos en un mundo violento, donde el hombre es desbastado por el mismo hombre, que carece de amor, por alejarse de Dios, otros por
no querer aceptar la diversidad de credos, sabiendo que es el mismo Dios Creador de toda la humanidad, El Padre.
Que todos los Santos del cielo nos ayuden a ver la luz de la Paz y el Amor en toda la tierra.
Amén
Perla



martes, 23 de abril de 2019

NOCHE DE ORACIÓN




NOCHE DE ORACIÓN
Mostré dos fotos tomadas personalmente desde la T V el 18/4
 Jueves Santo trasmisión desde el Santo Sepulcro.
Están en Facebook no las pude pasar a mi PC.por ahora en cuanto las tenga las publicare busque en Internet y no están, esas tomas son especiales y me inspiraron
para realizar esta noche de oración
Oremos:
Siendo las 6 A. M escribo y publico.
El sentir de mi dialogo esta noche con el Padre, nuestro Creador es que:
Aprendí de El en la oración, a tener un dialogo profundo porque se
que me escucha.
Mi alma sufre por el atentado y la matanza a mis hermanos cristianos
En Sri Lanka;
cuando oraban entregados por su fe en la Santa Misa, respondiendo al llamado del Señor en su alma y corazones.
Implore hable al Padre diciéndole con toda humildad;
“Así fue mi oración toda esta noche”
“Padre de infinito Amor” con el reconocimiento de mi pequeñez
he insignificancia permíteme implorar y pedirte veas en mi corazón,
el dolor que hay, por la injusticias de los hombres   que hacen el mal,
 por odio religioso desde siempre contra los cristianos católicos,
Desde que he dedicado mi vida a la oración me has respondido
positivamente, muchas veces .
Hoy imploro a tu infinito poder soberano; protección: para el Santo Padre
Francisco nuestro pastor; para la Iglesia de Tu Hijo nuestro Señor y de la Virgen Marìa Madre de la Iglesia.
Y a todos los que trabajamos en tu Viña de manera pacífica entregados respondiendo al amor que nos das:
 Sacerdotes, religiosos/as,consagrados y el pueblo cristiano en general.
Señor mira esta imagen; lugar Santo de adoraciòn con pétalos  de rosas rojas,  símbolo del derramamiento de la bendita Sangre de Jesús desde la Cruz.
Haz que se transforme en perfume de la primavera esperada; alianza
que  actualice y nos regale lo prometido.
El cielo nuevo y tierra nueva; para vivir con todos los hombres de buena voluntad; en Justicia y Paz.

Continúo para mi blog:
Señor Padre de toda la humanidad, se adjudican  el atentado terroristas que matan y matan sin importarles la vida insensibles como humanos por el otro.
 Solo Tu puedes poner punto final a tanto odio, porque eres:
 "el Dios del Amor y la Vida", a quien debemos dar gracias por tu bendita creación, si te amamos de verdad la respuesta a Tu Amor, debe ser con Amor y fidelidad, nada de violencia.
Tú nos enseñas desde el comienzo de los tiempos, y esta escrito en tu Ley, amar al hermano,  amarnos los unos  a los otros y ser como "Tu "santos.
Imploramos al poder de tu mano justa; se pose sobre los hijos que obedecemos a tus enseñanzas , para que nos protejas de los malos que  matan en cualquier parte.
Señor vuelve a grabar en sus corazones “¡¡¡No !!!“manchar con sangre inocente la tierra que con sabiduría, creaste para todos.
Que en estas horas de espera por una nueva humanidad, venga a nosotros
el freno de tu infinito poder, para que  la maldad y el odio de los violentos, no dañen más, al justo, que te busca y quiere la Paz.
Que así sea
Perla

domingo, 21 de abril de 2019

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO:PASCUA 2019

21 de abril de 2019 5:21 am

Mensaje Pascual del Papa Francisco previo a la Bendición Urbi et Orbi

Redacción ACI Prensa

La Plaza de San Pedro durante el mensaje de Pascua. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


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En el tradicional mensaje Pascual previo a la Bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad de Roma y al mundo, que impartió este domingo 21 de abril, Domingo de Resurrección, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco hizo un llamado a la paz en el mundo, y en especial en aquellos países que sufren el drama de la guerra.
“La resurrección de Cristo es el comienzo de una nueva vida para todos los hombres y mujeres, porque la verdadera renovación comienza siempre desde el corazón, desde la conciencia. Pero la Pascua es también el comienzo de un mundo nuevo, liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte: el mundo al fin se abrió al Reino de Dios, Reino de amor, de paz y de fraternidad”.
A continuación, el mensaje completo del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua! Hoy la Iglesia renueva el anuncio de los primeros discípulos: «Jesús ha resucitado». Y de boca en boca, de corazón a corazón resuena la llamada a la alabanza: «¡Aleluya!... ¡Aleluya!». En esta mañana de Pascua, juventud perenne de la Iglesia y de toda la humanidad, quisiera dirigirme a cada uno de vosotros con las palabras iniciales de la reciente Exhortación apostólica dedicada especialmente a los jóvenes:
«Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo! Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza» (Christus vivit, 1-2).
Queridos hermanos y hermanas, este mensaje se dirige al mismo tiempo a cada persona y al mundo. La resurrección de Cristo es el comienzo de una nueva vida para todos los hombres y mujeres, porque la verdadera renovación comienza siempre desde el corazón, desde la conciencia. Pero la Pascua es también el comienzo de un mundo nuevo, liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte: el mundo al fin se abrió al Reino de Dios, Reino de amor, de paz y de fraternidad.
Cristo vive y se queda con nosotros. Muestra la luz de su rostro de Resucitado y no abandona a los que se encuentran en el momento de la prueba, en el dolor y en el luto. Que Él, el Viviente, sea esperanza para el amado pueblo sirio, víctima de un conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la resignación e incluso en la indiferencia.
En cambio, es hora de renovar el compromiso a favor de una solución política que responda a las justas aspiraciones de libertad, de paz y de justicia, aborde la crisis humanitaria y favorezca el regreso seguro de las personas desplazadas, así como de los que se han refugiado en países vecinos, especialmente en el Líbano y en Jordania.
La Pascua nos lleva a dirigir la mirada a Oriente Medio, desgarrado por continuas divisiones y tensiones. Que los cristianos de la región no dejen de dar testimonio con paciente perseverancia del Señor resucitado y de la victoria de la vida sobre la muerte. Una mención especial reservo para la gente de Yemen, sobre todo para los niños, exhaustos por el hambre y la guerra.
Que la luz de la Pascua ilumine a todos los gobernantes y a los pueblos de Oriente Medio, empezando por los israelíes y palestinos, y los aliente a aliviar tanto sufrimiento y a buscar un futuro de paz y estabilidad.
Que las armas dejen de ensangrentar a Libia, donde en las últimas semanas personas indefensas vuelven a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares. Insto a las partes implicadas a que elijan el diálogo en lugar de la opresión, evitando que se abran de nuevo las heridas provocadas por una década de conflicto e inestabilidad política.
Que Cristo vivo dé su paz a todo el amado continente africano, lleno todavía de tensiones sociales, conflictos y, a veces, extremismos violentos que dejan inseguridad, destrucción y muerte, especialmente en Burkina Faso, Mali, Níger, Nigeria y Camerún. Pienso también en Sudán, que está atravesando un momento de incertidumbre política y en donde espero que todas las reclamaciones sean escuchadas y todos se esfuercen en hacer que el país consiga la libertad, el desarrollo y el bienestar al que aspira desde hace mucho tiempo.
Que el Señor resucitado sostenga los esfuerzos realizados por las autoridades civiles y religiosas de Sudán del Sur, apoyados por los frutos del retiro espiritual realizado hace unos días aquí, en el Vaticano. Que se abra una nueva página en la historia del país, en la que todos los actores políticos, sociales y religiosos se comprometan activamente por el bien común y la reconciliación de la nación.
Que los habitantes de las regiones orientales de Ucrania, que siguen sufriendo el conflicto todavía en curso, encuentren consuelo en esta Pascua. Que el Señor aliente las iniciativas humanitarias y las que buscan conseguir una paz duradera.
Que la alegría de la Resurrección llene los corazones de todos los que en el continente americano sufren las consecuencias de situaciones políticas y económicas difíciles. Pienso en particular en el pueblo venezolano: en tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava.
Que el Señor conceda a quienes tienen responsabilidades políticas trabajar para poner fin a las injusticias sociales, a los abusos y a la violencia, y para tomar medidas concretas que permitan sanar las divisiones y dar a la población la ayuda que necesita.
Que el Señor resucitado ilumine los esfuerzos que se están realizando en Nicaragua para encontrar lo antes posible una solución pacífica y negociada en beneficio de todos los nicaragüenses.
Que, ante los numerosos sufrimientos de nuestro tiempo, el Señor de la vida no nos encuentre fríos e indiferentes. Que haga de nosotros constructores de puentes, no de muros. Que Él, que nos da su paz, haga cesar el fragor de las armas, tanto en las zonas de guerra como en nuestras ciudades, e impulse a los líderes de las naciones a que trabajen para poner fin a la carrera de armamentos y a la propagación preocupante de las armas, especialmente en los países más avanzados económicamente.
Que el Resucitado, que ha abierto de par en par las puertas del sepulcro, abra nuestros corazones a las necesidades de los menesterosos, los indefensos, los pobres, los desempleados, los marginados, los que llaman a nuestra puerta en busca de pan, de un refugio o del reconocimiento de su dignidad.
Queridos hermanos y hermanas, ¡Cristo vive! Él es la esperanza y la juventud para cada uno de nosotros y para el mundo entero. Dejémonos renovar por Él. ¡Feliz Pascua!

Atacan dos iglesias católicas en Domingo de Pascua, hay más de 200 muertos

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¡ HASTA CUANDO ESTE HORROR!

Este Domingo de Pascua dos iglesias católicas, un templo evangélico y cuatro hoteles en Sri Lanka fueron blanco de atentados terroristas que han dejado hasta el momento unos 207 muertos y más de 450 heridos.
Esta serie de atentados, presuntamente coordinados, se producen cuando los fieles celebraban la Misa por el Domingo de Resurrección, el día más importante para el cristianismo.
Horas después de estos atentados la Policía informó de un ataque suicida contra un suburbio al norte de Colombo y que dejó otros tres muertos. Se indicó que 35 de los fallecidos son extranjeros.
Una de las iglesias atacadas es el Santuario de San Antonino y también los tres hoteles, se encuentran en la ciudad de Colombo y son lugares muy frecuentados por turistas.
ORACIÓN: DEL SANTO PADRE ANTE LA MULTITUD EN PLAZA DE SAN PEDRO
El Papa Francisco mostró su tristeza por las víctimas del brutal atentado que este Domingo de Resurrección, 21 de abril, ha causado la muerte de al menos 160 personas y heridas a otras 500 en varias iglesias y hoteles de Sri Lanka donde se estaba celebrando la Pascua.
“He tomado con tristeza la noticia de los graves atentados que, precisamente hoy, día de Pascua, han llevado luto y dolor a algunas iglesias y otros lugares de reunión en Sri Lanka”, dijo el Papa Francisco al finalizar la bendición Urbi et Orbi en la Plaza de San Pedro del Vaticano
“Deseo manifestar mi afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, golpeada mientras estaba reunida en oración, y a todas las víctimas de esta cruel violencia. Confío al Señor a todos los que han fallecido trágicamente y rezo por los heridos y por todos aquellos que sufren como consecuencia de este dramático suceso”.
El ataque terrorista se produjo a las 8:45 de la mañana, hora de Sri Lanka, en tres iglesias y tres hoteles de la capital, Colombo, y de otros lugares del país.
CONTEMPLACIÓN:
Oh Padre eterno en tu" Hijo Jesús; Resucitado".
Elevo esta plegaria con la interseciòn de los Santos:
San Ignacio de Antioquia; San Maximiliano Kolbe y
San Ignacio de Loyola, Santos que me acompañan por voz del ángel.
 Mira Padre la crueldad de estos hombres que cegados por el odio,
hoy han derramado sangre inocente en la  Pascua del Señor, como lo 
han hecho todos esto siglos,creyendo que podrán sacar a Jesús vivo de
 entre nosotros;
Espíritu que permanece hoy y en la eternidad.
El Señor dijo no tengan miedo, mataran el cuerpo, pero no el alma,
"y estarán en el Reino, gozando de la vida eterna".
Asì marchamos, por razón,  fe y  esperanza, que nos acompañan en 
este peregrinar.
Los terroristas, no creen en Cristo, solo  el odio esta en sus corazones 
 dando respuesta,por ser aliados al rey de la mentira el diablo, 
homicida desde el principio de los tiempos , matando a inocentes , 
como Caìn matando a su hermano Abel. y tantos otros asesinos en el 
ayer y el hoy.
 Padre nosotros tus hijos católicos cristianos, esperamos la gracia 
salvadora que viene de Ti:
 Padre, Santo y eterno esperamos  esa gracia  y es  esperanza
 deseando se cumpla la  Promesa;  promesa que aterra, a tus 
enemigos y es:
"LA VENIDA DEL SEÑOR"
Porque ellos si tienen miedo; actúan matando a inocentes para callar 
una "VERDAD" la que esta cada dìa mas cerca.
Rezamos por nuestros queridos hermanos que partieron en esta
 Pascua asì injustamente, una vez mas estuvo en ellos, la fidelidad por
 el Señor. y  su Iglesia a la  que "NO"  han podido destruir en estos 

2019 años con actos de crueldad conta nosotros.
 Toda la Iglesia esta en oración con sufrir gozo:
 en lo personal clamo al mundo creyente de cualquier Credo, o no, una
 reacción humanitaria,repudiando la barbarie.
" QUE CONTINUA CONTRA LOS CRISTIANOS".
en el mundo.
Que asì sea.
Perla