viernes, 25 de mayo de 2018

MAYO 25 ´DÍA DE LA REVOLUCIÓN: DE MAYO Y DE ALLÍ HACIA LA INDEPENDENCIA ARGENTINA: "TEDEUM" CATEDRAL METROPOLITANA

MAYO 25 DÍA DE LA PATRIA
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Amada Madre; cuida de la Patria, para que los argentinos vivamos en “Paz, Democracia y Libertad”
Perla
Homilía: monseñor poli
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«Invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia»
En un nuevo aniversario de la Patria, nos congregamos para dar gracias a Dios e invocamos su protección en esta hora de la Nación Argentina. Lo haremos con la ceremonia del Té Deum.
En varios pasajes de los Evangelios, existen muchos encuentros de Jesús con hombres y mujeres de su tiempo como el que acabamos de proclamar: ocurrió cuando el Señor y sus discípulos se dirigían a Jerusalén, donde debía cumplirse todo lo que anunciaron los profetas acerca de Él (cfr. Lc 18,31b). En el camino, entran a la milenaria ciudad de Jericó, y como la fama de Jesús corría delante de Él, no tardó en verse rodeado por una multitud: querían conocerlo y escuchar su palabra, pues «todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad» (Lc 4,32). Los gritos y aclamaciones de la gente no impidieron que el Señor reparase en una persona subida a un árbol, y a él se dirigió: «Zaqueo baja pronto porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (Lc 19,5).
El personaje aparece por única vez en los Evangelios y San Lucas lo presenta como un hombre muy rico y jefe de los publicanos, lo cual significaba un alto cargo entre los recaudadores de impuestos al servicio de los romanos, que en ese tiempo habían invadido Judea, convirtiéndola en una provincia del Imperio. Cuando Jesús se invita a la casa de Zaqueo, la gente murmura con razón, porque era un oficio despreciable, pues el dinero que recaudaban de sus conciudadanos iba a parar a las arcas romanas, no sin retener una buena parte de los impuestos, de modo que se enriquecían notablemente. Sin sentimientos religiosos, los publicanos eran indiferentes al patriotismo de sus conciudadanos que luchaban por obtener la libertad de su pueblo humillado; estas y otras actitudes les valieron el desprecio popular y eran considerados grandes pecadores. Pero todo eso no detuvo al Señor, quien superando los prejuicios humanos, fue en busca del hombre. Jesús entra en la casa del publicano porque allí hay algo que salvar. Es decir, no porque ahí se practiquen las buenas obras y haya que recompensarlas, sino porque «también este hombre es un hijo de Abraham» (Lc 19, 8) y por lo tanto no está excluido de la fidelidad y del amor de Dios.
Lo que llama la atención en el texto es que apenas entra el Señor, el dueño de casa manifiesta una singular sensibilidad por los pobres con quienes compartía la mitad de sus bienes. No había aislado su conciencia y tenía claro que su oficio generaba excesos y era causa de injusticias, y eso lo llevaba a reparar los perjuicios cometidos dando cuatro veces más a los damnificados. Zaqueo sabía que tenía muy mala fama entre la gente a pesar de ser una persona honesta. El encuentro personal con Jesús hizo que su deseo profundo de «ver quién era» se cumpliera muy por encima de sus expectativas.
Pero ¿qué nos dice este encuentro hoy? Aquel cobrador de impuestos parecía tenerlo todo, pero al recibir la inesperada visita de Jesús le dio un nuevo horizonte a sus días. El evangelista San Lucas nos da una advertencia con este ejemplo: la indiferencia y el egoísmo de los ricos frente a la miseria de los pobres no pasan inadvertidos a los ojos del Dios que sí «se acuerda de los pobres y no olvida su clamor» (Salmo 9,13). El caso de Zaqueo nos muestra que siempre hay un camino de redención si abrimos la mano para compartir lo que la vida nos ha dado, cuánto más sin con ello reparamos las injusticias cometidas. Hay muchas personas que desean subirse al árbol de su vida para ver quién es el Dios de la vida que pasa y siempre se deja encontrar.
Dios está nombrado en el Preámbulo de la Constitución Nacional, pero nos olvidamos que además existe y está siempre dispuesto a escucharnos cuando lo invocamos y a protegernos cuando lo necesitamos. Pero pareciera que lo dejamos al margen de nuestras decisiones, confiamos solo en nuestra capacidad, en las estrategias, en las ecuaciones sin que dominemos todas las variables, y aun nos afirmamos en nuestra corta experiencia, sin tener en cuenta la memoria histórica del país que también tiene algo que enseñarnos en las horas de prueba. La sabiduría bíblica nos recuerda: «Fíjense el Preámbulo de la Constitución Nacional Argentina. En las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?» (Eclesiástico 2,10). Si hoy celebramos un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, es porque en la trama de nuestra historia, nuestros próceres y el mismo pueblo nos demostraron que Dios Padre acompañó el camino, tanto en los momentos de gloria como el que conmemoramos, pero también en los tiempos de crisis y desencuentros entre los argentinos.
Un sabio estudioso del pasado de la humanidad aseguraba que en la historia no dominan las fuerzas económicas, sino las espirituales2. Y yo humildemente adhiero a ese pensamiento. De no ser así nos costará mucho explicar cómo, durante más de doscientos años, nuestro pueblo atravesó con paciencia y virtud laboriosa los momentos oscuros: viviendo, conviviendo y no pocas veces sobreviviendo a sostenidos períodos de confusión, a la carencia de medios básicos y al flagelo de la desocupación, dando lugar a los inhumanos y humillantes rostros de la indigencia, paradójicamente, en una tierra rica en recursos naturales. Este pueblo que todo lo toleró sin perder la esperanza de un mañana mejor, confiando en una justicia distributiva largamente anhelada. Su lección nos alienta a pensar que nuestra Nación siempre tiene destino.
Nuestra historia nos enseña que hay un Dios de la Vida que nos acompaña en el camino y no abandona, y por eso siempre habrá futuro para la Argentina si confiamos en Él y también si levantamos la barrera de la desconfianza entre nosotros, para que toda iniciativa en «promover el bienestar general» de los ciudadanos, la emprendamos, al decir de san Ignacio de Loyola, «como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios». Ahora bien, los cambios sociales y culturales se dan en procesos que demandan tiempo que nos trascienden; se extienden más allá de los períodos de un gobierno y hasta superan a generaciones. Debemos desconfiar de los logros instantáneos y recetas prometeicas; si algo hemos aprendido de nuestro derrotero, debemos acostumbrarnos a decir: si comenzamos hoy, dentro de 10, 15 o 20 años se verán los frutos. El tiempo no lo podemos someter, pero sí está en nuestras manos perseverar unidos en los objetivos por el bien común. Mientras dura ese proceso, el primer deber del Estado es cuidar la vida de sus habitantes, especialmente de los débiles, los pequeños, los pobres y marginados, los enfermos y los ancianos abandonados, porque son los más pobres de los pobres. Cuidar la vida de punta a punta de la existencia es querer ser Nación.
El Dios que confesamos en la Constitución es el Creador y remunerador de toda obra buena que hacemos al semejante. Eso nos recuerda que en la Argentina bicentenaria, no sobra nadie, todos son necesarios e importantes, por lo que ninguna persona debe ser excluida de la fiesta de la vida, hasta el más humilde y olvidado de la Patria profunda. El magisterio del Papa Francisco nos anima a que «la defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte»3. Honrando los gestos de grandeza de los padres de la Patria, quienes pensando en nosotros, nos legaron el honor de ser argentinos, decimos que: Vale Toda Vida, y ante el bello e inefable don de la concepción, si la propuesta es optar por una u otra, en esta bendita tierra austral, apostamos decididamente a que vivan las dos. Para Dios no hay excluidos.
Padre nuestro, Padre de todos: te damos gracias porque en los 208 años de nuestro camino como Nación libre y soberana no nos soltaste de la mano. No sabemos si lo merecemos, pero igual, hoy, conociendo tu misericordia y clemencia, te decimos: «Señor de la historia, te necesitamos…». XMario Aurelio Cardenal Poli

Contemplación:

A la Santísima Trinidad, imploramos proteja a esta Nación.
Para que podamos conducirnos, con la verdad y la justicia.
Rogamos ilumine a los que conducen la Patria,y que
 los ciudadanos sepamos mirar y unirnos en el amor que el 
Señor Jesucristo nos enseña,y que es permanecer; sin odios, sin violencias 
"EN PAZ".
La Palabra de Dios debe estar presente en todo momento junto a  las almas,
justas, que oramos pidiendo el respeto por la persona y  la vida humana 
trabajando por derechos y obligaciones, crecer en la unidad haciendo que desaparezca definitivamente el enfrentamiento entre hermanos.
Y que ese lema que levantaron; este vigente, siempre.
Nunca mas al odio y la violencia entre hermanos, no permitamos mas separación
y ruptura  que de una vez por todas cumplamos los sueños de nuestros Próceres  a quienes le debemos la Patria y la libertad, aprender con humildad como lo fueron ellos: tanto los gobernante y como gobernados." ser una gran familia, una gran Nación."
Pidamos ser como lo dice el Santo Padre Francisco   puente de dialogo y unidad.
Que así sea
Perla

lunes, 21 de mayo de 2018

SOLEMNIDAD DE MARÍA MADRE DE LA IGLESIA







                 Solemnidad de maría; madre de la IGLESIA


María, Auxilio de los cristianos:
Te saludamos con las palabras del evangelio:
Feliz porque has escuchado
La Palabra de Dios y la has cumplido
¿Tú eres la llena de gracia!
Te alabamos, Hija predilecta del Padre.
Te bendecimos, Madre del  Verbo divino.
Te veneramos Sagrario del Espíritu Santo.
Te invocamos.
Madre y Modelo de toda la Iglesia.
Te contemplamos,
Imagen realizada de las esperanzas
De toda la humanidad.
Amén
Juan Pablo ll

Contemplación y testimonio:
Amada Madre, Bendita eres entre todas las mujeres.
Eres Madre de la Iglesia y de toda la humanidad.
En este tiempo hay  tristeza en el corazón de los cristianos católicos fieles y  humildes, que habitan esta Nación donde permanecen vivos tus mensajes,
“Esta es la casa que elegiste diciendo”: “¡Ésta es mi gran Casa!”; y que, aquí estarás para presentar a tu Hijo por segunda vez,
Madre nosotros creemos, con  fe y esperanza: somos  hijos que oramos y esperamos, no sabemos ni el día ni la hora; pero sabemos que así será
promesa del Señor,
Nadie puede borrar de mi mente los acontecimientos  vividos por mi persona en San Nicolás, el Manto con los colores de María del Rosario ese 25 de Septiembre, plasmados en el cielo el santísimo alrededor del sol y el movimiento lo vieron mis ojos, y muchos testimonios más que guardo en el corazón, la historia: Tu presencia en esta Nación es de gran amor y nosotros en vez de reparar faltas, respondemos con comportamientos errados.
Vemos que usan para redito personal, la pedagogía y didáctica del Evangelio del Señor, cuando enseñaba; en parábolas.
(Comparaciones  pedagógicas y didácticas, para que el común de los hombres entendiera)
Usan la práctica médico- enfermo para comparar y hacernos ver lo mal  que estamos y la crisis económica, es verdad señores porque la vivimos, dicen : el enfermo esta grabe pero no muerto, está en terapia intensiva y el medicamento es un préstamos del fondo monetario para salvarlo.
No es así; se olvidaron una parte; hablar de la verdad, con la verdad, verdadera.
La verdad que  expresan es con minúscula, porque se esconde la honestidad, ética, principios morales y patrióticos,  vemos que  están  involucrados los de arriba y los de abajo; escondiendo intereses personales.
Si; Madre mía, es así como estamos, podemos separar de entre muchos;
 a quien votamos y admiramos, por su transparencia y dedicación luchando con los obstáculos que le ponen para que caiga, no lo lograran, porque es valiente sincera y honesta, hablo de:
La gobernadora María Eugenia, la nombro en este día porque siempre le escribo  en este espacio de oración que  rezamos por ella,
Esta oración cumple la misión de  defensa del evangelio del Señor  llevando  la Buena Nueva a todo hombre de buena voluntad;
 ella  lleva tu nombre María; se que no nos va a defraudar, Madre dale tu protección,
Inspirala en la Verdad e ilumina su camino:, no permitas que la arrastren al error, ella sabe muy bien que el pueblo, que masivamente la voto, cree en su persona y la apoya.
He discutido  muchas veces, con docentes amigas,  que me dicen por  tú gobernadora estamos así; yo respondo defendiendo la verdad porque  el Señor nos enseñó que la Verdad, nos haría libres.
Ayer fue la marcha por la vida, gracias a Dios fue numerosa en Bs As, no se como fue en el resto del país no la mostraron, y si no lo mostraron es porque fue numerosa,dándose  lo contrario a lo que esperaban.
Aquí a pesar de mis problemas de salud concurrí, el Padre Marcelo
después de la santa Misa pidió que fuéramos, estuvimos presente no era la cantidad que debía haber sido;  no concurrieron tal vez por ser domingo, digo si hubiera sido un recital gratuito  como en el verano, hubieran estado en multitud. Siempre presentes están en fiestas  y  en las cosas verdaderamente importantes brillan por ausencia.
Las oradoras estuvieron bien éramos pocos pero había amor cálido, una de ellas ira al Congreso quienes invitaron a la movilización; fueron las Iglesias evangélicas, pero también estuvimos  cristianos católicos por primera vez juntos argentinos sin credos de por medio, solo era una meta en común  ¡todos en defensa de la vida de la madre y del hijo!.
Había un dron filmando no sabíamos quiénes eran, al regresar yo creía no poder llegar a donde estacione el auto, me dije enojada ¿ porque no están todos  los católicos y cristianos  que vivimos aquí?
 estuvo nublado pero por segundos salió  el sol, esto fue como una bendición y para mí fue una señal del cielo,nos cubrió a todos y volvió a nublarse
  Me dije al ver que éramos pocos, si el Señor salió con doce hombres pescadores a predicar y hoy somos millones y millones los cristianos; a pesar de la persecución y la muerte, en muchos lugares del mundo:
Como ayer junto a ti Madre, será la   fuerza del Espíritu Santo  que soplara, tarde o temprano se hará la voluntad de Dios.
Ruego para qué no se vote la ley de muerte para bebes inocentes, “este mal, impuesto a la argentina” desde afuera por los poderosos; no creo que prospere por encima del mal estará la oración y la fidelidad de los que amamos y respetamos la vida humana.
Los  que pertenecemos al común de los argentinos  somos quienes defendemos  la Constitución Nacional por convicción, llevándola en el corazón, recordando la esencia y origen de la patria,haciendo honor a nuestros próceres.
 Los bienes personales que tenemos,  los  hicimos con el esfuerzo de, mucho trabajo y ahorrando para crecer.
Estos somos los argentinos simples que luchamos y  queremos una Nación en la que podamos vivir en paz,sin corrupción, odios, violencia, resentimientos y falta de equidad
Solo  queremos demostrar que hay  honestidad, esa que da paz a las conciencias por  tener casas ganadas con el esfuerzo y son fruto del trabajo.
Queremos el  bien; para  que los logros personales y sociales, sean volver a la cultura del trabajo, dejar atrás el mal que nos hicieron al “no” administrar correctamente los bienes del país; tirando migajas que enfermaron a muchos que creen que robar está bien, y el no trabajar también.
Suplico oramos pidiendo  se termine la crisis económica, la que conocemos por tantos economistas que salen a hablar por todos los medios;  escuchando, en algunos verdades y en otros mentiras o confusión ¿ no se dan cuenta que no nos pueden engañar más?: digo ¿quién nos  garantiza que estaremos mejor o será  peor, para el déficit fiscal   el ajuste que creemos  piden los prestamistas?;
 Ellos no son una N G  caritativa son: prestamistas, que su misión como cualquier prestamista es ganar dinero.
 Dios nos ilumine en esta; toque corazones para que se unan los mejores economistas lo digo por algunos conocidos que estudiaron en la universidad del estado gratuitamente señores; es el momento de devolver lo que recibieron gratuitamente aportando esfuerzo, ayudando en la crisis, debe haber humildad de todas las partes.
 Es hora que se pongan, la escarapela en el pecho, y miren nuestra bandera sin egoísmos personales, para que entre todos  busquen y encuentren soluciones  a la crisis económicas de los argentinos: gobierno y oposición  estudien la política económica que nos sane, sin tener que pedir préstamos y endeudarnos quien nos garantiza que no sera, como otras veces lo hicieron pidieron dinero;  y miren como estamos, tenemos que aprender que el estado es de todos los argentinos, los que gobiernan y la oposición sepan que están allí  por nuestros votos.
 Les recuerdo a  aquellos que gobernaron mal  callen, por salud del país.
Así decía un trabajador de Bosnia, en un programa periodístico ayer, nosotros somos una Nación chica y pobre, pero ustedes son una nación rica, como puede ser que estén así.
Recuerdo a mis padres, ellos nos enseñaron a trabajar y estudiar, yo solo estudie lo  que pude en ese momento, no pude  llagar a la universidad por no tener recursos económicos y  debía trabajar, eran tiempos duros y difíciles para la clase media, solo curse carreras de  nivel terciario, enfermera profesional,instrumentadora y docencia.
  Había que trabajar y estudiar, hasta hoy nunca me quede  tengo un espíritu inquieto y sed de aprender para darme mejor y ser mas útil siendo una señora me inscribí en la universidad Atlantada Argentina la nota de mi examen de ingreso fue 9,75 comencé las carreras de psicología y derecho  para ser estudiosa de paradigmas y el porque la separación de ciencias que deberían estar unidas.tuve que abandonar por problemas de salud.
 Retome en la universidad Uade este año,en abogacía por tener un final valido de las cursadas, me maraville por que, aquel pensamiento que  creían alocado  de esos años que ingrese a cursar psicología y derecho hoy están aplicados en esta universidad, donde hay quienes estudian abogacía y contador publico o abogacía y martilleo publico o solo abogacía, esto se lo comente al coordinador que me hiciera las entrevistas para el ingreso.
 Por desgracia tengo que operarme y dejar otra ves, pero si Dios quiere retomare en el segundo semestre.
 Desde chica tuve conocimiento y vi a esta Nación donde  unos eran  pobres,otros de clase media que no alcanzaba, y otros muy ricos; había injusticias, no pude ir a la universidad de medicina donde se cursaba la licenciatura en enfermería porque debía tener dedicación exclusiva yo tenia que trabajar,si o si, mas tarde por unos meses se abrió la inscripción a medicina  no  tenia que dar ingreso, me anote y quede embarazada tampoco  pude concretar mi sueño,
Digo:hoy en lo personal, ni el que robo los campos de mi abuela, y muchos  otros que tomaron lo que no les pertenecía, (robar), se llevaran nada  de este mundo.
Tendríamos que pedir a Todopoderoso;  ayude a las conciencias, para que de una vez por todas devuelvan lo robado.
Yo gracias a Dios me conformo con lo que tengo  mas aún ayudo a mis hermanos de instituciones,  quisiera por justicia  que, cuando  puedan, me devuelvan mis aportes jubilatorios, es mi dinero, aportes de treinta y cinco años de trabajo, que el gobierno anterior  lo pasara por alto,  comprobando hoy por  sistema, donde dice: sin actividad laboral,ellos tendrían que responder ¿ donde esta mi carpeta con la certificación de servicios? ganados con esfuerzo levantándome a las tres de la madrugada y tomar dos o tres medios de transportes para llegar al hospital,hasta que me pude comprar el audito un fiar 600 .
Por suerte tengo copia espero que antes de morir me devuelvan lo que es mio, y sino que me den la oportunidad de dejarlo como donación, a caritas o cualquier entidad que ayuda a los mas desposeídos.hoy ayudo en lo que puedo, colaboro todos los meses con mi aporte y se  debita  con mi  tarjeta de crédito.
 En el pasado fueron muy pocos los que gobernaron políticamente, en distintos estamentos de la sociedad y comprobar o  mostrar que tienen el mismo capital, que cuando comenzaron su gestión.
Pienso que seremos una grande Nación por sus riquezas, cuando en todos lados estén los que trabajan y son honestos  que tienen las  manos limpias.
Madre Virgen María, en este día pido por el bien de esta Nación y el mundo estero,
Como decía  San Juan Pablo ll; el amor por nuestros hermanos es más importante que las riquezas, y cuando este triunfara, va más allá de los problemas económicos, porque en el amor nos mueve y nos une en el bien común.
Esta tarde veré al único periodista importante, que está contra el aborto
Sé que mostrara, lo que ayer no nos quisieron mostrarnos, mientras estaba la marcha en Bs As en los estudios, al aire tenían a los abortistas estos canales mostraban su ideología  son los mismos medios seculares que persiguen a la Iglesia y a Dios: algunos decían algo así, no claro yo soy creyente, pero esta ley debe ser aprobada porque las mujeres son dueñas de su cuerpo.
 ¿No sé qué querían decir? al ¿decir soy creyente, era como querer quedar bien, con Dios y con el diablo? Son tibios que no se juegan.
Sepan que nosotros somos tal ves seamos personas insignificantes pero  respetamos a la inteligencia y Sabiduría suprema del Todopoderoso; a  Él, no  lo podrán engañar.
Hermanos con todo respeto digo el tiempo urge, arrepiéntanse y defiendan la Verdad que es una sola, muerte; es muerte: con mayor gravedad cuando ésta, se quiere aplicar a un inocente, que no puede defenderse.
Perla


domingo, 20 de mayo de 2018

HOMILIA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

El Papa Francisco durante la Misa de Pentecostés. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa


Homilía del Papa Francisco del Domingo de 


Pentecostés:

Aciprensa


En la primera lectura de la liturgia de hoy, la venida del Espíritu Santo en Pentecostés se compara a «un viento que soplaba fuertemente» (Hch 2,2). ¿Qué significa esta imagen? El viento impetuoso nos hace pensar en una gran fuerza, pero que acaba en sí misma: es una fuerza que cambia la realidad. El viento trae cambios: corrientes cálidas cuando hace frío, frescas cuando hace calor, lluvia cuando hay sequía... así actúa.
También el Espíritu Santo, aunque a nivel totalmente distinto, actúa así: Él es la fuerza divina que cambia, que cambia el mundo. La Secuencia nos lo ha recordado: el Espíritu es «descanso de nuestro esfuerzo, gozo que enjuga las lágrimas»; y lo pedimos de esta manera: «Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas». Él entra en las situaciones y las transforma, cambia los corazones y cambia los acontecimientos.
Cambia los corazones. Jesús dijo a sus Apóstoles: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo […] y seréis mis testigos» (Hch 1,8). Y aconteció precisamente así: los discípulos, que al principio estaban llenos de miedo, atrincherados con las puertas cerradas también después de la resurrección del Maestro, son transformados por el Espíritu y, como anuncia Jesús en el Evangelio de hoy, “dan testimonio de él” (cf. Jn 15,27). De vacilantes pasan a ser valientes y, dejando Jerusalén, van hasta los confines del mundo. Llenos de temor cuando Jesús estaba con ellos; son valientes sin él, porque el Espíritu cambió sus corazones.
El Espíritu libera los corazones cerrados por el miedo. Vence las resistencias. A quien se conforma con medias tintas, le ofrece ímpetus de entrega. Ensancha los corazones estrechos. Anima a servir a quien se apoltrona en la comodidad. Hace caminar al que se cree que ya ha llegado. Hace soñar al que cae en tibieza. He aquí el cambio del corazón.
Muchos prometen períodos de cambio, nuevos comienzos, renovaciones portentosas, pero la experiencia enseña que ningún esfuerzo terreno por cambiar las cosas satisface plenamente el corazón del hombre. El cambio del Espíritu es diferente: no revoluciona la vida a nuestro alrededor, pero cambia nuestro corazón; no nos libera de repente de los problemas, pero nos hace libres por dentro para afrontarlos; no nos da todo inmediatamente, sino que nos hace caminar con confianza, haciendo que no nos cansemos jamás de la vida.
El Espíritu mantiene joven el corazón – esa renovada juventud. La juventud, a pesar de todos los esfuerzos para alargarla, antes o después pasa; el Espíritu, en cambio, es el que previene el único envejecimiento malsano, el interior. ¿Cómo lo hace? Renovando el corazón, transformándolo de pecador en perdonado.
Este es el gran cambio: de culpables nos hace justos y, así, todo cambia, porque de esclavos del pecado pasamos a ser libres, de siervos a hijos, de descartados a valiosos, de decepcionados a esperanzados. De este modo, el Espíritu Santo hace que renazca la alegría, que florezca la paz en el corazón.
En este día, aprendemos qué hacer cuando necesitamos un cambio verdadero. ¿Quién de nosotros no lo necesita? Sobre todo cuando estamos hundidos, cuando estamos cansados por el peso de la vida, cuando nuestras debilidades nos oprimen, cuando avanzar es difícil y amar parece imposible. Entonces necesitamos un fuerte “reconstituyente”: es él, la fuerza de Dios. Es él que, como profesamos en el “Credo”, «da la vida». Qué bien nos vendrá asumir cada día este reconstituyente de vida. Decir, cuando despertamos: “Ven, Espíritu Santo, ven a mi corazón, ven a mi jornada”.
El Espíritu, después de cambiar los corazones, cambia los acontecimientos. Como el viento sopla por doquier, así él llega también a las situaciones más inimaginables. En los Hechos de los Apóstoles —que es un libro que tenemos que conocer, donde el protagonista es el Espíritu— asistimos a un dinamismo continuo, lleno de sorpresas. Cuando los discípulos no se lo esperan, el Espíritu los envía a los gentiles.
Abre nuevos caminos, como en el episodio del diácono Felipe. El Espíritu lo lleva por un camino desierto, de Jerusalén a Gaza —cómo suena doloroso hoy este nombre. Que el Espíritu cambie los corazones y los acontecimientos y conceda paz a Tierra Santa—. En aquel camino Felipe predica al funcionario etíope y lo bautiza; luego el Espíritu lo lleva a Azoto, después a Cesarea: siempre en situaciones nuevas, para que difunda la novedad de Dios. Luego está Pablo, que «encadenado por el Espíritu» (Hch 20,22), viaja hasta los más lejanos confines, llevando el Evangelio a pueblos que nunca había visto.
Cuando está el Espíritu siempre sucede algo, cuando él sopla jamás existe calma, jamás. Cuando la vida de nuestras comunidades atraviesa períodos de “flojedad”, donde se prefiere la tranquilidad doméstica a la novedad de Dios, es una mala señal. Quiere decir que se busca resguardarse del viento del Espíritu. Cuando se vive para la auto-conservación y no se va a los lejanos, no es un buen signo. El Espíritu sopla, pero nosotros arriamos las velas.
Sin embargo, tantas veces hemos visto obrar maravillas. A menudo, precisamente en los períodos más oscuros, el Espíritu ha suscitado la santidad más luminosa. Porque Él es el alma de la Iglesia, siempre la reanima de esperanza, la colma de alegría, la fecunda de novedad, le da brotes de vida. Como cuando, en una familia, nace un niño: trastorna los horarios, hace perder el sueño, pero lleva una alegría que renueva la vida, la impulsa hacia adelante, dilatándola en el amor.
De este modo, el Espíritu trae un “sabor de infancia” a la Iglesia. Obra un continuo renacer. Reaviva el amor de los comienzos. El Espíritu recuerda a la Iglesia que, a pesar de sus siglos de historia, es siempre una veinteañera, la esposa joven de la que el Señor está apasionadamente enamorado. No nos cansemos por tanto de invitar al Espíritu a nuestros ambientes, de invocarlo antes de nuestras actividades: “Ven, Espíritu Santo”.
Él traerá su fuerza de cambio, una fuerza única que es, por así decir, al mismo tiempo centrípeta y centrífuga. Es centrípeta, es decir empuja hacia el centro, porque actúa en lo más profundo del corazón. Trae unidad en la fragmentariedad, paz en las aflicciones, fortaleza en las tentaciones. Lo recuerda Pablo en la segunda lectura, escribiendo que el fruto del Espíritu es alegría, paz, fidelidad, dominio de sí (cf. Ga 5,22). El Espíritu regala la intimidad con Dios, la fuerza interior para ir adelante.
Pero al mismo tiempo él es fuerza centrífuga, es decir empuja hacia el exterior. El que lleva al centro es el mismo que manda a la periferia, hacia toda periferia humana; aquel que nos revela a Dios nos empuja hacia los hermanos. Envía, convierte en testigos y por eso infunde —escribe Pablo— amor, misericordia, bondad, mansedumbre. Solo en el Espíritu Consolador decimos palabras de vida y alentamos realmente a los demás. Quien vive según el Espíritu está en esta tensión espiritual: se encuentra orientado a la vez hacia Dios y hacia el mundo.
Pidámosle que seamos así. Espíritu Santo, viento impetuoso de Dios, sopla sobre nosotros. Sopla en nuestros corazones y haznos respirar la ternura del Padre. Sopla sobre la Iglesia y empújala hasta los confines lejanos para que, llevada por ti, no lleve nada más que a ti. Sopla sobre el mundo el calor suave de la paz y la brisa que restaura la esperanza. Ven, Espíritu Santo, cámbianos por dentro y renueva la faz de la tierra. Amén.
Contemplación:
Debemos ser como nos  enseña el Santo Padre Francisco:  dócil entrega.
Abrirnos al viento impetuoso de Dios y dejar que su soplo colme, el
corazón sediento, seco, endurecido por errar los caminos, al habernos alejado de Él.
Dejar que la Divinidad del Espíritu Santo, renueve en cada uno de nosotros la fe   para continuar en razón y discernimiento la defensa del bien y la vida.
Levantar las manos limpias y caritativas hacia lo hermanos vulnerables y necesitados,pidamos ser acompañados  por el don de Sabiduría y así lograr ser puente del bien en un mundo complejo,lleno de dificultades.
Pedir al Espíritu Santo vivamos siempre la gloria de la Santísima Trinidad, para poder ver y sentir el calor suave que restaure  faz de la tierra, renueve la esperanza, volvamos a la libertad y la paz
Que así sea.
Perla

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTES

                             
                                   


ven  Espíritu Santo , ven, ven

Por medio del Inmaculado corazón de María tu amadisima esposa

Oremos:

Ven Espíritu Santo


A impregnarnos con el Fuego de tu Amor.
Trae con tu Infinito Poder, la fuerza de, Dios Padre y Dios Hijo.
Ven cúbrenos con tus Sagradas las Llamas de purificación; a todos los hombres y mujeres,de esta bendita tierra.
Para que volvamos  a ser respuesta fiel al Reino, poniendo punto final, al desorden,violencia, odio, persecución e injusticias.
Que cada acto humano sea defender y amar la vida, especialmente la de  los mas vulnerables,desde la concepción; hasta la muerte natural.
Ven y haz escuchar los truenos, sonido vibrante del cielo para que despierte nuestras conciencias, y poder permanecer  siempre abiertos al Amor y la Paz.
Amén
Perla



noveno Día
Los frutos del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración.
A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.
Contemplación:
Espíritu Santo, que iluminas y enriqueces el corazón entregado a Dios;
Ven ayúdanos para gozar de la felicidad que sentimos cuando cumplimos
con las virtudes, que nos hacen uno con el Señor; Él, es Amor y Ternura.  es quien  nos enamora de su Persona Divina  quien colma el alma,todo nuestro ser.
 Oh Espíritu Santo hoy pido  recibir de Ti, los frutos de las virtudes perfectas, para expandirlas por el mundo a cada uno de mis hermanos
Y  que  ellos  puedan vivir eternamente la felicidad de beber el agua viva
que sacia y purifica.
Amén
Perla

Séptimo día : Espíritu de consejo.

Oremos:

Ven, 
Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos;
No permitas que mis tribulaciones y pruebas difíciles hagan que me olvide la gracia que el Padre me da, para cumplir mi misión en este mundo; en estos momentos críticos, donde la humanidad  ha  perdido en el rumbo por permitir que  nos condujeran  por caminos de error y tinieblas alejándonos de su Ley que es  su Palabra y Verdad.
Dame la capacidad de discernimiento que me permita ver siempre la luz de la Verdad y el bien, ser respuesta Fiel a quien nos lo da todo gratuitamente, es el  Él: Señor, quien es infinito amor y misericordia.
Ayúdame y dele  fuerzas  a mi alma, espíritu, corazón, cuerpo e intelecto, para  impregnarme de tu poderosa fuerza e infinito Poder.
 Ven condúceme para llegar a las almas  buenas, para que me  escuchen, para  que  comprendan el peligro que nos asola, peligro que nos conduce  por el camino del mal  perdiendo  inexorablemente   nuestra salvación.
Acércame a las almas humildes que saben y sienten, porque en su corazón llevan grabado y escritos a fuego el mensaje que  Dios con su diestra escribiera.
Que sepa afinar mis oídos para poder escuchar tu consejo que me conectan con la luz del Reino y la Voz de Dios.
Amén
Perla

Oremos:

Ven Espíritu Santo, a dar  Tu luz a la tierra y a las Naciones pobres.

Ven Espíritu Santo a los poderosos ábreles el corazón a la piedad
Y caridad; con las naciones que padecen emergencia económica (Argentina y otras)
Ven Espíritu Santo a las naciones que están en guerra;  donde padecen violencia y sufrimientos tus hijos.
Ven Espíritu Santo con tu luz e ilumina a los gobernantes; dales humildad para  que puedan recibir de Ti; Sabiduría y Consejo.
Ven Espíritu Santo; Sana e ilumina cada rincón de la tierra para vivir en Amor y Paz.
Ven Espíritu Santo, con tu alianza eterna y tráenos los tiempos prometidos de justicia y libertad,ven sálvanos del mal y hágase en nosotros los cristianos y todo hombre de buena voluntad la presencia y Divinidad del Reino.
Ven con tu luz tan esperada a la tierra  envuelta por enfrentamientos, odio y violencia entre los hombres.
Que así sea
Perla

Novena:


Pidamos por una poderosa efusión del Espíritu Santo.
Cristo murió en la Cruz para que nosotros seamos transformados por el Espíritu en hijos de Dios, participando de su santidad. Pero debemos desearlo, pedirlo y disponernos a recibirlo. 


Rezar cada día de la novena:
Acto de consagración al Espíritu Santo diario:

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.

Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

Oración por los 7 dones del Espíritu Santo

Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu deEntendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.


PRIMER DÍA (viernes)

¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!


El Espíritu Santo
Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26).

Oración

Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


SEGUNDO DÍA (Sábado)

¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!

El don del Temor

El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).

Oración

¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


TERCER DÍA (Domingo)

Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.

El don de Piedad

El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.

Oración

Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a toda legítima autoridad. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


CUARTO DÍA (Lunes)

Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz en medio de la miseria.

El don de Fortaleza

Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).

Oración

Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi máximo Bien. Amén

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


QUINTO DÍA (Martes)

¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser!

El don del Conocimiento

El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).

Oración

Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


SEXTO DÍA (Miercoles)

Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo lo que es bueno se volverá enfermo.

El don del Entendimiento

El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Oración

Ven, Oh Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


SÉPTIMO DÍA (Jueves)

Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.

El don de Consejo

El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).

Oración

Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


OCTAVO DÍA (Viernes)

Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!

El don de Sabiduría

Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.

Oración

Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria


NOVENO DÍA (Sábado)

Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.

Los frutos del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.

Oración

Ven, Oh Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.

Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria 


 

 


domingo, 13 de mayo de 2018

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR: Y SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

                                                    
                                                            SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
                                                     SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA         
Amada Madre: Nuestra Señora de Fátima nos unimos a Ti en estos 101 años de tu aparición a tres niños pastorcitos en Portugal: Lucia,Jacinta y Francisco, demostrando Madre al mundo el poder del Reino, y el poder de Dios. recordamos  este día con fe y razón los testimonios que quedaron escritos  de 70.000 personas que creían y luego cundo sucedió el milagro, cayeron,de rodillas ante el hecho: Tú presencia.
 Sus ojos  y su corazón eran descreídas  y escépticas; eran momentos convulsionados de guerra; desolación y dolor.
Te hiciste presente como lo haces hasta el día de hoy, llamando a la conversión, oración, y volver a Dios.
Imploramos como antídoto de sanación se repita aquel día imborrable para la Iglesia, y todo creyente  fiel que con convicción y esperanza aguarda. 
En oración te damos gracias por darnos a Jesús, quien vino a Redimirnos del pecado, y nos diera, vida eterna; 
El que ascendió a los cielos, y esta sentado a la derecha del Padre;Es el que vendrá a juzgar a vivos y muertos.
Virgen Santísima te pedimos; intercedas por todos tus hijos perseguidos.  que sufrimos. en el alma,  cuerpo y espíritu; muchos prefieren morir delante de sus verdugos, ante que renunciar a la fe.
Con corazón contrito  pedimos perdón y misericordia a la Santísima Trinidad por todas las ofensas y daños que los hombres y mujeres de hoy cometen, contra su  Creador.
Son aquellos que hundidos en el mal no creen; nosotros pedimos al Padre perdone; y nos de su infinito Amor.

Amén
Perla
Oremos:
Oh Amada Madre cuanto dolor hay en este corazón,
no quiero pecar de soberbia y rencor aunque las noches
sean silencio y lágrimas, mis ojos  ven tanta injusticia, desorden espiritual, y material que duele mucho, este es el origen de mis padecimientos ver tristeza en mis hermanos.
Veo en mis hermanos humildes ojos que no brillan, les han robado la esperanza, porque no hay protección para el pobre, todo está desbordado
La indiferencia de los responsables, dañan la moral y el espíritu.
Vemos, maldad e injusticia.  hablo por los que no pueden defenderse: son los inocentes que no quieren, que vivan leo las acaloradas discusiones los despenalizadores que quieren por ley destruir  matar, una vida humana
Madre; rogamos que nuestra oración se potencialice  queremos ir tomados de tu mano, para que nos conduzcas a puerto de salvación, y poder recibir del Señor la gracia que esperamos.
No puedo  callar  mi tristeza es; por  los malos tratos verbales y psicológicos tú los ves y escuchas, quisiera ser dura e indiferente no puedo hoy mire al Señor y recordé los días felices de mi vida junto  mis seres queridos, donde la paz y el amor superaban los inconvenientes domésticos.
Cuando corría a Tu casa la Iglesia, era todo amor, mi corazón estallaba de felicidad frente al Santísimo, era tocar el cielo con las manos y acariciar el rostro del Señor que impregnaba de calor y ternura mi ser, el maligno rompió con mi felicidad, vinieron tiempos de prueba y dolor pero aquí voy con mi fe y esperanza acrecentados.

Madre; cuanto nos hemos alejado del Señor, mundo relativista que perdió el rumbo,  alejándose de los valores y de Dios;  perdimos la verdadera felicidad, dejamos de  estar abiertos de corazón a corazón, con Su infinito amor.
Hoy en la Santa Misa, la cálida homilía del padre Marcelo y  una canción final transporto mi alma  y sentí la presencia del Señor  allí estaba su espíritu, vivo con gran poder y fuerza; sentí vivir  perfume de primavera con nosotros.
Sé que vino a consolarme estoy embriagada quisiera, que este día sea eterno que no pase el tiempo.
Gloria a Jesús.,

Alma mía,
Oración y respuesta
Alma mía, porque lloras, ¡estás muy herida!
Debes ser fuerte, no mueras de pena, Él te necesita.
Y dice:
Aunque estés destrozada, no olvides al Amado.
Yo te amo, y sostengo. Secaré  tus lágrimas y consolare
tus pruebas..
Tú eres mía, y, Yo soy Tuyo
Nadie podrá ir con intención a destruirte totalmente,
porque yo lo impediré,
No te dañarán más, no te harán llorar más
Ten fe mi niña, recuerda que el camino que debes transitar, no
ha terminado, al contrario recién comienzas a pisar el sendero;
mucho te necesito  mira hacia mí y veras la
luz que, te enviare para llegar a la meta, lugar que he elegido
para que expreses lo que grave, en tu corazón.
 Para ti mi Palabra  pondré en tu boca, para que hables y
Todos te oirán.
 Sonrisas en tus labios y caricias tibias serán mí, respuesta, al dolor de hoy
Si:
Serán días gloriosos veras; no llores ni sufras, porque a la puerta

está tu felicidad, la que esperas  he elegido para Ti..
El dolor de tu  alma y  tu pequeñez te hacen libre y amada por mí.
Ven acércate con fiel entrega y valentía, la belleza y perfumes elegidos
Serán para ti.
Que así sea
Perla






                                                                                         
                                                                                                                                                          ACI PRENSA

EWTN CANAL CATÓLICO  MAYO DEL 4 AL12










Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores!, que apareciendo en Fátima, dejaste transparentar en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con maternal compasión exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Madre de la divina gracia, que vestida de nívea blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pediste por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos y de llevar una vida en todo conforme a las promesas bautismales. 
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosismo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de devoción!, que te apareciste en Fátima teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente repetías: «Orad, orad mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Reina de la Iglesia!, que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra. Infunde también a nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los cuales participamos la vida de la gracia en los sacramentos.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos!, que movida por el ruego de los pastorcitos, obraste ya curaciones en vuestras apariciones en Fátima, y habéis convertido este lugar, santificado por vuestra presencia, en oficina de vuestras misericordias maternales en favor de todos los afligidos. A vuestro Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias todas de nuestra vida. Echad sobre ellas una mirada de compasión y remediadlas con la ternura de vuestras manos, para que así podamos serviros y amaros con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, refugio de los pecadores!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestaste a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas. Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras por su conversión.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Reina del purgatorio!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la inagotable ternura de vuestro maternal Corazón todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente vuestras misericordias.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María!, que en vuestra última aparición te diste a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infundid en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honraros a Vos, acompañando vuestros gozos, dolores y glorias, y así merecer vuestra maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima!, que escogiste a los pastorcitos de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso, y les propusiste la devoción al mismo como el medio con el cual Dios quiere dar la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda suprema de salvación. Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oremos:
Oh Amada Madre cuanto dolor hay en este corazón,
no quiero pecar de soberbia y rencor aunque las noche
sean silencio y lagrimas, mis ojos  ven tanta injusticia
y desorden espiritual que duele mucho este es el origen
de mis padecimientos.
Veo a mis hermanos humildes tristes, porque no hay protección para el pobre, todo esta desbordado
la indiferencia de los responsables, dañan la moral
del que usando su razón ve maldad e injusticia.
Madre que nuestra oración de tu mano nos conduzcan al puerto de salvación y podamos recibir del Señor la gracia.
No puedo ya callar  los malos tratos verbales y psicológicos, que padece esta hija , hoy mire al Señor y recordé los días felices,
cuando en su casa era todo amor mi corazón estallaba de felicidad, era tocar el cielo con las manos y acariciar su rostro.
Hoy Santa Misa la cálida homilía del padre Marcelo y  una canción final transporto mi alma  y sentí la presencia del Señor ; estaba su espíritu, vivo con gran poder y fuerza
se que vino a consolarme así estoy embriagada,
me sentí pequeña y mi corazón gozo de su presencia
Vine a casa voy a publicar para Ti y mis hermanos para que vean como sintió mi alma y corazón esta tarde.
Alma mía,
Oración y respuesta
Alma mía, porque lloras, ¡estás muy herida!
Debes ser fuerte, no mueras de pena, Él te necesita.
Y dice:
Aunque estés destrozada, no olvides al Amado.
Yo te amo, y sostengo. Secaré  tus lágrimas y consolare
tus pruebas..
Tú eres mía, y, Yo soy Tuyo
Nadie podrá ir con intención a destruirte totalmente,
porque yo lo impediré,
No te dañarán más, no te harán llorar más
Ten fe mi niña, recuerda que el camino que debes transitar, no
ha terminado, al contrario recién comienzas a pisar el sendero;
mucho te necesito  mira hacia mí y veras la
luz que, te enviare para llegar a la meta, lugar que he elegido
para que expreses lo que grave, en tu corazón.
 Para ti mi Palabra  pondré en tu boca, para que hables y
Todos te oirán.
 Sonrisas en tus labios y caricias tibias serán mí, respuesta, al dolor de hoy
Si:
Serán días gloriosos veras; no llores ni sufras, porque a la puerta

está tu felicidad, la que esperas  he elegido para Ti..
El dolor de tu  alma y  tu pequeñez te hacen libre y amada por mí.
Ven acércate con fiel entrega y valentía, la belleza y perfumes elegidos
Serán para ti.
Que así sea
Perla