Prepararse
para la Navidad con la oración, la caridad y la alabanza: con un corazón
abierto a dejarse encontrar por el Señor que todo lo renueva: es la invitación
lanzada por el Papa Francisco en la Misa presidida en Santa Marta este primer
lunes de Adviento. Comentando el fragmento del Evangelio del día en el que el
centurión romano pide con gran fe a Jesús que cure a su siervo, el Papa recordó
que en estos días “comenzamos un nuevo camino”, un “camino de Iglesia… hacia la
Navidad”. Vamos hacia el Señor, “por que la Navidad, precisó, no es solo una
celebración temporal o bien el recuerdo de algo bello”. “La Navidad es algo más: nosotros vamos por este camino para
encontrarnos con el Señor. ¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para
encontrarlo: encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él
está; encontrarlo con fe. No es fácil vivir con la fe. El Señor, en la palabra
que hemos escuchado, se maravilló de este centurión: se maravilló de la fe que
él tenía. Él había hecho un camino para encontrar al Señor, pero lo hizo con
fe. Por esto él no solo se encontró con el Señor, sino que también sintió la
alegría de ser encontrado por el Señor. Este es el encuentro que nosotros
queremos: ¡el encuentro de la fe!”. Y más que ser nosotros los que encontramos al Señor, destacó
el Papa, es importante “dejarnos encontrar por Él”. “Cuando nosotros solo encontramos al Señor, somos nosotros,
entre comillas, digámoslo, los señores de este encuentro; pero cuando nosotros
nos dejamos encontrar por Él, es Él es que entra dentro de nosotros, el que lo
hace todo nuevo, porque esta es la Venida, es lo que significa cuando viene el
Cristo: vuelve a hacer todo nuevo, reconstruye el corazón, el alma, la vida, la
esperanza, el camino. Nosotros estamos en camino con fe, con la fe de este
centurión, para encontrar al Señor y, principalmente, ¡para dejarnos encontrar
por Él!”. Para eso es necesario tener el corazón abierto: “Corazón
abierto, ¡para que Él me encuentre! Y me diga lo que quiere decirme, ¡que no es
siempre lo que yo quiero que me diga! Él es el Señor y Él me dirá lo que tiene
para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una multitud. No ¡no!
Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos, porque el amor no es algo así,
abstracto: ¡es un amor concreto! De persona a persona: el Señor, persona, me
mira a mí, persona. Dejarnos encontrar por el Señor es exactamente esto:
¡dejarnos amar por el Señor!” En este camino hacia la Navidad, concluyó el Papa, nos ayudan
algunas actitudes: “la perseverancia en la oración, rezar más, la voluntad en
la caridad fraterna, acercarnos un poco más a los que tienen necesidad; y la
alegría en la alabanza al Señor”. Por tanto: “la oración, la caridad y la
alabanza”, con el corazón abierto “para que el Señor nos encuentre”.
Amada Madre,Virgen Santísima, permítenos tomar con
nuestros brazos al Niño
Queremos tenerlo muy cerca del
corazón, abrazarlo y decirle que lo amamos,
Sentir en nuestros cuerpos su inocencia y pureza, grabar en nuestras
almas
lo importante que es Él, en
nuestras vidas: le queremos pertenecer, darnos en entrega fiel; seguir sus huellas,y sus pasos
firmes,
que nos llevan al Padre, que es, Palabra, Verdad, Amor, Luz y Justicia.
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