viernes, 5 de octubre de 2018

OH PADRE CREADOR DEL AMOR ETRNO: TE PEDIMOS "PERDÓN"


NOTIVIDAAño XVIII, Nº 1128, 5 de septiembre de 2018
Cámara de Diputados de la Nación
“EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL” LISTA PARA EL RECINTO


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DIOS CREADOR

¡Oh Señor!, tú has creado todas las cosas. Tú les has dado su ser y las has puesto en equilibrio y armonía. Están llenas de tu misterio,
que toca el corazón si es piadoso.
También a nosotros, ¡oh Señor!, nos has llamado a la existencia y nos has puesto entre ti y las cosas.
Según tu modelo nos has creado y nos has dado parte de tu soberanía. Tú has puesto en nuestras manos tu mundo,
para que nos sirva y completemos en él tu obra. Pero hemos de estarte sometidos, y nuestro dominio se convierte en rebelión
 y robo si no nos inclinamos ante ti, el único que llevas la corona eterna y eres Señor por derecho propio.
Maravillosa, ¡oh Dios!, es tu generosidad. Tú no has temido por tu soberanía al crear seres con poder sobre ellos mismos
y al confiar tu voluntad a su libertad. ¡Grande y verdadero Rey eres tú!
Tú has puesto en mis manos el honor de tu voluntad. Cada palabra de tu revelación dice que me respetas y te confías a mí,
me das dignidad y responsabilidad. Concédeme la santa mayoría de edad, que es capaz de aceptar la ley que tú guardas y
 de asumir la responsabilidad que tú me transfieres. Ten despierto mi corazón para que esté ante ti en todo momento,
 y haz que mi actuación se convierta en ese dominio y esa obediencia a que tú me has llamado.
Amén.
__________
CREADOR INCOMPRENSIBLE

Creador incomprensible, yo te adoro. Soy ante ti como un poco de polvo, un ser de ayer, de la hora pasada.
 Me basta retroceder sólo unos pocos años, y no existía todavía… Las cosas seguían su curso sin mí.
 Pero tú existes desde la eternidad. ¡Oh Dios!, desde la eternidad te has bastado a ti mismo, el Padre al Hijo y el Hijo al Padre.
¿No deberías también poderme bastarme a mí, tu pobre criatura?… En ti encuentro todo cuanto puedo anhelar. Me basta si te tengo…
¡Dáteme a mi como yo me doy a ti, Dios mío! ¡Dáteme tú mismo! Fortaléceme, Dios todopoderoso, con tu fuerza interior;
 consuélame con tu paz, que siempre permanece; sáciame con la belleza de tu rostro;
 ilumíname con tu esplendor increado; purifícame con el aroma de tu santidad inexpresable;
déjame sumergirme en ti y darme de beber del torrente de tu gracia cuanto puede apetecer un hombre mortal,
de los torrentes que fluyen del Padre y del Hijo; de la gracia de tu amor eterno y consubstancial.
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SEÑOR SANTO, PADRE OMNIPOTENTE
San Buenaventura
Señor santo, Padre omnipotente, Dios eterno, por tu generosidad y la de tu Hijo quien por mí padeció pasión y muerte,
y por la excelentísima santidad de su Madre, y por los méritos de todos los santos, concédeme a mí,
 pecador e indigno de cualquier beneficio tuyo, que sólo a ti ame, que siempre tenga sed de tu amor,
 que continuamente tenga en el corazón el beneficio de la pasión, que reconozca mi miseria,
 que desee ser pisado y despreciado de todos; que sólo la culpa me entristezca. Amén.
__________
DIOS MÍO, CREO EN TI

Dios mío, creo en ti, espero en ti, te amo sobre todas las cosa
s con toda mi alma, con todo mi corazón,
con todas mis fuerzas; te amo porque eres infinitamente bueno y porque eres digno de ser amado;
y, porque te amo, me pesa de todo corazón haberte ofendido: ten misericordia de mí, pecador. Amén.

CONTEMPLACIÓN:
Hasta cuándo van a presionar y lastimar a esta Nación no acabamos de entender que es lo que pasa con este pueblo; algunos mansos y éticos, otros corruptos,violentos y ciegos buscando el caos.
Sabíamos que vendrían por mas; contra los valores; y contra Dios.
Estamos sumergidos en el lodo, no podemos negar lo mal que vivimos
un golpe tras otro,  hasta desgastarnos a los que queremos la paz, son manos negras que manejan los delicados hilos del entendimiento:vemos  no hay dialogo el desorden nos está llevando a un enfrentamiento entre hermanos  por gente mala si escrúpulos,  falta coherencia, llevándonos a transitar caminos peligrosos, al que la mayoría de los ciudadanos no quiere.
Dios Padre Nuestro, mira y ayuda a esta Argentina desordenada sin ética solo vemos sobresalir los intereses personales y egoístas de los poderosos de los que mas tienen,
Creo que esta es la Nación mas atacada por satanás, porque es donde habita  un pueblo creyente, que no quiere odios, el confundir, es lo que han puesto en movimiento,
 ¿Como reaccionara la naturaleza; también atacada?
¿No se puede mirar T.V todo lo que vemos son ofensas a Dios, con mediocridades, para ser visto por mediocres ?
Señor Dios Padre del Universo, mira cuando es el dolor de mi alma y corazón, quisiera que este gran dolor se propagara como pandemia entre nosotros y el mundo, y que cada corazón,  responda con sinceridad; a este mundo ,gritando basta: queremos luz queremos paz.para vivir en armonía y el Amor de Dios.
Nos han asfixiado con el monoxido del mal, 
Pueblo; hermanos callar es ser cómplice digamos "No" a los violentos, "No "a la mentira, queremos claridad en los que administran, tener trabajo digno  respetándonos  porque la intolerancia, es manejada por el odio que quita la paz.
Dios Padre Nuestro ayúdanos a discernir para elegir; el año próximo habrá elecciones, no debemos olvidar los nombres de los que dañaron a la Nación y al pueblo, los que quisieron romper con nuestros principios éticos y honorables.
Que así sea
Perla

VERITATIS SPLENDOR 
DEL SUMO PONTÍFICE 
JUAN PABLO II 

«He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20)
25. El coloquio de Jesús con el joven rico continúa, en cierto sentido, en cada época de la historia; también hoy.
 La pregunta: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?» brota en el corazón de todo hombre, y es siempre
 y sólo Cristo quien ofrece la respuesta plena y definitiva.
El Maestro que enseña los mandamientos de Dios, que invita al seguimiento y da la gracia para una vida nueva,
está siempre presente y operante en medio de nosotros, según su promesa: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20).
 La contemporaneidad de Cristo respecto al hombre de cada época se realiza en el cuerpo vivo de la Iglesia.
 Por esto el Señor prometió a sus discípulos el Espíritu Santo, que les «recordaría» y les haría comprender sus mandamientos (cf. Jn 14, 26),
y, al mismo tiempo, sería el principio frontal de una vida nueva para el mundo (cf. Jn 3, 5-8; Rm 8, 1-13).
Las prescripciones morales, impartidas por Dios en la antigua alianza y perfeccionadas en la nueva y eterna en la persona misma del
Hijo de Dios hecho hombre, deben ser custodiadas fielmente y actualizadas permanentemente en las diferentes culturas a lo largo de la historia.
La tarea de su interpretación ha sido confiada por Jesús a los Apóstoles y a sus sucesores, con la asistencia especial del Espíritu de la verdad:
 «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha» (Lc 10, 16). Con la luz y la fuerza de este Espíritu, los Apóstoles cumplieron la misión de predicar el
Evangelio y señalar el «camino» del Señor (cf. Hch 18, 25), enseñando ante todo el seguimiento y la imitación de Cristo:
«Para mí la vida es Cristo» (Flp 1, 21).
26. En la catequesis moral de los Apóstoles, junto a exhortaciones e indicaciones relacionadas con el contexto histórico y cultural,
hay una enseñanza ética con precisas normas de comportamiento.
Es cuanto emerge en sus cartas, que contienen la interpretación —bajo la guía del Espíritu Santo— de los preceptos del Señor que hay
que vivir en las diversas circunstancias culturales (cf. Rm 12, 15; 1 Co 11-14; Ga 5-6; Ef 4-6; Col 3-4; 1 P St ).
Encargados de predicar el Evangelio, los Apóstoles, en virtud de su responsabilidad pastoral, vigilaron, desde los orígenes de la Iglesia, 
sobre la recta conducta de los cristianos 35, a la vez que vigilaron sobre la pureza de la fe y la transmisión de los dones divinos mediante los sacramentos 36.
Los primeros cristianos, provenientes tanto del pueblo judío como de la gentilidad, se diferenciaban de los paganos no sólo por su fe y su liturgia,
sino también por el testimonio de su conducta moral, inspirada en la Ley nueva37. En efecto, la Iglesia es a la vez comunión de fe y de vida; su norma es
«la fe que actúa por la caridad» (Ga 5, 6).
Ninguna laceración debe atentar contra la armonía entre la fe y la vida: la unidad de la Iglesia es herida no sólo por los cristianos
que rechazan o falsean la verdad de la fe,
sino también por aquellos que desconocen las obligaciones morales a las que los llama el Evangelio (cf. 1 Co 5, 9-13).
Los Apóstoles rechazaron con decisión toda disociación entre el compromiso del corazón y las acciones que lo expresan y demuestran (cf. 1 Jn 2, 3-6).
Y desde los tiempos apostólicos, los pastores de la Iglesia han denunciado con claridad los modos de actuar de aquellos que eran instigadores
de divisiones con sus enseñanzas o sus comportamientos 38.
27. Promover y custodiar, en la unidad de la Iglesia, la fe y la vida moral es la misión confiada por Jesús a los Apóstoles (cf. Mt 28, 19-20),
la cual se continúa en el ministerio de sus sucesores. Es cuanto se encuentra en la Tradición viva, mediante la cual
—como afirma el concilio Vaticano II— «la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que
 es y lo que cree.
Esta Tradición apostólica va creciendo en la Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo» 39.
En el Espíritu, la Iglesia acoge y transmite la Escritura como testimonio de las maravillas que Dios ha hecho en la historia (cf. Lc 1, 49),
 confiesa la verdad del Verbo hecho carne con los labios de los Padres y de los doctores, practica sus preceptos y la caridad en la vida
de los santos y de las santas, y en el sacrificio de los mártires, celebra su esperanza en la liturgia. Mediante la Tradición los cristianos reciben
«la voz viva del Evangelio» 40, como expresión fiel de la sabiduría y de la voluntad divina.
Dentro de la Tradición se desarrolla, con la asistencia del Espíritu Santo, la interpretación auténtica de la ley del Señor.
El mismo Espíritu, que está en el origen de la Revelación, de los mandamientos y de las enseñanzas de Jesús,
 garantiza que sean custodiados santa-mente, expuestos fielmente y aplicados correctamente en el correr de los tiempos y las circunstancias.
Esta actualización de los mandamientos es signo y fruto de una penetración más profunda de la Revelación y de una comprensión de las nuevas
situaciones históricas y culturales bajo la luz de la fe. Sin embargo, aquélla no puede más que confirmar la validez permanente de la revelación
e insertarse en la estela de la interpretación que de ella da la gran tradición de enseñanzas y vida de la Iglesia, de lo cual son testigos la
doctrina de los Padres, la vida de los santos, la liturgia de la Iglesia y la enseñanza del Magisterio.
Además, como afirma de modo particular el Concilio, «el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios,
 oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo» 41.
De este modo, la Iglesia, con su vida y su enseñanza, se presenta como «columna y fundamento de la verdad» (1 Tm 3, 15),
también de la verdad sobre el obrar moral. En efecto, «compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales,
 incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos
fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas» 42.
Precisamente sobre los interrogantes que caracterizan hoy la discusión moral y en torno a los cuales se han desarrollado nuevas tendencias
y teorías, el Magisterio, en fidelidad a Jesucristo y en continuidad con la tradición de la Iglesia, siente más urgente el deber de ofrecer el
propio discernimiento y enseñanza, para ayudar al hombre en su camino hacia la verdadera libertad...


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