domingo, 20 de diciembre de 2020

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

DICIEMBRE 20

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO










Al encender estas cuatro velas, en el último
domingo de Adviento, pensamos en Ella,

 la Virgen ,tu

 Madre  y nuestra Madre.

Nadie te esperó con más ansias,

 con más ternura, con más alegría.
Te sembraste en ella, como el grano de trigo
se siembra en el surco.

 Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor!  ¡Ven a salvarnos!

 Contemplación:

Padre, al contemplar la Natividad de tu Hijo,

nos regalas bendiciones, que plasmadas están en

 cada corazòn que ama al Señor Jesús. ese niño pobre

 que no hace ricos, niño que vino con gracias infinitas es:

Rey, Redentor y Salvador de nuestras almas.

La fe de los Pastores, la alegría de lo ángeles,

la entrega de Marìa la Virgen, y la fidelidad de San Jose

nos recuerdan que en Belen  nació "El Niño Jesus".

Recibimos de El, la luz del Espíritu Santo.

y la gran gracia de haber venido para  estar con y

entre nosotros, y poder ser hijos de Dios por el bautismo.

Pero no fuimos fieles a las convicciones Sagradas,

recibidas de Ti, como Padre del Amor y la Misericordia que 

das a todos, "Todos" creyentes o no creyentes.

Compartiendo tu infinita Divinidad:

Vivimos lo contrario a lo normal, que es un mundo desordenado; donde se daña al prójimo; y la casa comun el planeta, por ambiciones desmedidas de esta humanidad.

Aceptamos: la mentira que es el pan que comemos todos los días, 

la corrupciòn; 

violencia," donde se dice que el mal es el bien" " y el bien es el mal".

Continúan presentes personajes que se identifican con:

Cain, Herodes, Pilatos, Caifás, Judas.etc etc etc.

Somos sociedades donde se votan  leyes del mal y se las pone como  modelo de vida 

para toda la humanidad.

Los lideres políticos, viven, expresan ceguera espiritual llevándonos

 al abismo, sumergiéndonos en el lodo.

Padre, quieren volver en este 29 de Diciembre en Argentina a vivir la masacre de los "Santos Inocentes" exterminio que cometió Herodes, aquí se votara  la Ley del aborto Porque:

Algunos, hombres y mujeres quieren vivir en la promiscuidad y piden matar a sus hijos por ley,

En silencio reflexionando tanto horror  sabemos que: esto va mas lejos y es:

matar a Jesús definitivamente; Padre, no les alcanzo sacarte de nuestras vidas espirituales: desechar Tu Ley y orden Sagrado establecido, para vivir en paz.

Por defender estos principios nos persiguen y nos llaman fanáticos religiosos.

Para estas personas hay que perseguir y hacer desaparecer a los que elegimos vivir una vida digna, decorosa, con principios éticos y morales.

Todo es tan confuso y demencial que:

No hay miedo a la Pandemia con miles de hermanos muertos, creen que todo esta arreglado y esto se termina,

Padre, perdona lo que hemos hecho con tu Creación "Divina y Perfecta"

A tus Hijos, fieles  nos duele el cuerpo y alma, porque los años pesan, somos seres racionales que reconocemos  que todo esta mal pero  aunque duela la persecución o nos maten, debemos expresar lo que esta sucediendo.

Defender lo que el Señor Cristo Jesús nos enseñara a: no ser tibios, ni tener miedo;  tenemos la obligación de hablar las cosas  lo que vemos y vivimos.

 La realidad y el mal que impera no coincide con las enseñanzas de Jesús que es:

 Camino, Verad y Vida

Es :

"la Verdad, la única Verdad" ; solo cundo aprendamos a reconocerla y vivirla  seremos libres,

Que así sea

Perla


"No puedo publicar la homilía del Santo Padre Francisco" 

no esta en internet ( No lo puedo Creer): 

Diciembre 20 del 2020 

Sigo la Sta. Misa por You tube.

La Palabra

Primera lectura: 2 Sam C. 7 V1-5,8-12, 14-16

Salmo C.88,  V2-5,27,29

Segunda lectura: Rom C16,  V.16,25-27

Evangelio: Lc 1 V. 26-38

"Concebirás y darás a luz un hijo"

Señor Jesùs,dejame admirar el momento de tu encarnación,

el instante en que tù elevaste este mundo cuando tomaste

nuestra carne humana. Y permitiste Señor que mi corazòn te adore.



diciembre 13

tercer domingo de adviento




En las tinieblas se encendió una luz, en el                   

desierto clamó una voz. Se anuncia la Buena Noticia:

¡El Señor va a llegar! ¡

Preparen sus caminos, porque  ya se acerca!

 Adornen su alma como novia que se engalana el día de 
su boda,

¡Ya llega el mensajero!
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos
 anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas cada
uno de nosotros quiere ser antorcha tuya
para que brilles,  para que calientes.
¡Ven ,Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu
luz , caliéntanos en tu amor!.


Lecturas:


Primera lectura: Isaías 61:1-2, 10-11
Salmo responsorial: Lucas 1:46-50, 53-54
Segunda lectura: 1 Tesalonicenses 5:16-24
Evangelio: Juan 1:6-8, 19-28

Señor, Jesús, quiero proclamar que tú eres el Señor

de mi :vida; y aunque no soy digno/a de tu presencia, te ruego que

tomes posesión de todo mi ser con la luz desbordante del Espìritu.

Contemplación: 

Señor, las pruebas son desbastadoras, satanás me tira y caigo al piso,

cortando las posibilidades del encuentro con mis hermanos. En este espacio

de oración.

No pude contar con la homilía del Santo Padre Francisco la del

el día de hoy, no la pude publicar.

Conozco de estos ataques, del mal.

Especialmente esta semana donde en mi Pais Argentina, los diputados dieron el 

"Si "a la muerte de inocentes,

Por eso mi contemplaciòn hoy, es una expresiòn,de indignación que sale de mi pobre intelecto para decir; cuánto se les pidió, señores y señoras diputados: se les pidió piedad.y no la tuvieron.

También; arrepiéntanse y

Salven sus almas, "conviértanse." e hicieron oìdos sordos.

Señor a pesar de mis dolencias físicas, aqui estoy para decirle a mis hermanos y al mundo:el enemigo no lograra que claudiquemos, cuando mas ataca, mas cerca del 

Señor estamos, esperando vigilantes, como una novia el dia de su boda.nada ni nadie

podra quitarnos la alegría de ser tuyos "Amado Señor"

Amèn

¡Ave Marìa purisima:

sin pecado concebida!!!

Perla



DICIEMBRE DIA 6


segundo domingo de adviento





"Imágenes que fueron hechas con todo mi amor"
Perla


2ª DOMINGO

Los profetas mantenían encendida
la esperanza de Israel .
Nosotros , como un símbolo encendemos
estas dos velas .El viejo tronco está
rebrotando, florece el desierto...
                               la humanidad entera se estremece porque                             
Dios se ha sembrado en nuestra carne...
Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su
vida para que brotes, para que florezcas,
para que nazcas y mantengas en nuestro
corazón encendida la esperanza.

                                        ¡ Ven pronto , Señor ! ¡ Ven, Salvador !


Contemplación:
Amado Señor, pedimos al Reino, mantenga encendida
 la luz en nuestros corazones.
Queremos ser árbol nuevo, brote nuevo, perfume de
flor que te agrade, que no se marchite con el pecado
que te ofende;
Señor mi jardín está preparado esperandote
Queremos ser una nueva humanidad, convencida de los que nos está pasando
debemos
reconocer que mucho es el mal que generamos se necesita un urgente cambio: 
consciente de los errores cometidos,
estos nos muestran  el desorden que a la larga implica dolor y muerte.
Debemos prepararnos para recibir la gracia del Padre Celestial.
Volver a ver y vivir tu presencia; que da gozo, felicidad, libertad,
Esperanza y Paz.
Que así sea


Perla


 29 NOVIEMBRE del 2020


DICIEMBRE DÌA 18 DEL 2016



1º DOMINGO DE ADVIENTO



SANTA MISA:

evangelio: NOVIEMBRE DOMINGO DÌA 29

PRIMERA LECTURA: Is  C. 63,V. 16-17.19; 64,2-7

SALMO: C 79, V.2-3, 15-16,18-19

SEGUNDA LECTURA: 1ª Cor; C 1, V.3-9

EVANGELIO: Marc: C 13 V 33-37

"Estén prevenidos, porque no saben cùando llegarà 

el dueño de la casa":

Señor Jesùs, quiero reavivar en mi vida personal, en la familia,

y en la comunidad eclesial, tu venida salvadora definitiva.

Y dame la gracia de empezar hoy este compromiso contigo.

Roma: basilica,san pedro

Homilía del Papa Francisco en la Misa del I Domingo de Adviento con los nuevos cardenales

Redacción ACI Prensa



El Papa Francisco presidió este domingo 29 de noviembre en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano, la celebración de la Misa del Primer Domingo de Adviento, concelebrada junto con los cardenales creados en el Consistorio Ordinario Público celebrado ayer sábado 28.

A continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco:

Las lecturas de hoy sugieren dos palabras clave para el tiempo de Adviento: cercanía y vigilancia. La cercanía de Dios y vigilancia nuestra. Mientras el profeta Isaías dice que Dios está cerca de nosotros, Jesús en el Evangelio nos invita a vigilar esperando en Él.

Cercanía. Isaías comienza tuteando a Dios: «¡Tú eres nuestro padre!» (63,16), y continúa: «Nunca se oyó [...] que otro dios fuera de ti actuara así a favor de quien espera en él» (64,3). Vienen a la mente las palabras del Deuteronomio: ¿Quién «está tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos?» (4,7).

El Adviento es el tiempo para hacer memoria de la cercanía de Dios, que ha descendido hasta nosotros. Pero el profeta supera esto y le pide a Dios que se acerque más: «¡Ojalá rasgaras los cielos y descendieras!» (Is 63,19). Lo hemos pedido también en el Salmo: “Vuelve, visítanos, ven a salvarnos” (cf. Sal 79,15.3). “Dios mío, ven en mi auxilio” es a menudo el comienzo de nuestra oración: el primer paso de la fe es decirle al Señor que lo necesitamos, necesitamos su cercanía.

Es también el primer mensaje del Adviento y del Año Litúrgico, reconocer que Dios está cerca, y decirle: “¡Acércate más!”. Él quiere acercarse a nosotros, pero se ofrece, no se impone. Nos corresponde a nosotros decir sin cesar: “¡Ven!”. Nos corresponde a nosotros. Es la oración del Adviento: “¡Ven!”. El Adviento nos recuerda que Jesús vino a nosotros y volverá al final de los tiempos, pero nos preguntamos: ¿De qué sirven estas venidas si no viene hoy a nuestra vida? Invitémoslo.

Hagamos nuestra la invocación propia del Adviento: «Ven, Señor Jesús» (Ap 22,20). Con esa invocación finaliza el Apocalipsis: «Ven, Señor Jesús».

Podemos decirla al principio de cada día y repetirla a menudo, antes de las reuniones, del estudio, del trabajo y de las decisiones que debemos tomar, en los momentos importantes y en los difíciles: Ven, Señor Jesús.

Es una pequeña oración, pero nace del corazón. Digámosla, repitámosla en este tiempo de Adviento: «Ven, Señor Jesús».

De este modo, invocando su cercanía, ejercitaremos nuestra vigilancia. El Evangelio de Marcos nos propuso hoy la parte final del último discurso de Jesús, que se concentra en una sola palabra: “¡Vigilen!”. El Señor la repite cuatro veces en cinco versículos (cf. Mc 13,33-35.37). Es importante estar vigilantes, porque un error de la vida es el perderse en mil cosas y no percatarse de Dios.

San Agustín decía: «Timeo Iesum transeuntem» (Sermones, 88,14,13), “Tengo miedo de que Jesús pase y no me dé cuenta”. Atraídos por nuestros intereses y distraídos por tantas vanidades, corremos el riesgo de perder lo esencial. Por eso hoy el Señor repite «a todos: ¡estén vigilantes!» (Mc 13,37).

Pero, si debemos vigilar, esto quiere decir que es de noche. Sí, ahora no vivimos en el día, sino en la espera del día, en medio de la oscuridad y los trabajos. Llegará el día cuando estemos con el Señor. Vendrá, no nos desanimemos. Pasará la noche, aparecerá el Señor; Él, que murió en la cruz por nosotros, nos juzgará. Estar vigilantes es esperar esto, es no dejarse llevar por el desánimo, es vivir en la esperanza.

Así como antes de nacer nos esperaban quienes nos amaban, ahora nos espera el Amor mismo. Y si nos esperan en el Cielo, ¿por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué agobiarse por alcanzar un poco de dinero, fama, éxito, todas cosas efímeras? ¿Por qué perder el tiempo quejándose de la noche mientras nos espera la luz del día?

¿Porqué buscar ‘padrinos’ para hacer una promoción, crecer y hacer carrera? Todo pasa. Vigilad, dice el Señor.

Mantenerse despiertos, sin embargo, es difícil. De hecho, es algo muy difícil. Por la noche es natural dormir. No lo lograron los discípulos de Jesús, a quienes Él les había pedido que velaran “al atardecer, a medianoche, al canto del gallo, de madrugada” (cf. v. 35). Y precisamente a esas horas no estuvieron vigilantes.

Al atardecer, en la última cena, traicionaron a Jesús; por la noche se durmieron; al canto del gallo lo negaron; de madrugada dejaron que lo condenaran a muerte. No vigilaron. Se quedaron dormidos. Pero sobre nosotros puede caer el mismo sopor.

Hay un sueño peligroso: el sueño de la mediocridad. Llega cuando olvidamos nuestro primer amor y seguimos adelante por inercia, preocupándonos sólo por tener una vida tranquila.

Pero sin impulsos de amor a Dios, sin esperar su novedad, nos volvemos mediocres, tibios, mundanos. Y esto carcome la fe, porque la fe es lo opuesto a la mediocridad: es el ardiente deseo de Dios, es la valentía perseverante para convertirse, es valor para amar, es salir siempre adelante.

La fe no es agua que apaga, sino fuego que arde; no es un calmante para los que están estresados, sino una historia de amor para los que están enamorados. Por eso Jesús odia la tibieza más que cualquier otra cosa (cf. Ap 3,16). Se ve el desprecio de Dios por los tibios.

Y entonces, ¿cómo podemos despertarnos del sueño de la mediocridad? Con la vigilancia de la oración. Rezar es encender una luz en la noche. La oración nos despierta de la tibieza de una vida horizontal, eleva nuestra mirada hacia lo alto, nos sintoniza con el Señor.

La oración permite que Dios esté cerca de nosotros; por eso, nos libra de la soledad y nos da esperanza. La oración oxigena la vida: así como no se puede vivir sin respirar, tampoco se puede ser cristiano sin rezar. Y hay mucha necesidad de cristianos que velen por los que duermen, de adoradores, de intercesores que día y noche lleven ante Jesús, luz del mundo, las tinieblas de la historia.

Hay necesidad de adoradores. Hemos perdido un poco el sentido de la adoración, de estar en silencio ante el Señor, adorando.

Esta es la mediocridad, la tibieza, pero hay también un segundo sueño interior: el sueño de la indiferencia. El que es indiferente ve todo igual, como de noche, y no le importa quién está cerca. Cuando sólo giramos alrededor de nosotros mismos y de nuestras necesidades, indiferentes a las de los demás, la noche cae en el corazón.

Comenzamos rápido a quejarnos de todo, luego sentimos que somos víctimas de los otros y al final hacemos complots de todo. Lamentos, victimismo, y complot. Es una cadena, es lo mismo. Hoy parece que esta noche ha caído sobre muchos, que exigen sólo para sí mismos y se desinteresan de los demás.

¿Cómo podemos despertar de este sueño de indiferencia? Con la vigilancia de la caridad. Para dar luz a aquel sueño de la mediocridad, de la tibieza, está la vigilancia de la oración, para despertarnos de este sueño de la indiferencia está la vigilancia de la caridad. La caridad es el corazón palpitante del cristiano. Así como no se puede vivir sin el latido del corazón, tampoco se puede ser cristiano sin caridad.

Algunos piensan que sentir compasión, ayudar, servir sea algo para perdedores; en realidad es la apuesta segura, porque ya está proyectada hacia el futuro, hacia el día del Señor, cuando todo pasará y sólo quedará el amor.

Es con obras de misericordia que nos acercamos al Señor. Se lo pedimos hoy en la oración colecta: «Aviva en tus fieles […] el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras». Jesús viene y el camino para ir a su encuentro está señalado: son las obras de caridad.

Rezar y amar, he aquí la vigilancia. Cuando la Iglesia adora a Dios y sirve al prójimo, no vive en la noche. Aunque esté cansada y abatida, camina hacia el Señor.

Invoquémoslo: Ven, Señor Jesús, te necesitamos. Acércate a nosotros. Tú eres la luz: despiértanos del sueño de la mediocridad, despiértanos de la oscuridad de la indiferencia. Ven, Señor Jesús, haz que nuestros corazones distraídos estén vigilantes: haznos sentir el deseo de rezar y la necesidad de amar.

Contemplaciòn:

Señor, qué grande es el amor que has plasmado en mi pobre corazòn,

mi pequeña insignificancia, te busca y  repito dìa y noche: ven, ven ven,

Señor Jesùs;

eres el amado mi primer amor, corrí a buscarte y una muralla se levantó

delante de mí, debil ; fragil cobarde o ignorante, desvié el camino hoy siento

 arrepentimiento; por no haber pensado lo que perdía.

Pero mi alma te es fiel;solo contigo quiero estar. hasta  mi última respiración.

 Porque alegras mi corazòn y mis dias, veo tus ojos, ellos me miran

 y me hacen vibrar, porque permaneces vivo entre nosotros dándote en la tierra

y el universo en el Padre y el Espìritu Santo.

 Allí en mi cuarto estas, en ese gran cuadro del Sagrado Corazòn iluminado dìa y

 noche.

Hoy desde mi lecho de enferma,permanezco vigilante, ansiosa con la necesidad

 de ver cumplida,Tu promesa : " cuando  el àngel dijo " 

"Porque miran, a ese que ven subir; asì lo verán volver".

Señor Jesùs alerta esta Perla, esa que cuelga de tu cuello me dijiste  un dìa;

mi Buen Pastor, mi amado Señor.

 Cuando te llamo y respondes, siento que nunca estoy sola,  son unos cuantos 

mis años de caminos recorridos junto a Ti :mi sed de Ti 

nunca estará saciada, hasta Tu Venida, en los tiempos prometidos.

Vienes  a todos nosotros para alimentarnos en la Sta Misa diaria, con tu pan 

bajado del cielo,que alimenta el alma y da vida sacramental y espiritual.

 Tu luz y enseñanzas nos permiten a ser felices, saber tender la mano a quien 

nos  necesita ,allì fue el encuentro contigo en el enfermo,

 esa fue mi misiòn, cuidar de ellos y amarlos.

Aunque para los líderes políticos legislar, aprobar una ley que va contra la vida humana es 

decir  asesinatos de inocentes; es tema de salud.

Señor  lo cierto y doloroso es que debemos aceptar un genocidio en nuestra Patria, ruego al 

Reino

defina e interceda por los  argentinos que decimos:

 "SI A LAS DOS VIDAS"" MADRE E HIJO"

Señor  solo a Ti viéndote cara a cara tomaran conciencia del bien y el mal;

 porque Tú eres CAMINO, VERDAD, VIDA ; AMOR, JUSTICIA Y LIBERTAD.

¡¡Cómo! continuar esta vida sin Ti, estoy vigilante espero en oración tu Venida.

No tardes: Ven, Ven, Ven Señor Jesùs.

Que asì sea

Perla

MAR DEL PLATA: CASA DE RETIRO OBISPADO MAR DEL PLATA

MONSEÑOR, GABRIEL MESTRE

EWTN: capilla nuestra señora de los àngeles

 FRAnciscanos MISIONEROS DE LA PALABRA ETERNA

FRA PADRE MARCOS MARÌA

PINAMAR PRESBÍTERO MARCELO PANEBIANCO

FACEBOOK:VIRTUAL

MAR DEL PLATA: SAGRADA FAMILIA Y SAN ORIONE

PRESBÍTERO; PADRE MIGUEL CACCIUTTO

MARANA THA

PRESBÍTERO PADRE ELÍAS CAVERO DOMINGO

OREMOS:

 Encendemos, Señor, esta luz,

como aquel que enciende su lámpara

para salir, en la noche,

al encuentro del amigo que ya viene.

En esta primera semana del Adviento

queremos levantarnos

para esperarte preparados.

para recibirte con alegría.

Muchas sombras nos envuelven,

muchos  alagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes,

porque Tú nos traes la luz más clara,

la paz más profunda,

y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven Señor Jesús!


Contemplaciòn:

Amada Madre, son momentos de prueba,

para tus hijos.

Vivimos una pandemia,hay desolacion y dolor por los hermanos

que han partido, sin poder ver a sus seres queridos.

Lo mas triste es que no hay conciencia de la realidad para muchos.

hay rebeldía en esta humanidad desorientada que dejó a su Dios , creando

sus dioses.que eligió una cultura de muerte, cruel de inocente, que destruyó

 la casa comun, al planeta, por egoismo y demasiada ambiciòn.

 La tierra sufre dolores de parto,pero nada cambia,en la conducta humana,

estamos tan acostumbrados a la pérdida de valores y el desorden,que

pareciera que una pandemia no es grave, y todo volverá al camino cómodo y errado.

Para los creyentes a pesar del dolor sabemos que esto que nos pasa,

es muy triste y doloroso,sufrimos, pero también sabemos  que las cosas cambiarán, porque el hilo del mal en algún momento se tenía que cortar, para caminar 

por el camino del bien y la luz.

El Señor Jesucristo, que es: Camino, Verdad y Vida,nos dejó enseñanzas, que 

muchos "no " aceptaron,es triste vivir en un mundo con enfermedad y dolor

 de las almas, que no supieron valorar y cuidar, siendo ellas tan valiosas para el

 Padre Creador.

Madre en este Adviento, queremos orar contigo limpiarnos del pecado,esperando

los designios del Reino.

Con fe y Esperanza, espíritu y corazòn contrito, en silencio esperamos los tiempos prometidos.de Justicia y Paz.

Que asì sea

Perla

 

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